El libro en la antigüedad, el libro en Mesopotamia:
tabletas de arcilla y escritura cuneiforme
El
libro fue utilizado por la civilización mesopotámica que se
estableció hace 5000 años entre el Tigris y el Éufrates. El
primer pueblo que lo utilizó fue el Sumerio y consistía en
tabletas de arcilla en donde se empleaba la escritura
cuneiforme.
El escriba grababa los signos con un estilete. Mantenía la
arcilla blanda con un recipiente de agua. Una vez escritas las
tabletas las secaba al sol. Su forma era rectangular con las
esquinas redondeadas. Estas tabletas también fueron utilizadas
por Acadios, Babilonios, Hurritas y Asirios. Babilonia y Nínive
fueron dos focos culturales. En Nínive el rey Asurbanipal crea
una escuela de escribas realizando tabletas con cuidada y
esmerada caligrafía.
Disponían de colofón al final de la tableta donde se ponía el
título del texto y se indicaba que eran propiedad de
Asurbanipal. En la obra extensa que necesitaba más de una
tableta al final se escribía la primera línea de la siguiente,
método que más tarde se utilizó en los manuscritos.
Las bibliotecas de Asurbanipal y de Ebla
La biblioteca de Asurbanipal fue descubierta a mediados del
siglo XIX y disponía de 30.000 fragmentos de tableta con textos
de carácter administrativo, económico y legal. Muchas de estas
tabletas se conservan en el Museo Británico de Londres.
Otra biblioteca importante es la de Ebla, que data del tercer
milenio A.C. Fue descubierta en 1975 con dos salas que contenían
17.000 fragmentos que sumaban unos 4.000 documentos. En la sala
pequeña las tabletas contenían textos jurídicos y en la grande
administrativos, históricos, jurídicos, lingüísticos y
religiosos. Las tabletas redondas contenían textos económicos y
administrativos y las cuadradas textos variados.
El libro en Egipto: el papiro
En Egipto se usa por primera vez la tinta y el papiro. Es de
origen vegetal y su planta se cultiva a orillas del Nilo. Su
tallo es delgado y puede alcanzar varios metros de altura. Para
su fabricación se extraen los filamentos pegajosos de su
interior prensándose y dejando secar al sol. Cuando se seca se
cortan tiras del mismo formato y se pegan unas a otras hasta
conseguir los metros deseados.
El texto se disponía a dos columnas y se desenrollaba con la
mano derecha y se enrollaba con la izquierda. Al ser materia muy
deteriorable se conservaban en estuches de piel.
Al ser material caro se reutilizaba. Se borraba con una esponja
de mar y agua y se escribía encima. El título se ponía al final
del texto.
Los escribas utilizaban para escribir pinceles hechos con caña,
machacados en uno de sus extremos para recoger la tinta. También
utilizaban juncos cortados al revés. La tinta era polvo de
carbón vegetal mezclado con agua y goma.
Utilizaban escritura jeroglífica que consistía en dibujos que
representaban objetos y seres. Se utilizaron durante 34 años.
Estos jeroglíficos, se transformaron en letra cursiva
jeroglífica.
Encontramos un colofón donde el escriba expresa su alegría por
haber acabado el trabajo. Con la utilización de la cinta, nació
la ilustración de los libros. Se conservan textos de literatura
funeral, morales, narrativa y poesía épica.
Las bibliotecas del Egipto de los Faraones
Tienen el nombre de casas de la vida y algunos escribas eran los
archiveros o los bibliotecarios. Dependían de los centros de
enseñanza ubicados en los templos. Se recogían textos
religiosos, rituales y literatura. También se conservaban obras
científicas.
Los palacios egipcios también contaban con una sala para
biblioteca donde se conservaban obras históricas, narrativas y
poéticas. Existieron bibliotecas privadas formadas por escribas.
El libro en Grecia
En Grecia se utilizaron varias materias escriptoreas.
Primeramente se utilizó la tableta de arcilla durante la
civilización Micénica. Durante el siglo de Pericles se utilizó
el rollo de papiro junto a tabletas de cera o yeso llamadas
pinaques o deltoi que se utilizaban para escribir notas. En
Grecia se fijó el alfabeto, que facilitó la lectura y la
escritura.
El nombre del papiro en Grecia era byblos. La longitud de sus
rollos era menor que la de los egipcios. Los griegos de
Alejandría ilustraban los papiros realizados en esta ciudad.
En Grecia se comenzó a utilizar la piel curtida de oveja y cabra
que era más fácil de obtener que el papiro y que recibió el
nombre de pergamino.
Las bibliotecas de Alejandría y de Pérgamo
Las primeras bibliotecas griegas surgieron en el siglo V A.C. En
Atenas se comenzaron a desarrollar gracias a los filósofos
sofistas. Contenían textos teatrales, líricos y poesía. También
se conservaban manuales retóricos y discursos modélicos.
Una de las bibliotecas más importantes fue la de Pérgamo,
fundada por Eumenes II, siendo su primer director Crates de
Malos. Se utilizaron como soporte de escritura el papiro y el
pergamino, que a diferencia del papiro, utilizó la forma de
codex, que permitía poder escribir en ambas caras y que ocupaba
menor espacio que el papiro. Reunió miles de volúmenes y fue la
única que pudo rivalizar con Alejandría.
La biblioteca de Alejandría fue creada en el año 304 A.C. por el
rey Ptolomeo, como Museo de Alejandría. Sus fondos eran
utilizados por sabios e investigadores. Cuando el libro entraba
en la biblioteca se almacenaba con una etiqueta. También
disponía de un taller para la copia de libros.
Existió durante casi 800 años, aunque su máximo esplendor lo
alcanzó en sus primero ciento cincuenta años. Calímaco estuvo
muy vinculado a la biblioteca y le debemos los Pinakes o tablas.
El libro en Roma
Es una prolongación del griego. Las materias escriptóreas siguen
siendo el papiro y rollos de pergamino denominados membranae.
Comenzaron a utilizar la corteza de árbol, de ahí la palabra
Liber.
A partir del siglo III A.C comenzó a despuntar la literatura
romana escrita en rollos de papiro que se comenzó a desarrollar
cuando Egipto se convirtió en provincia romana.
Los editores fueron importantes en esta época. Eran también
libreros y sus tiendas se llamaban Tabernae. Los escribas solían
ser esclavos griegos. Copiaban al dictado de un lector para
realizar varios ejemplares.
Las primeras bibliotecas públicas de Roma se asemejaron a la de
Pérgamo. Estaban situadas junto alo templo y disponían de un
depósito y pórtico para leer paseando. La primera biblioteca
pública fue impulsada por Asinio Polión. Estaba situada en el
atrio de la libertad y disponía de secciones griega y latina.
César Augusto creó dos grandes bibliotecas, una en el campo de
Marte, llamándose Pórtico Octavia y otra en el palatino junto al
templo de Apolo. El primer bibliotecario de este conjunto fue
Caro Meliso.
Durante el Imperio se crearon muchas bibliotecas dentro y fuera
de Roma. Tiberio creó el cargo de Procurator bibliotethecarum.
El primero fue Julio Papo.
Las obligaciones de un buen bibliotecario eran las de conocer y
mantener ordenados los libros, tener bajo su mando buenos
copistas y reparar los libros que estuvieran deteriorados.
Los cristianos incorporaron innovaciones al libro que consistía
en el vehículo de difusión de sus ideas. Utilizaron la forma de
códice. Constantino favoreció la religión cristiana. La
biblioteca cristiana más importante fue la Cesárea.
El libro en la Edad Media
La caída del Imperio Romano propició el empobrecimiento de la
cultura. La producción de libros y la cultura se refugia en los
monasterios. Los primeros se fundan en Oriente. El más famoso es
el de Santa Catalina en el monte Sinaí donde fue realizado el
Códice Sinaítico.
Desde los monasterios bizantinos se difundía la cultura griega.
Sobresalen el Convento del Estudium en Bizancio y los veinte
monasterios del Monte Athos donde se reúnen importantes
colecciones de manuscritos entre los siglos X y XV.
En Occidente destaca el Monasterio de Vivarium fundado en
Calabria en el siglo VI. Casiodoro recomendó a los monjes la
lectura y la copia de textos considerándolo un servicio a Dios.
La orden monástica más importante es la fundada por San Benito
de Nursia en el Monte Casino.
Fundó numerosos monasterios que se convirtieron en focos
culturales de Occidente desde los siglos VI al XI. Tenían un
Scriptorium donde trabajaban los monjes elegidos para la copia
de textos. Trabajaban desde la salida del sol hasta la puesta.
Al Scriptorium se accedía por una escalera de mano que se
quitaba cuando todos los monjes estaban dentro. La actividad
estaba dirigida por un monte experto.
Utilizaban el pergamino que ellos mismos preparaban. Tenían como
variante la Vitela. Cuando se obtenía el pergamino, se doblaba
para obtener el códice. A continuación se pasaba al copista que
escribía el texto en tinta negra. Al principio escribía sobre
sus rodillas, pero más tarde se utilizó el pupitre.
En el comienzo del texto el copista ponía las palabras Hic
Incipit o Incipit seguido del título de la obra. Dejaba en
blanco los huecos para las letras iniciales y para las
iluminaciones. Una vez acabado el texto ponía las palabras Hic
Explicit o Explicit añadiendo unas líneas donde figuraba el
título de la obra.
Los manuscritos con mejor caligrafía de los siglos VII y VIII
fueron realizados en las Islas Británicas. Cuando el texto
estaba escrito pasaba al rubricator que diseñaba las iniciales
en tinta roja pasando a continuación al iluminator que ilustraba
el códice con miniaturas o iluminaciones.
El encuadernador era el encargado de ordenarlos para coserlos y
ponerlos cubiertas. Una vez finalizado el códice pasaba a
engrosar la biblioteca del monasterio. Los monjes reutilizaban
el pergamino. Los códices reutilizados reciben el nombre de
Palimpsestos.
En la Alta Edad Media nacen bibliotecas al servicio de la
religión. En el siglo V se constituye la biblioteca de la
residencia de los Papas. En España se crean las bibliotecas
episcopales. Destacamos la biblioteca de Toledo, que reunió
obras de escritores cristianos. La biblioteca más voluminosa fue
la de Sevilla.
El período Carolingio
Los libros también estuvieron presentes en las Cortes Imperiales
como la de Carlomagno, que impulsó el movimiento Carolingio y
fundó escuelas para el estudio y formación de los hijos de los
nobles.
La biblioteca Palatina de Carlomagno estaba constituida por
obras de autores cristianos y estaba al servicio de personajes
ilustres de la Corte. Carlomagno fue enterrado en Aquisgrán con
un libro sobre sus rodillas. Creó la escritura carolingia, que
unificó las distintas variantes nacionales.
En España tenemos la Escuela de Traductores de Toledo. En el
siglo XII se introduce la letra visigótica. Destacan San Leandro
y San Isidoro de Sevilla, autor de las Etimologías. Los Beatos
recogen comentarios al Apocalipsis y son realizados por el Beato
de Liébana.
El libro en la Baja Edad Media
A finales del siglo XII aparecen las Escuelas Catedralicias que
son la antesala de las Universidades en el siglo XIII. Con ello
el libro se desplaza a los centros de enseñanza. Las escuelas
más importantes son la de medicina en Salerno y la de derecho en
Bolonia.
En el siglo XIII surgen las primeras universidades. Las más
famosas son las de Palencia, Valladolid, Salamanca, París,
Oxford y Cambridge. La enseñanza se impartía en latín.
En todas las universidades se crean Estaciones (librerías) a
cuyo cargo está el Estacionario. La gran demanda de libros
produjo la secularización de la cultura. Se generalizó el uso
del papel que se introdujo en la Península Ibérica en el siglo X
por medio de los árabes que lo utilizaron en Al-Andalus. Se
consolidó en la España cristiana con el nacimiento de las
universidades.
Las bibliotecas más importantes son las de las universidades y
las catedralicias, destacando de estas últimas las de Verona y
York. Las bibliotecas universitarias más importantes son las de
París, Oxford y Cambridge.
Para ampliar:
- Dahl, Sven: “Historia del libro”, Madrid: Alianza, 1972.
- Escolar, Hipólito: “Historia del libro”, Madrid: Fundación
Germán Sánchez Ruipérez, 1985.
- Escolar, Hipólito: “Historia de las bibliotecas”, Madrid:
Fundación G. Sánchez Ruipérez, 1990.
- Millares Carlo, Agustín: “Introducción a la historia del libro
y de las bibliotecas”, México D.F, Fondo de Cultura Económica,
1971.
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