Con la corola de sus ojos
cerrada a las tinieblas de la noche
tu respiración
iguala al silencio.
La prolongación de sus sueños
ni se agita, ni se mueve
permanece inmóvil
en la fúnebre tranquilidad azul.
Azul como su capa de príncipe
como el color del perfume
con el color de la arena
el mar
como las gotas de sal
sus mejillas
como los peces del mar multicolor
sus ventanas
la tierra y los cielos.
Como sus párpados los pétalos del Ceibo
como su piel, la del suave durazno
como su boca, tentación de fresa
como su vientre, la extensa playa.
Azul es su mirada
de terciopelo sus palabras
de pimienta su sonrisa
a imagen y semejanza suya
El Mundo.
Su sueño es custodiado
por el velo de los ángeles
y su respiración es la brisa
que alimenta la música
del arco que nunca se tensa.