“Nunca es casualidad que las palabras
tengan ecos distintos según lo que hayas
escuchado y leído, pero sobre todo escuchado.”
(Mª Rosa Serdio)

DATOS BIOGRÁFICOS, EL BUEN HUMOR DE UNA MUJER SERIA
Mª
Rosa Serdio González (Ayuntamiento de Langreo, Asturias, 1953)
es una mujer que ha hecho de su vocación poética parte de su
oficio, como veremos. Gracias a Mª Rosa Serdio y a su trabajo en
el colegio “Elena Sánchez Tamargo” se ha n creado cientos de
lectores. No en balde ha obtenido el Premio “Leer es vivir”,
concedido por Everest, en el apartado Animación a la Lectura.
Como la define la también escritora María García Esperón, en la
presentación del colectivo “Voz y Mirada”, al que pertenece, Mª
Rosa Serdio es “poeta, educadora y promotora cultural”.
Así, en esta sección nos acercamos hoy a los poemas de Mª Rosa
Serdio, una poeta que siempre creyó que su poesía nacía de las
circunstancias y que nunca pensó que merecía importancia, cuando
es justamente lo contrario.
Sus versos fluyen naturales y rítmicos, se nos enlazan al
corazón del niño que fuimos –y que podemos seguir siendo- y nos
hablan con palabras claras y rotundas de los colores de la vida.
Mª Rosa Serdio es una docente convencida de que su trabajo es
importante, que se toma muy en serio estar en clase delante de
un grupo de niños y niñas, de jóvenes que esperan que les dé lo
mejor de sí misma que es lo que hace, curso a curso. Es una
mujer generosa, volcada en su familia, en su oficio, en sus
amigos. Una mujer que siempre quiere permanecer en segunda
línea, dejando a los demás el protagonismo, cuando ella misma,
ahora mismo lo comprobaremos, tiene mucho que contarnos puesto
que es un ejemplo de tesón de voluntad, de disciplina, pero
también un oasis de esperanza, de ternura y de comprensión. Ella
misma trata de definirse de esta manera: “Creo que, gracias a
mis padres y a su ejemplo, soy trabajadora. Tengo la suerte de
hacer lo que me gusta, por tanto soy muy afortunada. Soy
comunicativa pero reflexiva, bastante optimista y creativa,
insistente y realista. Según los niños exigente y divertida. Soy
seria pero con buen humor. Y, como tengo bastante buena salud,
puedo permitirme el lujo de trabajar bastante, cosa que me trae
no pocos problemas de ajustes de horarios y tener muy poco
tiempo para leer para mí. ¡Y esto es una PROTESTA!”
La propia Mª Rosa Serdio, “Rosa la larga” como la llama su buen
amigo, el también escritor y reciente Premio Nacional de
Literatura Alfredo Gómez Cerdá, nos habla de su temprana
iniciación en la lectura que aprendió de su abuelo al que
recuerda con gratitud y cariño. De él también aprendió a
escuchar y a valorar la música. Por eso se define como “una gran
oreja, al igual que otros son grandes narices, y me encanta TODA
la música que me acompaña siempre en el trabajo o el ocio. Y eso
también es cosa que aprendí de muy pequeña escuchando canción
asturiana, copla o canción coral. Más tarde canté en el coro del
colegio, en una coral local y en el coro veraniego de la
Universidad de Grenoble durante mi estancia de especialización
en francés para edades tempranas.”
Nuestra escritora estuvo escolarizada en su escuela rural hasta
los 9 años, después pasó al colegio hasta los 15 y estudió en la
Escuela Normal de Magisterio (Plan 72) hasta los 18 años.
Entonces, nos cuenta, “comencé a trabajar en mi colegio de
Oviedo “Sagrada Familia” del barrio de San Lázaro, recién salida
de la escuela. Allí aprendí la importancia de la presencia, la
palabra y el valor del ejemplo de un maestro en la vida de los
más necesitados pues su alumnado era, en su mayoría, de orígenes
desfavorecidos.”
Tuvo ocasión, en esos años, de estudiar en la Alianza Francesa y
participar en distintos cursos de verano en diferentes
Universidades francesas para perfeccionar el idioma: Quimper,
Sorbona, Grenoble. Por fin, aprobó las Oposiciones de Profesora
de EGB por Filología Castellana y Francesa en 1976. Así, llegó,
y le cedemos de nuevo la palabra, a su “primera escuela
definitiva en mi colegio de Cádiz, en San Martín del Tesorillo
hasta 1980, a mil kilómetros de casa, una experiencia deseable
para todo profesional: conocer la punta opuesta de su país y, si
tiene una especialidad lingüística, vivir en esa lengua y en el
país que mejor la hable.”
Por fin, desde el curso 90-81, imparte su docencia en lo que
ella llama “mi colegio, el “Elena Sánchez Tamargo”, de Pola de
Laviana con alumnos que fueron de mayor a menor edad y, durante
varios cursos, combiné adolescentes con niños de ocho años a los
que daba clase de francés precoz.”
Para Mª Rosa la relación con sus alumnos y alumnas es una fuente
constante de alegría: “ Las clases me encantan. Explicar me
apasiona. Me encanta escuchar y aprender, aprovechar y buscar
materiales. Me gusta prepararlas, ver cómo puedo llegar a donde
parece imposible, convencer, animar, descubrir dónde puede estar
escondido un futuro mejor para cualquiera de ellos, un texto que
llegue a donde ni lo intenta el libro de texto. Una hora de
clase bien conseguida es un premio para todos.”
Desde siempre, como dijimos al principio, la vocación de Mª Rosa
Serdio ha sido doble –o triple-, por un lado, su docencia, su
entrega al alumnado, con total dedicación y, por el otro, su
pasión por las letras, por la escritura, por la música. Así, no
es extraño que afirme que hay una constante en todos los centros
por los que, no nos cabe duda, ha dejado su huella: “ la
biblioteca, la lectura, la palabra, la poesía, los libros que no
eran de texto y la música para todo como animadora de la
expresión, la emoción y la acción. Siempre un libro en el bolso
y alguno más a mano y a disposición de cualquier posible lector
pequeño o mayor.”

LECTURA, MONTONES DE LIBROS POR TODAS PARTES
Tras los versos de Mª Rosa late un profundo respeto a la
lectura, a la literatura, a la palabra escrita porque, como nos
comenta, entre la emoción y la nostalgia, “pertenezco a la
generación de lectores que leyeron sin libros, que amaron los
textos y a los autores a través de los fragmentos de las
Antologías, que al no disponer de libros propios ni de
bibliotecas cercanas, memorizaron cualquier poema que sintieron
como importante incluso textos largos en francés y ¡en prosa!
Trufando los estudios y las experiencias vitales fueron
apareciendo las historias narradas en largas veladas sin tele,
los romances recitados mientras se hacía la cena, las canciones
de todos los juegos posibles de corro, pelota, comba y de recreo
mezclados, cinco minutos más tarde, con Berceo, Santillana o con
Manrique, el Romancero, Gabriela Mistral, Quevedo y Lorca,
Hernández y Juan Ramón unidos a los autores franceses de
referencia para mí como Rimbaud, Paul Fort, Prévert bien
aliñados con las canciones de Brassens, Brel, Moustaki, Nana
Mouskouri, Serrat o Storni, Calchaquis y Quilapayún para
completar la “educación textual” y, como puede verse, poética
casi sin sentirlo.”
Las lecturas que realizó siendo niña le marcaron parte del
camino y ella las recuerda con agradecimiento, como un tesoro
que quiere compartir con nosotros: “Recibí regalos inauditos
para una niña de pueblo como unos discos, que aún conservo, con
poemas de Mª Elena Walsh: La Reina Batata, don Enrique del
Meñique, El Gato Confite... Todos estos tesoros surgían, de
tanto en tanto, de las maletas de mis tíos, emigrantes en
Argentina, que también me surtieron de música folk de
Chalchaleros a los que aún escucho, de Atahualpa Yupanqui o de
Roberto Carlos de quien guardo como tesoro su primer cassette
cuando aún nadie cantaba “El gato triste y azul”. Y por él me
llegó toda la música-poesía brasileña de Vinicius y demás
familia.”

Ya
de mayor, ha seguido siendo una muy buena lectora. Así nos
traza, en pocas líneas, el panorama de sus lecturas: “Me gusta
la literatura de viajes, la que sucede en lugares lejanos en el
tiempo y en el espacio, la literatura que narra experiencias
vitales. Y me acuerdo de un verano leyendo a Cortázar “Los
autonautas de la cosmopista” un experimento entre sociológico y
literario o las aventuras de diferentes viajeros por los lugares
más insospechados. Los libros me llegan y hay otros que están y
no me llegan nunca. Últimamente abrí paréntesis para leer “En
tierras bajas” de Herta Müller y me fue muy difícil sustraerme
al ambiente que crea esta especial autora. Empecé por leer
poesía de Tahar ben Jelloum, periodista y novelista francés y
acabé por seguir su trayectoria personal durante años. Lo mismo
me pasó con Michel Tournier y con Ana Mª Matute o con Juan
Farias a los que cada vez regreso para ver cómo se transmiten
sentimientos con maestría. Del verano de Neruda ya sería largo
de hablar pero...me dura aún y seguramente que, cuando acabe de
enumerar recordaré a alguien infaltable en mis lecturas. Y
Whitman al que vuelvo todos los años para revolver entre la
naturaleza humana mejor contada y sentida.
Naturalmente olvidaba una colección Reno de novelas de bolsillo
donde leí a todos los rusos, a Hesse y a los americanos de la
generación de Hemingway cuyo Viejo y el mar no deja de
asombrarme.”
Mª Rosa Serdío, con todo el bagaje cultural y popular que
llevaba a sus espaldas, era inevitable que acabase escribiendo.
Lo tenía marcado en su camino. Con sentido del humor reconoce
que: “Se agita todo esto durante un tiempo de transición y, si
no explota, puede resultar un buen caldo de cultivo para tener
recursos de donde tirar en clase o en un fin de fiesta con
guitarras.” Y, por fin, encontró el hilo de donde tirar, lo que
ella llama la época del “ “Resarcimiento” donde me recuperé de
las carencias lectoras infantiles preparando para mis alumnos
materiales para usar en clase, leyendo vorazmente para ir un
pasito por delante de ellos que venían demandando. O eso me
parecía a mí, que sí conocía mis carencias.” Así, se hizo una
gran conocedora de la literatura infantil y juvenil y sigue
tratando de contagiar, generación a generación el veneno de la
lectura. Sin olvidar su oficio, une la preparación de sus
clases, el respeto que le merecen sus alumnos, con su propio
gusto lector. Así, siempre está en perpetua búsqueda de “todo lo
que me ayude a leer mejor, a interpretar mejor los textos que
elijo y a ofrecerles, a puertas abiertas, lo que yo vi cerrado
en aquellos armarios bajo llave que no olvidaré nunca por ser
una belleza inútil, quieta y vedada. Tal vez por eso mi clase
tiene, desde siempre, montones de libros por todas partes a
disposición de quien quiera, incluso perderlos, en el trayecto
de su lectura.” Una de sus debilidades, y ahora entendemos por
qué, es la Biblioteca de su colegio a la que dedica horas,
cariño y atención. Con gracia comenta que: “aún sigue en
construcción pero pienso dejarla en plan cuando acabe mi
estancia en el colegio.”
Mª Rosa Serdio no es pesimista cuando se le pregunta por los
niños y la lectura; es más, piensa que leen “Sí y mucho. De
papel, de revistas y de pantallas. Si contamos cuánto leí yo a
su edad, y hemos de verlo así, ellos me dan mil vueltas. Los
lectores, también hoy, sacan tiempo de debajo de las piedras o
de debajo de las mantas como toda la vida. Además, leen más
variedad de textos y sobre soportes diversos. Leen sin darse
cuenta y con mucha más intención de la que se cree.” Ahora bien,
añade, “Otra cosa es la llamada calidad de lo que leen.”
En cuanto a la Literatura Infantil y Juvenil actual comenta: Yo
que empecé a leerla con tres colecciones, ahora encuentro
dificultad para seguir el ritmo a los buenos autores y tratar de
descubrir los nuevos entre los que hay estupendos talentos.
Necesitaríamos una crítica fuerte y bien formada y que las
editoriales no fuesen complacientes, sobre todo a la hora de
entregar los premios como si fueran dones entre grupitos de
amigos.
Tenemos un plantel de excelentes autores, algunos ya clásicos,
que continúan dando muestras de por qué lo son en cada obra
nueva y que se lo ponen muy difícil a los jóvenes por su
experiencia, porque aún asumen riesgos, por oficio y, sobre
todo, por conocimiento del público lector. Llevan 20 años
pateando y escuchando lo que dicen estos lectores en evolución.
Jordi Sierra, Andreu Martin, Alfredo G. Cerdá, Ricardo Gómez,
Gonzalo Moure, Mercedes N-C, Carmen Gómez Ojea, Blanca Álvarez,
Fina Casalderrey, etc. Para mí la lista sería interminable.”
DOCENCIA, GANAS POR CONTAGIO
Mª Rosa Serdio habla con agradecimiento de su estancia en la
escuela rural y de la impronta que puso en ella su maestra, doña
Consuelo. Ella considera que, en su labor actual, solo devuelve
un poco de lo mucho que la comunidad educativa la ha dado. Su
trabajo no es un trabajo usual, puesto que es fruto de una
elección, de un cariño, de una vocación, de un darse a todas
horas. Para ella: “El día a día en el aula está dedicado a que
los niños estén convencidos de lo importante que es SABER y de
que, para hacerlo, hay que trabajar con alegría, método y tesón,
abriendo muchas puertas diferentes para llegar a comprender que
los objetivos verdaderos de una actividad, sea cual sea, son
comprender y disfrutar.” Y es que sus ideas son novedosas y para
ella, no es importante el tiempo, sino otros aspectos que si se
tratan de soslayar impiden que se repose lo aprendido, que se
vivan con alegría las clases. Para ella, “el tiempo, tan
acuciante ahora, no es lo más relevante en el aprendizaje. Me
interesa más la profundidad de lo aprendido y los sentimientos
que genera. Me gustan los árboles añosos por su sombra y plantar
nuevos por imaginar sus frutos futuros. Se tarda en enseñar y en
aprender, y de un tiempo a esta parte más, pero mis alumnos son
mi mejor respuesta. Ellos evalúan continuamente mis objetivos lo
mismo que yo califico los suyos porque los vemos juntos y
HABLAMOS MUCHO. El programa es una cosa y la vida de la clase
otra que lo contiene pero que lo deja muy corto.”
Las reflexiones de Mª Rosa Serdio en torno a la docencia y a la
manera de llevar una clase no tienen nada que ver con los
programas encorsetados y polvorientos y sí con la vida, porque
Mª Rosa contagia vida, da herramientas para que todos sepan
emplearlas, no corta las alas, sino que ayuda a que se
desplieguen, porque, “lo mejor de la clase no aparece escrito
porque es la percepción que cada uno tenemos de lo que allí
sucede y de lo que cambia en nosotros cuando aprendemos”.
Por su interés comentamos algunos de las “fórmulas” que ella
emplea para tratar de motivar a sus alumnos, tarea nada fácil,
por cierto:
1.- Yo les leo a diario y, a veces, durante mucho rato y en
otras clases que nada tienen que ver con Lengua.
2.- Tienen libros a disposición de todos los temas y tamaños y,
de cuando en cuando, leemos juntos para hacer algo especial con
la lectura como reencontrarnos con su autor/a. Lo del
reencuentro es vital ya que empiezan a ver autores con 3 añitos.
3.- Leemos para otros, les vamos a recitar a sus clases, leemos
para los familiares en casa TODOS LOS DÍAS y para los mayores
del la Residencia de la 3ª edad de vez en cuando.
4.- A veces jugamos a que yo no encuentro un libro sobre tal o
cual tema en un tiempo X. Resulta apasionante leerse luego los
hallazgos. Es una especie de caza primitiva cuya recompensa es
doble o triple.” Y es que ella se recuerda “leyendo el papel de
los caramelos para ver de dónde venían. Por eso trato de sembrar
las ganas por contagio de textos, de fragmentos, de préstamo de
libros muy especiales para mí como los dedicados por autores
especiales, por raros, por antiguos. Volvemos al etc. Y como
cada curso los niños varían...la aventura está servida.”
La escritora-maestra asturiana va con los tiempos y trata de
unir modernidad con tradición, que, en absoluto están reñidas.
Así, mantiene un blog hermosísimo y muy visitado que
complemente, de alguna manera, su afición a escribir sus ideas
en cuadernos, en miles de libretas, ahora lo hace en el PC,
aunque, mujer realista, se lamenta de que ahora que “¡Tengo las
dos cosas! Y menos tiempo que nunca para aprovechar todos los
medios de que dispongo.” El blog, en suma, lo creó “para
aprender a llevar el del colegio porque el compañero que lo
mantenía se cambió de centro y no queríamos dejarlo morir. De
ahí hasta el día de hoy han pasado ya dos cursos y lo que va de
éste. Ahí está, tranquilo pero activo. He aprendido mucho con
él, sobre todo de la repercusión de la palabra y he escrito como
nunca antes. Nunca me gustaron los diarios ni las agendas al uso
y, sin embargo, al blog le veo la utilidad de que los niños y
los compañeros puedan usar las ideas o las lecturas que vamos
enseñando y se comentan como apoyo a su tarea o a su ocio.
Además, me gusta que tenga unas ilustraciones interesantes y eso
me ha hecho descubrir muchos caminos de búsqueda y perder
bastantes horas tras una idea que no acababa de concretar. O
sea, como todos.”

ESCRITURA “DE USO INTERNO”
Mª Rosa Serdio, divertida y con cierta sorna, dice que escribe
desde nunca y desde siempre aunque, añade, “yo oficialmente no
escribo porque no he publicado nada propio aunque sí una
traducción y una investigación sobre el folklore escolar “Pin
Pineja” (Júcar) en colaboración con otros compañeros de tres
escuelas más. Pero siempre me ha tocado escribir para decir,
para pedir, para presentar, para regalar o sea, sí escribo pero
para uso interno, como a mí me gusta decir.” A Mª Rosa no se le
“resisten las palabras. No se me resisten las palabras. Sólo se
me resiste el tiempo y, tal vez por eso, la poesía me eligió
para dar forma a lo que precisaba en clase.”
Para ella escribir poesía fue algo natural que describe de
manera metafórica: “ No fue más que llegar a la fuente y coger
el cubo necesario para el momento. Poesía como agua salvadora,
tal vez sería la definición que me pides. Básica y sencilla.
Vital. No elegí el género. Es así como me llega y no siempre.
¡Menos mal!”
La poesía para ella ha sido “como un hilo azul que va anudando
las cosas importantes que pasan en mi vida. Siento que SIEMPRE
está ahí la melodía, aun en lo más prosaico. O sea, como el sol
en los días nublados.” Ahora bien aunque sabe cómo manejar las
palabras, no siempre las ideas que tiene cobran forma porque:
“no sé cuándo una idea va a querer que tire del ovillo redondo y
azul que trae todo lo que luego será un texto.”
PALABRAS DE PAZ
Los poemas Mª Rosa Serdio tienen una base metafórica importante
y son una buena muestra de rica adjetivación. Con palabras
cotidianas logra imágenes hermosas, claras, muy ricas y, a la
vez, fáciles para que los niños, sus principales receptores, las
entiendan. Eso no menoscaba ni el ritmo ni la rima que ella
mantiene con gracia. A menudo una excusa, una celebración está
tras el origen de un poema.
Muchos de sus poemas giran en torno a la paz y, en manos de Mª
Rosa Serdio, esta palabra tan enorme, a veces desgastada por el
uso, a veces desprestigiada y ninguneada cobra protagonismo,
irradia luz propia, se convierte en niña y, por tanto, tiene aún
todo el mundo en sus brazos. Con sus poemas sabe que no logrará
cambiar el mundo, pero lo intenta e viste de ilusión todos sus
mensajes. En primera persona, la poeta le da la bienvenida y
trata de borrarle los malos sabores porque:
“Las noticias acechan, constantes,
Convirtiendo la vida en dolor…
Entonces sólo la bandera blanca
Me arropa y cura el corazón.
Hoy es día de luz y de amigos,
Es jornada de vida y acción
Por eso vuela mi bandera blanca
Paloma del aire, deseo, ilusión. “ (Día de la Paz, 2006)
Y es que la paz, personificada, nos renueva por dentro:
“Se acerca, llama a tu puerta.
Hace que tengas
nueva ilusión.
Te sonríe desde las cumbres.
Puede que llores
de la emoción.
Te llama, llama a la calma.
Toca tu vida
con nueva voz.” (“Ella”, 2009)
Mª Rosa Serdio se sabe acompañada y siente una gran
responsabilidad ante lo escribe, por eso nunca olvida a los
demás, a los que menos tienen porque:
“Sobre sus palmas
muestran tu alma.
Sirven amor
y, si hace frío,
te dan calor.
Secan tu llanto,
tocan tu piel
y, si hace falta,
son tu mantel.
Dame la tuya.
Te doy mi mano
y somos hermanos.” (Día de la Paz)
Su poesía a veces se vuelve lúdica, juega, enumera con brío,
para recibir a la Paz; aunque no es una alegría sin más, sino
realista puesto que no olvida que la situación es mejorable:
“Enero, algodones,
plumas blancas
voz,
almas dulces,
canto,
sonrisas, color…
paloma que lleva
olivos y amor.
El globo que asciende
hasta el mismo sol.
Y, abajo, la Tierra:
el hambre,
el dolor
la bala que hiere…
¿Dónde está la flor?
Semilla escondida
en mi corazón.” (Día de la Paz 2005)
Trata de encontrar los lugares en los que se halla la Paz y la
descubre en su quehacer cotidiano, lo cual es un buen aliciente
para todos. No hay que buscar lugares exóticos, ni realidades
ajenas a las nuestras porque la Paz llega a todas partes, si
sabemos buscarla y propiciarla, eso sí:
“En el paseo que doy con mi perro,
En el primer rayo de sol matinal,
En el pájaro que inicia su viaje…
Encuentro la paz.” ( Día de la Paz 2006)
La Paz germina en nuestros corazones de manera tan gráfica como
ésta:
“Mano de paloma
corazón en flor…
¡Quién quiere acordarse
del ronco cañón!
Ojos sin miradas
futuro en dolor…
¿Quién irá a llevarles
justicia y calor?
Deseo que anuda
cintas de color…
¡Goma de mi clase
que borra el horror!
Bolsa de semillas,
hermosa canción…
Pronto dará fruto
la siembra de hoy.” (“Siembra de Paz”).
Véase como las herramientas de su oficio aparecen en sus versos,
para que los niños se identifiquen más; en este caso, la goma de
borrar.
Los juegos de palabras también brotan en sus versos como leemos
en “Conjugar la Paz”:
Paz para bien vivir.
Para disfrutar, paz.
Paz para conseguir
tu libertad.
Y es que ella, en definitiva, también se implica en sus versos
y:
“También yo quisiera
ser un corazón
blanco, blanco, blanco
de paz y perdón.” (2007)
La realidad se impone y muchas veces todo se queda en un sueño
del cual no se quisiera despertar:
“No hay fronteras
en el aire
ni límites
de color.
¡Hemos ampliado el mapa
sobrevolando el dolor!
Ya no existe
la injusticia
ni ha resistido
el rencor.
¡Hemos alegrado el mundo
con una nueva canción!
Todo sería perfecto pero…
estoy soñando yo.” (“Soñando Paz”)
COLORES Y MÁS COLORES
Si alguna cualidad tiene la poesía de Mª Rosa Serdio es el
colorido y la gracia que tiene para enlazar una imagen tras
otra, en continua enumeración como los vemos en estos versos que
tratan de describir hermoseándolo –y lo logran- el color:
Rojo/ Roja la ampola / Rojo del rosal / Rojo el corazón /. Los
versos anteriores pertenecen a su poemario “Colores y más
colores” y en ellos nos recrea los distintos colores con
imágenes atrevidas como “Naranja zumo”, “Verde Andalucía”; otras
más remansadas como “Azul de tus ojos” o tópicas como “Negro
gato”, “Violeta color”; pero todas ellas armoniosas y
sugerentes: “Amarillo yema”; “Gris es la niebla /y tu pantalón”
o “Marrón para usted”.
La cualidad de estos versos es que están organizados a manera de
paralelismos en los que apenas hay verbos y lo que domina es el
adjetivo del color que aparece, de manera llamativa, como si
fuera el sustantivo, ya que, en estos versos de Mª Rosa, las
cualidades propias de la adjetivación las adquieren los
sustantivos, por eso son versos tan impactantes, que nos llaman
la atención porque en ellos la poeta juega con la gramática y no
solo con las imágenes poéticas.
LA NAVIDAD
En el colegio –y en la vida real- la Navidad es objeto de
alegría, que siempre está llegando y nos pilla como por sorpresa
o, al menos, es corriente escuchar esa expresión, ante los
árboles y las luces, medio asombrada, que pronunciamos muchos:
“Ya estamos en Navidad” y es que:
“ Cuando crees que la has olvidado,
sonriente, bordeando el tejado,
llega, despacio, a tu lado
una nueva Navidad.”
Porque… ¿quién nos dice que ya ha llegado la Navidad? ¿Qué
indicios tenemos?:
“Una flor roja de Pascua,
en el corazón un ascua,
luz, regalos, hermandad…
¿Será esto Navidad?
Escarcha, nieve, temblor,
beso que mata el dolor,
turrón, cuentos, mucha PAZ…
¡Que viva la Navidad!”
La poeta también recrea la alegría que supone la Navidad, con
sus canciones, con sus colores, con su música:
“Y las castañuelas
empieza a tocar.
Y la pandereta.
¡Que ya es Navidad!”
Y es que en Navidad todo parece como recién hecho:
“Gorro de lana,
manoplas,
nuevo abrigo,
rojas botas
y dorado corazón…·
La navidad tiene unos elementos importantes que le sirven de
decorado como el árbol, pero la poeta se resiste a cortar el
pino y prefiere, en un claro mensaje ecológico, adornarlo en el
propio monte:
“No llevaba hacha…
Me la había dejado
pues creo que un árbol
no es árbol cortado.
A casa me fui
cogí los adornos
y al monte volví.
Y ya estamos todos.
¡ Llegó Navidad
y el monte es de oro!”
No olvida todos los preparativos en torno al árbol o al belén,
cómo las figuras surgen y casi cobran vida gracias a la magia
navideña. La novedad, no obstante, aparece en sus versos porque
es la propia María quien inventa un decorado para la Navidad:
“Con piñas y mazapán,
con un corcho
y algodón
estaba haciendo María
los ropajes de Melchor.”
Y es que, en definitiva, todos podemos sentirnos protagonistas
en esas fechas:
“Por el caminito
que va hasta Belén
viaja mucha gente.
¡Y yo voy también!”
Animales y personas, tienen su lugar en el mapa de la Navidad:
“Por un caminito
camino a Belén,
camina un sapito.
Camina ¿lo ves?
Con su pata rota,
con su lento andar,
con su glo-glo inquieto”…(“¿Vienes a Belén?”)
Y por supuesto, sin olvidar a los personajes principales (el
Niño, María y José), los Reyes Magos (a los que se pueden pedir
cosas o sentimientos: “amor para el mundo./ Amor, mucho amor.) o
los más recientes (Papa Noel), pero que Mª Rosa no olvida y teje
villancicos para sus niños y niñas llenos de emoción y de
alegría como el siguiente:
“A Belén va la rosa
de los rosales
y le llevará al Niño
rojos pañales.
Al portal el jacinto
azul del cielo
para darle a María
perfumes nuevos.
A Belén margarita,
la flor del campo,
le llevó a San José
un blanco manto.
Al portal el clavel,
rojo de amor,
dejando su mensaje:
¡¡Mundo mejor!!
Al belén de tu casa
todas las flores.
Al corazón del mundo
amor y dones.” (2007)
En definitiva, lo importante de la Nochebuena es que:
“y a las doce…
Nació Jesús.
¡Qué gran noche!”
La llegada de la Navidad ha de suponer para todos un principio,
una posibilidad de mejora, porque la Navidad no es una excusa
comercial sino mucho más:
“¡Ponte el alma nueva!
Vamos a cantar
y a esperar soñando
otra Navidad.”
Ahora bien, Mª Rosa va con los tiempos y ofrece a sus alumnos y
alumnas distintas perspectivas acerca de la Navidad, con
elementos innovadores o divertidos que provoquen la sonrisa sin
olvidar la ternura:
“Estaba una oveja negra
soñando junto al portal
que le traían lo Reyes
unas gafas de soñar.
Con ella dormía un perro
de peluche y algodón
que ladraba por las noches
do, re, mi, fa, so, la, sol.
Llegaron dos niñ@s frí@s
a visitar a Jesús
y le llenaron de besos
de oro y coral ¡Ya ves tú!
Entonces dijo la mula
mientras tejía un jersey:
- El primero que sonría
oirá cantar al buey.
Cuando llegaron los Magos
fiesta había en el portal.
Todos bailaban contentos
y comían mazapán.
Esto que aquí os escribo,
que no parece verdad,
me lo contó mi abuelita
un día de Navidad. (Navidad 2006)
MENSAJES PARA ELEGIR
“Mensajes para elegir” es otro poemario inédito en Mª Rosa
Serdio en donde, como reza el título, múltiples son las
posibilidades a la hora de escribir un poema. No hay que buscar
excusas, las ocasiones se presentan cada día. Hay, eso sí, que
estar atentos y nuestra poeta es un excelente barómetro poético
que sabe escoger las palabras precisas, los temas y la forma más
adecuada. Bien cierto es que la poesía lo hermosea todo y dota a
la realidad que podría parecer gris y monótona de una especial
dimensión. Por ejemplo, Mª Rosa invita a sus alumnos a ir a la
biblioteca y lo hace de una manera mágica:
“Es una casita
bien llena de gente
de tamaño vario
y humor diferente.
Cada piso, un puente;
cada puerta, un juego...
Vengo en la mañana
y, por la tarde, vuelvo.
Te invito a que vengas.
¿Trae a tus amigos
y saldremos todos
a jugar contigo!
En esta casita
tan llena de gente
nos faltan tus ojos.
¡Ven ¡ ¿Qué te detiene?” (“¡Ven!, ¡Ven! Ven a leer”, 2005)
Cuando ofrece textos nuevos no lo hace de una manera casual,
sino pensada porque sabe que los libros son mucho más que hojas
llenas de letras, son amigos:
“Sueño un libro con orejas
que escuche todas tus penas.
Es un libro en que navego
pintando mi mundo nuevo.
¡Toma este libro! Es mi amigo.
¡Comprobarás lo que digo!” (Día del Libro Infantil, 2009)
¿Cómo se pueden explicar las cosas más sencillas de la vida, los
colores, el paso del día a la noche, las estaciones? (Grita el
trueno entre las nubes:/ -¡Cambio grises por azules!/ Y en
medio, ordenando,/ el sol:/ -¡Arco iris, por favor!). Las
personificaciones hacen que los fenómenos de la naturaleza se
humanicen:
“La tarde juega a la ronda
Con la playa,
Con el aire,
Con la nube…
Para no sentirse sola.” (“Paisaje de verano”)
A veces pasamos sin ver y nos perdemos momentos estelares como,
por ejemplo, cuando aparece la escarcha en nuestros paisajes:
“El panadero
Perdió la harina
Sobre el arbusto
De la colina.”(Escarcha)
O la luna a la que describe así:
“Blanca, redonda
Sobre el tejado
Queso de nata,
Fulgor helado…”(“Luna en febrero”)
Las palabras a veces no bastan y hay que acudir al ritmo, a la
cadencia especial de la poesía:
“ Hoja verde,
Viento alegre,
Rosa nueva…
PRIMAVERA.
Campo lozano,
Sol enamorado,
Mar habitado…
VERANO.
Hoja crujiente,
Viento insistente,
Frutos tesoro…
OTOÑO.
Campo dormido,
Sol aterido,
Corazón eterno…
INVIERNO (“Estaciones”)
¿Cómo son los receptores de sus poemas? ¿Cómo son esos niños y
niñas que bullen llenos de vida? ¿Dónde se les observa mejor?
¡En el recreo, no hay duda! Y Mª Rosa, paciente y cariñosa, se
prende de sus niños y niñas y les escribe versos a la vez que
les desea un buen futuro:
“Niños, voces,
Juegos, saltos,
Ojos abiertos, sonrisas,
Fragor de besos
Y abrazos.
Niñas, luces,
Trenzas, manos,
Corazón alerta, brisa,
Fulgor de rostros,
Milagros.
Edad dulce,
Cuerpo alegre,
Mente abierta
¡Seais por siempre!” (“Patio de recreo”)
Los juegos, las rimas sencillas, los diminutivos, las
repeticiones y paralelismos hacen que sus versos puedan
aprenderse y sean un motivo más de alegría para los pequeños
lectores (“Canta, trenecito./ Canta esa canción / que cuenta los
sueños de mi corazón.” (2008). Los niños y niñas de hoy también
buscan ocasiones para jugar juntos, para danzar, para ser
felices y Mª Rosa Serdio les encuentra la oportunidad de
realizar sus sueños (A la rueda rueda 7 del afilador, / quien
más pronto sueñe, / vivirá mejor.) Hay otros momentos en que la
fiesta es importante como las celebraciones de los cumpleaños
(Para el cumple de mi campo / he colgado de un cordón / una
piñata de nube / hecha de tul ilusión.) Y es que, como leemos en
uno de sus versos, Mª Rosa Serdio tiene “una varita de hada” con
la que todo lo que toca lo convierte en amor, en ilusión, en
ocasión para aprender, para soñar, para crecer;
“Avivan tu mente,
Vuelan por tu frente
Y visten colores.
¿Son plumas?
¿Son flores ?
¿Qué crees?” (“Plumas, plumas”)
No hay nada mejor que aprender jugando, que aprender de una
manera activa y directa, como en el siguiente poema en el que
explica qué es una onomatopeya:
“¡Tip! ¡tap!
¡tap! ¡tip!
Yo trabajo así.
¡Top! ¡top!
¡top.! ¡top!
Así clavo yo.”( ¿Onomato…qué?)
La poesía, en suma, tiene su día y todos la celebran:
“Día de la poesía…
viento, nieve ¡algarabía!
ojos nuevos,
roja guía,
mar bravío…
¡Es el día!
Día de la poesía…
juego, sorpresa, armonía
mano amiga,
luz vigía,
cielo eterno…
hoy…¡tu día!
Día de la poesía…
marzo, silencio, alegría
faro atento,
tiempo abierto,
camino lento… ¡POESÍA! (“Día D”, 21-3-07)
LOS POEMAS DEL BLOG
Desde el curso 2007 hasta hoy mismo, Mª Rosa Serdio llena su
blog con poemas, con imágenes, con canciones, con ilusión. Para
ella el blog supone, como se lee en uno de sus poemas dedicados
a la biblioteca; “Tu lugar para soñar”. Las letras. En manos de
Mª Rosa se vuelven cantarinas, cada una tiene su misión y juntas
celebran la fiesta de la poesía:
“Las letras cantan.
Hoy es su día.
Bailan, celebran
la poesía
pues cada letra,
que es gran poeta,
puede entregarte
joyas secretas.”
Pero…¿Dónde viven los poemas? ¿Dónde se cocinan? ¡Ella tiene la
respuesta!:
“COMPRANDO POEMAS
(Para ti que cocinas versos gustosos)
Con carrito nuevo
me voy a la compra.
Necesito magia
para hacer mi sopa.
Me voy al mercado
con paso ligero.
Llevo mi varita
en el monedero.
Me acerco, sonrío,
saludo al tendero.
Él suele guardarme
secreto y misterios.
Me tiende un paquete
que recetas guarda.
Tiene letras tiernas
y dulces palabras.
Cuando vuelvo a casa,
el carrito lleno,
regreso cantando
y soñando en verso.”
La escuela, a menudo, recibe visitas especiales, como las de
escritores y poetas y entonces todo es algarabía, sorpresa y
emoción:
“Si de verdad un poeta
nos viniera a visitar...
- ¿Estás segura, maestra,
que eso nos vaya a pasar?”
Los libros, como dijimos ya, son mucho más que conjuntos de
hojas escritas:
“He diseñado mi casa
en un libro de hojas blancas.
La vieja hiedra de versos
cubre la puerta de entrada
para que esté camuflada.
Cestas de mimbre, canela
y manzanas reinas de amor
pongo en el recibidor.
Una jaima en el salón,
alfombras de seda y cielo,
muchos cuentos, siete velos...
En la cocina un herbario:
azafrán, cilantro, menta...
¡Un jardín extraordinario!
Mi habitación en las nubes,
sueños, poesía, canción,
nanas para el corazón...
En el baño las burbujas
de sabia rosa mosqueta
y los versos del poeta.
Cuando vayas a marchar
y comiences a salir
Sé que querrás regresar.
¡Pon migas al porvenir!
He decorado mi casa
con libros.¡A ver si pasas!” (Día Internacional del Libro 2009)
Los juegos con consonantes a los que tan aficionada es la poeta
porque provocan música y son lúdicos aparecen en algunos de los
poemas de su blog como en:
“Mamá mimbre,
mamá miel,
mamá mano,
mamá mies.
Mamá música,
mamá manto,
mamá maga,
mamá mar.
Murmullo madre,
misterio amá,
marea mare,
nai membrar.
¡Madre! Mayo.
madre milagro.
madre manto
madre maná.
Mamá... madre
y mucho más.” (“M… de madre”)
Como ya hemos visto en poemas anteriores, Mª Rosa se recrea en
el paso de las estaciones, las dota de cualidades humanas; habla
también de las clases; desgrana el paso del tiempo y todo con lo
hace aludiendo a las cosas sencillas, a los sentimientos, a
elementos cotidianos, aunque siempre provoca sorpresa porque, al
humanizar las cosas o los fenómenos de la naturaleza, hace que
se nos aparezcan revestidos de magia, como ocurre con el otoño,
en “Caballero dorado”:
“Llega el caballero
de los pasos de oro
que llena los campos
con sus mil tesoros.
Repartirá uvas,
traerá castañas
y de calabazas
llena tu cabaña.
Llega el caballero
que cubre de aliento
las cumbres, los prados,
el río, el sendero...
Regalará perlas
a la reina araña,
pintará de estrellas
cielos y montañas.
Ese caballero,
con soplo de artista,
les dirá a las aves
que vuelen deprisa.
Cubrirá de luces
las ricas manzanas
para que sea dulce
la sidra dorada.
El buen caballero,
de nombre sonoro,
regresa a tu pueblo
y se llama Otoño.”
PALABRAS FINALES, EL RITMO PRECISO
Mª Rosa Serdio escribe poesía sin pensar en publicarla y así nos
lo dice: “No me inquieta porque mi futuro no es ser poeta. O, si
es que he de escribir más textos, será como cuando hago crochet:
tirar del hilo e ir viendo si redondo o cuadrado, según para qué
o cuánto va a durar, si se parecerá a alguno de mis admirados o
a un juego que, en aquel momento, me da el ritmo que preciso.”.
Nosotros opinamos, a la luz de los ejemplos que hemos comentado
y de los poemas que hemos leído que ya va siendo hora de que Mª
Rosa Serdio publique sus poemarios de poesía infantil. La poesía
infantil no es tan abundante, en las colecciones literarias
actuales, como la prosa. Creemos que es un error porque en cada
poema se encierra un universo que puede ayudar al niño o a la
niña a crecer, a fomentar su sensibilidad y su imaginación.
Mª Rosa Serdio une, como ya se ha dicho, un doble amor hacia la
docencia y hacia la poesía. Cede su palabra a los distintos
acontecimientos que se celebran en su escuela, el Día de la
Poesía, el Día de la Paz, el Día de las Madres, la Navidad… o
cualquier día porque todos tienen su afán y todos, para Mª Rosa,
son importantes.
Acabamos de ver una poesía limpia, cercana a la canción. La
poeta busca poesía que pueda recitarse, por lo tanto es muy
musical, con rimas consonánticas sonoras. Los temas que maneja
son sencillos y muy cercanos a los niños, la Navidad, la Paz,
los colores, las clases, el pino de la escuela, los libros, las
bibliotecas, los sueños, las madres, las estaciones y, en suma,
el devenir de la vida que hace que niños y niñas vayan
creciendo, despacio, pero sin pausa. Logra imágenes muy
impactantes gracias a las metáforas, personificaciones y a los
juegos de palabras e, incluso, a la repetición de sintagmas.
Emplea la primera persona y la segunda muy a menudo para
implicar en su juego al lector u oyente. Son, por lo tanto,
frecuentes los apóstrofes, pero también las descripciones, las
exclamaciones y las interrogaciones retóricas.
Invitamos, en suma, a los lectores de “Mundo de letras” a que
entren en el blog de Mª Rosa Serdio, descubrirán un mundo nuevo
y esencial. Seguro.
“Si no te gusta algo es porque nadie te lo ha puesto a mano
para, por lo menos, investigarlo un poco.”
(Mª Rosa Serdio).
PARA SABER MÁS
SERDIO GONZÁLEZ, Mª Rosa:
.”Palabras de paz”.
.”Colores y más colores”, Editorial Pintar Pintar, Oviedo, 2010.
Ilus. Esther Vallina.
.”Mensajes para elegir”, inédito.
Curriculum
