“El hallazgo afortunado de un buen libro
puede cambiar el destino de un alma.” Marcel Proust
Proust es uno de los más importantes novelistas de la literatura
contemporánea. Ha ejercido una notable influencia en todos los
narradores del siglo XX, que lo han reconocido junto a Joyce,
como el precursor de la novela actual. La actualidad de Proust
es perenne y ni siquiera sus detractores han podido negar la
belleza de su literatura y exquisita sensibilidad.
Valentín Louis Georges Eugène Marcel Proust nace en París el 10
de julio de 1871 y muere en la capital francesa el 18 de
noviembre de 1922. Perteneciente a una familia de la alta
burguesía, se cría en ambientes refinados y exclusivos que se
reflejan en su obra de carácter autobiográfico. Su padre era un
célebre médico y su madre, descendiente de una familia judía
alsaciana. Desde su infancia su salud se resintió con frecuentes
ataques de asma. Vivió bajo la cuidadosa protección de su madre
y de su abuela, lo que había de influir poderosamente en su vida
y en su obra.
Estudia en el Liceo Condorcet y, más tarde, derecho en la
Sorbona y en la Facultad de Ciencias Políticas. Pronto abandonó
sus estudios. Desde muy joven quiso dedicarse a la literatura y
consiguió un cargo de Bibliotecario que no ejerció en la
práctica. En París frecuentó una sociedad mundana y elegante que
habría de aparecer en su obra. En 1892 funda con otros autores
la revista Le Banquet. Más tarde colabora en la Revue Blanche.
Al modo del Balzac, observó el mundo que lo rodeaba y creó unos
personajes que integró en una especie de “comedia mundana”. A
partir de 1900 se produjo un importante cambio; la madurez le
hizo abandonar el esteticismo y la frivolidad. La muerte de sus
padres, particularmente de su madre, a la que estaba muy unido,
le afectó profundamente, pero le permitió liberarse de ciertos
escrúpulos para escribir sobre sus recuerdos. Su frágil salud se
deteriora en demasía, pasando los últimos quince años de su vida
en el retiro de su habitación donde compuso su obra capital, En
busca del tiempo perdido, monumental serie novelística en siete
partes que ha sido calificada como la suma de hechos y
observaciones, de sensaciones y sentimientos, más compleja que
haya dado nuestra época, un estudio psicológico de la vida y la
época del autor.
Entre 1896 y 1904 escribió una novela en tres volúmenes, Jean
Santeuil, que no se publicó hasta 1952, con recuerdos y
personajes de su infancia. En 1896 publica su primera obra, Los
placeres y los días, que pasó inadvertida, aunque en ella, ya
muestra dotes de observador para reproducir las impresiones
recogidas en los salones parisienses. También había escrito
algunos artículos y traducciones del crítico de arte y sociólogo
británico John Ruskin.
A partir de 1905 se dedicó a escribir su magistral ciclo
novelístico, que tituló A la busca del tiempo perdido. Había
concebido en principio tres volúmenes, pero fue aumentándolo
sucesivamente. El primero de ellos titulado Por el camino de
Swuann, se publicó en 1913. El propio autor hubo de pagar los
gastos de edición; tras un escaso éxito inicial fue bien
aceptado. En 1919 obtuvo el premio Goncourt con A la sombra de
las muchachas en flor, lo cual lo consagró como escritor y
significó un gran estimulo para él, posteriormente vieron la luz
El mundo de Guermantes (1920-1921) y Sodoma y Gomorra
(1921-1922) y, póstumamente La prisionera (1923), La fugitiva o
La desaparición de Albertine (1925) y El tiempo recobrado
(1927). Toda la obra está constituida por recuerdos de su
infancia y adolescencia; es a la vez una descripción del
ambiente y de la sociedad en la que había vivido, es decir, el
de la alta burguesía Pero lo importante es la profunda
introspección de sí mismo y su análisis del subconsciente, que
realiza con minuciosidad admirable. La técnica narrativa es de
una gran modernidad; el empleo del monólogo interior y de otros
recursos narrativos hacen de En busca del tiempo perdido, una de
las obras más destacadas e influyentes de la literatura del
siglo XX e hizo famoso a su autor en el mundo entero.
Y como dijo el gran escritor parisién : “El deseo nos fuerza a
amar lo que nos hará sufrir”.