Mamani Mamani y Toda la Energía de los Andes en Estocolmo
El pintor boliviano Roberto Mamani Mamani (Cochabamba, Bolivia,
1962), expuso sus cuadros en la Galería Bellange de Estocolmo.
La exposición se inauguró el día 3 de junio y estuvo abierta al
público hasta el 14 del mismo mes.
Mamani Mamani, de origen quechua y sangre aymara, estudió
agronomía y derecho, pero el amor por el arte lo llevó por otros
senderos. Siguió, con buen ojo, el consejo de su abuela que
decía: "los colores fuertes son para ahuyentar los malos
espíritus y no quedarse en al oscuridad". Gracias a su arte y
los colores casi electrizantes que utiliza, en sus cuadros, no
permaneció en la oscuridad. Hoy en día, es uno de los pintores
más internacionales de su país y los caminos por donde pisa
están bien iluminados. Su obra se ha exhibido en más de 20
países.
Ha
ganado dos premios importantes: uno de la UNESCO y otro el
denominado Pedro Domingo Murillo. Está consciente que esos
premios abrieron las puertas para que sea reconocido fuera y
dentro de su país.
En la cosmovisión andina, el concepto de runa (hombre) tiene un
sentido completo. Un individuo separado de su comunidad, de su
pareja o de su identidad es un ser carente de existencia. Y
Mamani Mamani, le da un toque de profunda certeza a este
concepto, porque está bien arraigado con la comunidad aymara y
quechua. Escribe su apellido aymara con mucho orgullo y lo ha
situado en un alto pedestal. Tiene una identidad clara y firme
que muy bien la presenta en su obra de arte. Por eso entra en
geografías que se pliegan a la belleza originaria de los pueblos
andinos. Con gran talento artístico crea un mundo lleno de
simbología, cosmovisión, códigos, figuras geométricas y colores
pertenecientes a la cultura de su país que lo vio nacer.
Para conocer algo más de Mamani Mamani y adentrarnos a su
pensamiento andino, me ha facilitado una entrevista en la
galería estocolmence donde expone sus cuadros.
Javier Claure: ¿Cuéntame cómo y cuando empezó tu formación
artística?
Mamani Mamani: Bueno, primero toda la energía de los Andes para
ti y toda la gente que va leer esta entrevista. Pinto desde muy
niño. Los primeros cuadros que hice fue en Cochabamba a mis 8 o
9 años. Pintaba, en periódicos y cartones, con el carbón que mi
madre utilizaba para cocinar. Cuando regresé a Tiwanaku, de
donde son mis padres, mi abuela jugó un papel importante en mi
formación artística. Ella me introdujo a las costumbres andinas,
agradecimientos a la Pachamama (Madre Tierra) y rituales. Luego
gané algunos premios y, como consecuencia, el gobierno de
Estados Unidos me invitó a exponer mis cuadros en 8 ciudades de
ese país. Fue una buena oportunidad para mostrar al pueblo
norteamericano la cultura Tiwanakota.
J.C: ¿Qué significan los colores para ti?
M.M: Los colores son vida. En la cultura andina se representan
todos los colores del arcoiris. Dos arcoiris juntos, por
ejemplo, dan lugar al nacimiento de la Whipala (bandera de los
pueblos originarios). Entonces el color es fundamental. No
olvidemos que los hombres de las culturas precolombinas y
tiwanakotas, se han expresado mediante los colores en sus
tejidos, cerámica y awuayos (mantas). Y mi arte es eso mismo.
Siempre digo que mi arte es una challa (fiesta, celebración) a
la Pachamama, porque le gusta los colores.
J.C: Algunos pintores utilizan colores oscuros para expresar su
universo interior, digamos con un cierto grado de tristeza. En
cambio en tus cuadros utilizas colores fuertes, chillones y
llamativos. Da la impresión de que te encuentras en un eterno
estado de alegría. ¿Qué me dices al respecto?
M.M: Si es verdad, alguien dijo: "Mamani Mamani puso color en
los Andes". Creo que es importante mostrar el orgullo, el
autoestima y, sobre todo, la dignidad. Entonces ¿cómo no sacar
todo ese orgullo de nuestra cultura andina? Extraer el color
fuxcia de las polleras (falda de diferentes capas), el color
turquesa de las mantillas y el rojo de los ponchos por ejemplo.
Utilizar estos colores significa adentrarse tierra adentro y
volverse a ver. Durante 30 años he ido rescatando, precisamente
esos valores. Incluso nuestra música no tiene que ser solamente
tristeza, sino también una mezcla de bombos, platillos e
instrumentos que emanen alegría. Y esto está ocurriendo en
Bolivia. Es volverse a ver la cara.
J.C: ¿Existe alguna influencia, en tu obra, a consecuencia de
los profundos cambios sociales que se están dando en Bolivia?
M.M: Claro que si. Creo que, de alguna manera, ya habíamos
trazado el camino para lo que se está viviendo en Bolivia. No
solamente yo, sino muchos otros artistas hemos contribuido con
un granito de arena. El arte es un arma que puede generar cierta
consciencia en un pueblo. Puede generar a reconocer símbolos,
colores, figuras, formas etc. Desde hace mucho tiempo que pinto
en mis cuadros las montañas, el sol, la luna, la cruz andina,
guerreros, amautas (sabios del mundo andino) etc. Entonces la
gente se ha ido alimentando de todo ese simbolismo que ha
rescatado el artista.
J.C: Sé que has expuesto tus cuadros de carácter erótico en el
Museo Nacional de Arte en La Paz, con el título de: "Entre
sapos, whakabolas y algunas k'alanchas (desnudas)" ¿Cómo ha sido
la reacción del pueblo boliviano?
M.M: Bueno, debo aclararte que he expuesto mis cuadros en
diferentes museos del mundo, pero fue la primera vez que se me
permitió exponer mis cuadros en el Museo Nacional de Arte de la
ciudad de La Paz. Ciertos círculos sociales se habían apoderado
de la cultura, y con la aceptación de mis cuadros en ese museo
paceño rompí con esa tendencia elitista. Y, claro, esto es un
hecho histórico. Los sapos en el mundo andino, llaman a la
lluvia, pero también en el dicho popular; se les llama sapos a
las personas astutas que quieren sacar provecho de alguna
situación. Whaka es un lugar sagrado y whakabolas es aquella
persona tonta o perdida en el espacio. Se dice, de manera
irónica, "deja de whakabolear". Por ahí han comentado que
vivimos en una sociedad rodeados de sapos y whakabolas con una
yapa de k'alanchas. Podríamos decir que mis cuadros eróticos han
sido un tema visto desde un punto de social y, porque no
decirlo, político. Han asistido más de 25000 personas al museo,
cosa admirable desde luego. Lo más importante ha sido que mucha
gente indígena del Alto y de las zonas periféricas de La Paz,
por primera vez en la historia, han pisado el Museo Nacional de
Arte para ver a un artista aymara, a un artista de la misma
clase social que ellos y que refleja, en sus cuadros, muchas de
sus costumbres y tradiciones.
J.C: ¿Es un tabú hablar de sexo en la cultura aymara?
M.M: Más que tabú, simplemente no se muestra el erotismo.
Pertenece a un mundo oculto y es algo especial para la
idiosincracia del hombre andino. He mostrado erotismo en algunos
de mis cuadros y las k'alanchas han causado una cierta polémica,
porque he dibujado a mujeres desnudas con las cabezas pequeñas y
los cuerpos voluminosos como representación de las montañas y la
fertilidad. No se trataba de menospreciar a la mujer como un ser
que no piensa. Yo las veo a mis k'alanchas como montañas; o como
Pachamamas.
J.C: Eres de origen quechua y tienes sangre aymara. Tu apellido
Mamani es también aymara. Has dicho: "En Bolivia existía ciertos
prejuicios sobre tu obra y tu formación autodidacta". Pero, a
estas alturas del partido, has ganado premios importantes, has
expuesto tu obra en muchos países del mundo y eres uno de los
pintores más importantes de Bolivia. ¿Ha cambiado esa actitud
prejuiciosa frente a tu persona y tu obra?
M.M: Yo creo que sí. Antes de que muestre mis cuadros en el
Museo Nacional de Arte de La Paz, expuse muchos cuadros en
museos de Japón, Estados Unidos, Europa y ahora estoy dando a
conocer mi arte en los países nórdicos. Eso a influido para
poder exponer mis cuadros en ese museo paceño. Es decir, primero
se apreció mi arte en el extranjero y luego en Bolivia. Me
preguntaron en Bolivia cual es el premio más importante que he
ganado. Y suelo contestarles: “El premio más importante para mí,
es que un niño, en el Alto, dijo: Yo quiero ser como Mamani
Mamani”.
J.C: ¿Quieres decir que tu obra es bien aceptada en Bolivia como
en otros países del mundo?
M.M: Si, si claro... pero también están los detractores que no
aceptan a un artista indígena y, además, autodidacta. Pero todo
cae por su propio peso. Una obra de arte es sensibilizadora ante
una sociedad. Una persona sensible al arte, es sensible con su
familia y su comunidad.
J.C: En las culturas andinas ancestrales, se hacían diferentes
tipos de rituales. Actualmente se siguen llevando a cabo ciertos
rituales en Bolivia, como un gesto de respeto a la naturaleza y,
sobre todo, para alcanzar un equilibrio con la Pachamama. ¿Cómo
alcanzas ese equilibrio en tu persona, tu obra, la naturaleza y
la vida cotidiana?
M.M: Es una pregunta muy interesante. El ser andino está
constantemente en equilibrio con la naturaleza. Rechazar ese
equilibrio; es caer en el abismo. En mi caso, después de haber
estado fuera de Bolivia, regreso a la llajta (terruño), a los
Andes para insuflar nuevas energías y poderme integrar
nuevamente a la comunidad andina. Cuando uno viaja y expone sus
cuadros, el ego interno puede tomar dimensiones exageradas, pero
en el mundo andino el ego se apaga. Uno vuelve a su llajta y no
eres sino uno más de ellos. Así nos enseñaron los más viejos y
los hermanos mayores. Siempre hago una autocrítica a mis
trabajos, proyectos etc. Entonces con todos estos puntos aquí
señalados, creo que alcanzo un equilibrio con todo lo que hago y
lo que me rodea.
J.C: Finalmente ¿Qué proyectos tienes para el futuro?
M.M: Hacer la Casa Museo Mamani Mamani, que será camino a
Tiwanaku. No será un museo muerto, sino más bien lleno de vida,
donde los niños y toda persona interesada en el arte pueda
progresar en su formación artística. De ahí pueden salir grandes
artistas, quien sabe... Otro de mis proyectos es construir unas
Pachamamas de 10 o 15 pisos que se puedan ver desde lejos. Estas
mujeres se edificarán unas frente a otras dando la impresión de
estar conversando y bajo de sus polleras estarán los templos
andinos. A esos recintos sagrados irá la gente de toda clase
social, los amautas, los jilak’atas (autoridad del campo) a
hablar de cosmovisión, de armonía, de la naturaleza y de la
Pachamama.
Exposiciones más recientes
Museo del Indio, Nueva York-EE.UU.
Universidad de Pittsburg, Pittsburg-EE.UU.
Santa Fe-Nuevo Mexico, EE.UU.
The Embassy Gallery of International Art, Miami-EE.UU.
O.E.A. Washington D.C. EE.UU.
Sala Felipe Gutiérrez de la escuela de la Extensión de la UNAM
en Canada
Centro Pierre Perladu Montreal
2000 Museo de Etnografía y Folklore, "VII Encuentro del
Parlamento Cultural del MERCOSUR", La Paz
2000 Alternativa Centro de Arte, "Serie Illimani Mamani", La
Paz
2000 Latinamerican Hall, Pavilion of Bolivia, EXPO 2000
HANNOVER, Germany
2000 Plaza Latinoamericana, EXPO 2000 HANNOVER, Germany
2000 Embajada de Bolivia, Berlin, Germany
2000 Gallerie Kit, Ministerio del Medio Ambiente de Alemania
Hamburgo, Germany
2000 Galeria Los Tajibos Hotel, Santa Cruz Bolivia
2001 Museo de Arte Contemporaneo PLAZA, Seria "Amautas y
Guerreros y toda la Energia de Los Andes" (Pintura, escultura,
fotografia, La Paz Bolivia
2001 Instituto Cervantes en Londres 11-25 de octubre en 102
eaton Square, London. Muestra "Andine Wide Vision", junto con
otros artistas latinos.
Premios y distinciones
1er. premio en fotografia, Dìa Mundial de la Población
Naciones Unidas
1er. premio en dibujo, Salon Pedro Domingo Murillo
Elegido entre los 10 ganadores del concurso "Los Arcangeles" por
la galeria Arte Unico.
Finalista en la Bienal de Arte Sacro, Buenos Aires - Argentina
Invitado Especial en la Octava Conferencia de las Primeras Damas
de las Américas, (1998)
Santiago de Chile - Chile.
Invitado especial del Festival Précence Autochtone, 1999
Montreal Canada
Distinsion: Honor Civico Pocer Pedro Domingo Murillo por el
govierno de La Paz 1999 La Paz Bolivia
Invitado especial al Parlamento Cultural del MERCOSUR, 2000 La
Paz Bolivia
Sus trabajos se encuentran en colecciones privadas alrededor de
todo el mundo (Bolivia, Ecuador, Argentina, México, Brazil,
Unites States, Canada, Germany, Spain, China, Japan, Sweden
etc.)