El papel: producción, uso y difusión
Fue
inventado por los chinos y su introducción en Europa tuvo lugar
por los árabes a través de España, consolidando su comercio a
partir del siglo X. Fue utilizado en Al-Andalus junto con el
pergamino.
En la España cristiana se introdujo con el nacimiento de las
universidades.
Es un material muy barato al ser elaborado con trapos de lino y
algodón que se deshace hasta que es convertido en fibra. Se pasa
por rueda de molino para ser convertido en pasta y se introduce
en la forma para hacer el pliego de papel. Entonces son secadas
hasta que eliminan totalmente la humedad.
La xilografía: el libro xilográfico
La xilografía es un sistema utilizado por los chinos antes de su
llegada a Europa y lo utilizaban para estampar dibujos mediante
un taco de madera en el cual se entintaba lo que se quería
estampar. Este sistema fue muy utilizado en Europa en el siglo
XV.
Los primeros libros realizados en Europa con este sistema
aparecieron en Holanda y Alemania en 1430. Estaban destinados a
gente que no sabía leer y las estampaciones sustituían al texto.
Uno de los libros más conocidos fue la Biblia Pauperum.
Se conservan muy pocos ejemplares, ya que al ser material de
mucho uso se deterioraba enseguida. La xilografía se mantiene
para la ilustración de los libros impresos durante el siglo XVI
y parte del XVII.
Gutenberg inventor de los tipos móviles de metal
El sistema xilográfico era muy lento e impedía la realización de
muchas copias en poco tiempo y la madera se deterioraba
enseguida.
El tipo móvil ya era conocido en China en el siglo XI y aunque
los tipos metálicos ya se conocieron en Corea, la falta de
pruebas hace que se reconozca a Gutenberg como el inventor de
los tipos móviles de metal.
Gutenberg nació en Maguncia alrededor de 1400. Fue desterrado a
Estrasburgo donde residía en 1435 y se asoció con tres personas
para explotar su invento. Está comprobada su presencia en
Maguncia en 1444. En 1450 se asocia con el banquero Juan Fust
para explotar un taller tipográfico. Al romperse esta
asociación, Gutenberg tuvo que ceder al banquero todo su
material.
Durante su asociación con Fust imprimió unas cartas de
indulgencia del Papa Nicolás V, en letra gótica clara y pequeña.
También imprimió la Biblia de 42 líneas o Mazarina a dos
columnas.
Cuesta determinarle sus impresos al no aparecer el pie de
imprenta. Fust se asocia con un antiguo empleado de Gutenberg y
en 1457 imprimen un Salterio que se convierte en el primer libro
con fecha de impresión.
Todos los que habían trabajado con Gutenberg se establecieron
por su cuenta en las principales ciudades alemanas. Las
imprentas se convirtieron en negocios familiares que perduraron
durante generaciones.
En 1460 se estableció en Estrasburgo Juan Mentelin, que fue el
primero en imprimir una Biblia en lengua vulgar. En Nuremberg se
estableció Cronberger que llegó a tener representación en todas
las ciudades europeas.
Difusión y desarrollo de la imprenta en Europa
El primer país europeo con imprenta después de Alemania fue
Italia, que se estableció en el año 1464 a través del Monasterio
de Subiaco. Fue introducida por Conrad Schweynheim y Arnold
Pannatz, creando la letra romana. Tuvieron la protección del
Papa Sixto IV.
La ciudad italiana que más desarrolló la imprenta fue Venecia
donde Juan de Espira montó la primera imprenta incunable
publicando Epístolas familiares de Cicerón e Historia natural de
Plinio.
El impresor veneciano más importante fue Aldo Manuzio el viejo
que se instaló en la ciudad en 1490 y que en 1494 ya había
publicado 130 ediciones, la mayoría de autores clásicos griegos
y latinos.
La imprenta se introdujo en Francia en 1470. Se implanta en tres
grandes centros tipográficos: París, Lyon y Rouen. Las primeras
ciudades de los Países Bajos con imprenta fueron Lovaina y
Brujas en 1473 y Amberes en 1481.
La primera imprenta británica fue la de Westminster en 1476. En
España la imprenta llegó a través de Italia. Juan Parix se
instaló en Segovia y allí imprimió el Sinodal de Aguilafuente en
1472.
Los incunables
Este nombre se aplica a los primeros libros impresos. Son todos
los libros realizados desde la aparición de la imprenta hasta
1500. En los países Escandinavos se prolonga hasta 1550 y en
Hispanoamérica durante todo el siglo XVI.
Las características de los incunables son muy semejantes a las
de los manuscritos ya que la intención de los primeros
impresores era imitar todo lo posible el libro manuscrito. Los
tipos de letra más utilizadas son gótica y romana.
Al igual que en los códices carecen de portada y comienzan con
las palabras incipit o hic incipit. Eran de gran tamaño y sus
hojas no se foliaban ni paginaban. Se utilizaba al igual que en
los códices la signatura, el reclamo y el registro.
Para su ilustración se seguía el mismo método que con los
manuscritos, imprimiendo el texto en tinta negra y dejando un
hueco para las iniciales y las ilustraciones que eran realizadas
artesanalmente.
Difusión y desarrollo de la imprenta en España
Llega en 1470 a través de Italia pero sus primeros impresores
son alemanes. La primera obra impresa fue el Sinodal de
Aguilafuente, realizada por Juan Parx de Heidelberg en Segovia
en 1472.
Las siguientes obras impresas se producen en Barcelona y
Zaragoza en 1475. En Barcelona se trata de la Gramática de
Perottus realizada por Huan de Salzburgo y Pablo de Constanza y
en Zaragoza el Manipulus Curatorum realizada por Mateo Flando.
Más tarde aparecen libros impresos en Burgos, Toledo, Valencia,
Sevilla, Salamanca, Valladolid y Zamora. Los libros son de temas
religiosos aunque también se imprimen gramáticas, diccionarios y
obras en prosa y poesía.
El libro en el siglo XVI en Europa
En este siglo la cultura humanística alcanza sus cotas más
altas. Lutero y Calvino vieron en el libro la mejor manera de
difundir sus ideas. Lutero hizo que se crearan bibliotecas
municipales en los lugares donde triunfaron sus tesis.
La renovación tipográfica se inició en Italia, ya que las rutas
comerciales llevaban a Venecia. Sigue cobrando importancia Aldo
Manuzio. En 1501 salió de sus prensas la primera edición de las
obras de Virgilio, utilizando por primera vez la letra cursiva.
Sus ediciones son conocidas como aldinas. Creó su marca de
impresor y realizó bellísimas encuadernaciones con tapas de
cartón.
En Florencia se establecieron los Giunta que editaron las obras
de Petrarca en 1504, las de Dante en 1506 y las de Bocaccio en
1516. También se establecieron en Lyon y en España donde Juan de
Junta creó imprentas en Burgos y Salamanca.
En Roma se estableció Antonio Blado que imprimió El Príncipe de
Maquiavelo y el Índice inquisitorial en 1557.
En los Países Bajos, Amberes se convirtió en el centro impresor
más importante de toda Europa. Aquí se estableció Cristóbal
Plantino. En 1576 poseía 22 prensas e imprimió la Biblia de
Arias Montano.
En Francia los impresores más importantes fueron la familia
Estienne que tuvieron talleres en París, Lyon y Ginebra. Fueron
tres generaciones de impresores. Robert Estienne imprimió un
diccionario latino titulado Thesaurea linguae litanae.
El libro en el siglo XVI en España
Durante la primera mitad de siglo se utilizaron los tipos
góticos que poco a poco son sustituidos por los romanos e
itálicos. Para la ilustración se utilizaba el grabado
xilográfico.
Todos los libros deben llevar portado en la que se informaba del
título de la obra y el nombre de su autor. El libro experimentó
varias disposiciones legales. Los focos de impresión más
importantes fueron las ciudades con Universidad.
En Alcalá de Henares se estableció Arnoldo Guillén de Brocar que
se encargó de imprimir la Biblia Políglota Complutense del
Cardenal Cisneros, impresa en griego, latín y hebreo con
caracteres góticos, romanos e itálicos. Se imprimieron 606
ejemplares. En Barcelona sobresale Carlos Amorós impresor de
obras de Boscán y Garcilaso, y Juan Rosenbach impresor en
catalán, castellano y latín.
Las bibliotecas en los siglos XV y XVI
El siglo XV es el siglo de las bibliotecas privadas
pertenecientes a bibliófilos. Se dieron dos tipos de
bibliófilos: el primero formado por los que querían coleccionar
manuscritos y el segundo integrado por los que daban importancia
al contenido del libro.
Fue famosa la biblioteca de los Medici, cuyo miembro más
importante, Cosimo el Viejo, llegó a reunir 800 volúmenes.
Lorenzo de Medici atesoró cerca de 1000 ejemplares.
La Biblioteca Vaticana arranca en la Edad Media pero sus libros
se dispersaron al trasladarse los Papas a Aviñón. En esta ciudad
Juan XXII y Clemente VI formaron una biblioteca de 2400
volúmenes que no viajaron a Roma una vez regresaron los Papas
definitivamente. Cuando Cosimo de Medici fue nombrado Papa
reunió en la biblioteca Vaticana 1200 volúmenes.
Los Duques de Ferrara formaron una biblioteca con más de 500
ejemplares, algunos de ellos manuscritos.
El bibliotecario en el siglo XVI pasa a ser del conservador y el
reponedor de libros a ser la persona que asesora a los príncipes
y nobles a la hora de adquirir nuevos ejemplares.
Isabel la Católica llegó a poseer de cerca de un millar de
libros, entre los que había manuscritos. El Marqués de
Santillana, tuvo la biblioteca de manuscritos más importante de
la época.
El siglo XVI es el siglo de las Bibliotecas Nacionales. Nace la
Biblioteca Nacional de Francia cuyo embrión es la Biblioteca
Real. En 1558 se crea la Biblioteca Nacional de Baviera. En el
siglo XVI también se funda la Biblioteca Nacional de Austria.
En España surge la Biblioteca de la Universidad Complutense,
creada por el Cardenal Cisneros. Contaba con una importante
colección de manuscritos. Hoy en día es la segunda biblioteca
más importante de España en cuanto al número de volúmenes.
También fue importante la Biblioteca Colombina, creada por
Fernando Colón. Llegó a reunir 300 volúmenes. Felipe II creó la
Biblioteca de El Escorial a la que en 1565 donó 42 libros. En
1566 hizo un nuevo envío de libros.
El libro en el siglo XVII en Europa
Las impresiones son de mala calidad y el papel es de mala
consistencia. Decaen las ediciones de autores clásicos y las
tiradas de la Biblia. Las obras en lengua vernácula no traspasan
la frontera de los países.
El centro más importante de este siglo es Holanda que se
independizó de España. Al no tener ni Inquisición ni poder
absoluto fue un lugar abierto a todas las ideas.
Sobresalen los Elzeviros. Llegaron a tener talleres en Leyden,
La Haya, Utrecht y Copenhague. También destaca la familia Blauer
especialista en publicar Atlas Geográficos.
En Francia los reyes dictaron disposiciones que limitaban la
libertad de edición. Se ordenó que se redujeran a 36 los
talleres en París y se obligó a que los aprendices fueran
católicos y franceses. Sobresalió Antoine Vitrée que utilizó los
tipos orientales.
El libro en el siglo XVII en España
El libro siguió la tónica de decadencia de los países europeos.
Felipe IV impuso un impuesto al libro. La censura siguió
existiendo y la impresión tenía que ser autorizada por el
Consejo Real.
Los dos focos impresores se fijaron en Madrid y Valencia. Madrid
tenía Imprenta Real y se instaló Juan de la Cuesta que imprimió
la primera edición de El Quijote en 1605, además de las Novelas
ejemplares, el Persiles y la segunda parte de El Quijote.
Las Publicaciones Periódicas
En el siglo XVII surgen las publicaciones que son el germen de
lo que hoy conocemos como publicaciones periódicas, que nacieron
para el público que solo sabe leer en lengua vernácula. Vieron
la luz en Alemania con el nombre de relationen o avisa y tenían
periodicidad semanal.
También surgieron las revistas científicas en lenguas vernáculas
que hasta entonces se publicaban en latín. En España carecieron
de interés para los reyes y sus válidos ya que las veían como un
elemento subversivo contra la Corona. La primera publicación
española fue La Gazeta.
Las bibliotecas en el siglo XVII
Se crea la biblioteca Bodleiana en Oxford. Inaugurada en 1602
con cerca de 300 manuscritos y 1700 impresos. En 1606 los fondos
se habían triplicado. Contenía obras de teología protestante y
católica y escritas en latín y lengua vernácula.
Otra biblioteca importante fue la Ambrosiana de Milán creada por
Federico Borromeo y que reunió 30000 impresos y 15000
manuscritos. En Francia el Cardenal Mazarino creó una biblioteca
con 40000 volúmenes poniendo al frente a Gabriel Naudé.
En España se crean bibliotecas particulares como las de Diego
Sarmiento, Conde Duque de Olivares, Gaspar de Guzmán, Ramírez de
Prado o Juan Lucas Cortés.
Destacamos a Nicolás Antonio que reunió una biblioteca de 30000
volúmenes. Pero fue famoso por sus trabajos bibliográficos. Es
el autor de la Bibliotheca Hispana Nova en 1672 y doce años
después de morir se publicó Bibliotheca Hispana Vetus revisada
por Manuel Martín Zaragoza.
Para ampliar:
- Dahl, Sven: “Historia del libro”, Madrid: Alianza, 1972.
- Escolar, Hipólito: “Historia del libro”, Madrid: Fundación
Germán Sánchez Ruipérez, 1985.
- Escolar, Hipólito: “Historia de las bibliotecas”, Madrid:
Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1990.
- Haebler, Conrad: “Introducción al estudio de los incunables”,
Madrid: Ollero y Ramos, 1995.
- Millares Carlo, Agustín: “Introducción a la historia del libro
y de las bibliotecas”, México D.F, Fondo de Cultura Económica,
1971.
- Simón Díaz, José: “El libro español antiguo”, Kassel:
Reichemberger, 1983.
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