Me voy al país de las sombras quietas. Parece un lugar tranquilo
donde reina la hospitalidad. Convengamos lo siguiente: si
resulta desagradable, volveré a contarlo para que estén
prevenidos. Si, como les decía, y todo parece indicarlo, resulta
un lugar agradable, no tendrá caso mi viaje de regreso, allá los
espero con té caliente y cookies.
En realidad, no pensaba viajar tan pronto. Pero esta mañana tuve
un descuido, en lugar de salir por la puerta, lo hice por la
ventana. Vivo en... No, mejor será escribir vivía en un octavo
piso.
Nos vemos.
¿OK?
Estoy cansado de oír a los estadounidenses -¿por qué no los
norteamericanos, los gabachos o los yanquis?- emplear la
expresión ok. Allá ellos, son dueños de hablar como quieran.
Pero más cansado estoy de oír la misma expresión en boca de los
latinoamericanos. Y no porque alguien nos la imponga, sino por
un fatal malinchismo. En consecuencia, propongo no usar nunca
más el ok y, en su lugar, emplear el all right.
A LOS LECTORES, ÚLTIMO AVISO
Por este conducto y como último aviso se informa a los lectores
comprendidos en el artículo y fracción pertinentes de la ley del
caso, como así a los lectores que no se encuentren comprendidos
en el artículo y fracción pertinentes de la ley del caso, que en
tiempo y forma deben comparecer ante quien corresponda a los
fines que hubiere lugar.
Dado en la ciudad tal a los tantos días del mes tal año tal.
Firmado, el Licenciado. Hay un sello que dice: “Con apego a
derecho”.