Collares de perlas cuelgan
de la cúpula celeste
adornan campos agrestes
que obedientes se resignan
Benéficas gotas cesan
su traslucido camino
de nácar
pincelan bueyes albinos
y su gruesa piel cortejan.
El rudo viento del Este
convence al ritmo latente
dirige la esclavitud
clava puñales de aire
hace danzas tubulares
recoge las semillas
y las entrega a la tierra.