LLUVIA DE VERSOS PARA UN HOMBRE ÍNTEGRO
(IN MEMORIAM de Vicente Cano, POETA MANCHEGO)
Autor: Manuel Mejías Sánchez-Cambronero
Colección bibliográfica nº 19
GRUPO LITERARIO GUADIANA
 

Como homenaje, y a modo de elegía al poeta manchego Vicente Cano, precedida de unas palabras encomiásticas por parte de Santiago Romero de Ávila, esta entrega poética consta de cinco partes, cada una de ellas introducida por una cita del autor homenajeado, alma que fue del Grupo literario Guadiana.

Las resonancias clásicas llenan este cuaderno con sabor a sonetos, romances, décimas y versos endecasílabos blancos. En todos sus recursos la presencia del poeta Vicente Cano está como incardinada en santo y seña de una menesterosidad poética en torno a la cual los poetas amigos se calientan como en una fogata de interés por la Literatura.

El poeta comienza como atraído por los versos del autor celebrado: “Meciéndome en tus versos me he dormido; / pues quedeme saciado en gran medida, / mi mente se encontraba deshambrida / y tu fardel de estrofas la ha nutrido.”

El elogio del calor que da la obra del autor desaparecido está presente siempre: “Vicente: Estoy seguro que los trigos / de tu troje antológico son buenos...” Pero Mejías Sánchez-Cambronero no sólo recuerda la significación poética de Vicente Cano, sino también circunstancias íntimas como por ejemplo la de la operación oftalmológica; además, nunca falta la nostalgia de su valía poética para aliento de otros poetas: “Se ha apagado la llama de tu hoguera / cuando mayor calor estabas dando; / y aunque leña en la hacina iba quedando / se ahoga la combustión de tu madera.” 

Las estrofas de arte menor se prestan más a la fluidez versal y el poeta hace gala de ello en unas décimas llenas de galanura, en las que el ritmo refleja con más inmediatez el drama de vivir, referido, este caso, a su amigo: “Con su guadaña la muerte / a traición te sorprendió, / te hubo segado del surco / sin darnos una razón / del por qué cortar la mies / estando en pleno verdor / cuando la espiga granaba / libre ya de su zurrón / haciendo harina en su vientre, / grano a grano a pleno sol...”

Hay un detalle de delicadeza en la penúltima sección, en la que hace a un elogio de Teresa, la esposa y continuadora de la obra de Vicente Cano, todo como una señal de la semilla dejada por el poeta entre los que le recuerdan. Acaba su obra laudatoria con una epístola -no necesariamente en tercetos encadenados- en la que el espíritu de la Revista MANXA sigue vivo y pujante. Qué mejor homenaje a quien fue su mantenedor.

Escrita con un lenguaje realista y un talante tradicional, lejos de todo experimentalismo lingüístico, esta entrega poética recuerda justamente a un hombre que fue referencia durante años de una labor literaria que no se debe olvidar. Y aquí está Una lluvia de versos para un hombre íntegro como un gesto recordatorio.







 

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