• Miguel Ángel Fernández

    HISTORIA VIVA

    Bibliotecas. Siglos XVIII

    por Miguel Ángel Fernández


IMPRENTA


Renacimiento del arte tipográfico en el siglo XVIII: el libro en la Europa de la Ilustración


El siglo XVIII es una de las etapas más brillantes de la historia del libro. Las portadas son más ligeras, con menos grabados. La mancha de tinta tiene márgenes más anchos y tinta de mejor calidad. Se utiliza papel más liso.

Se normalizan los tamaños de los tipos y se generan las viñetas tipográficas. Los libros religiosos se reducen a un tercio y también desciende la edición en latín.

En Francia se desarrolla el comercio del libro debido al aumento de los lectores. Se editan libros de contenido científico y filosófico y los clásicos franceses se editan en bellas ediciones.

También tuvo los mejores ilustradores gracias al movimiento rococó. Destacamos a la familia Fournier. En la segunda mitad del siglo XVIII destaca la familia Didot. Cabe recordar a Francisco Ambrosio Didot que realizó diversas ediciones de clásicos franceses.

El libro en Italia sigue tendencias europeas. Su impresor más importante fue Giovanni Battista Bodoni que consiguió gran belleza en el aspecto del libro. Trabajó en la Imprenta Pontificia.

La imprenta en Gran Bretaña se desarrolló gracias a que se suprimieron las restricciones legales que permitieron que todas las ciudades del país pudiesen tener su imprenta. Se desarrolló el libre comercio de librerías y en 1709 se promulgó el Acta del Copyright para proteger la propiedad intelectual.

Destacó John Baskerville que consiguió que sus impresiones aparecieran con una tinta negra muy brillante e imprimió una colección de autores clásicos. Se desarrollaron imprentas privadas que dieron origen a la bibliofilia.


El libro en España en el siglo XVIII. La importancia del rey Carlos III

Durante la primera mitad del siglo XVIII se arrastró la decadencia de la imprenta. En la segunda mitad del siglo XVIII fue mejorando el aspecto tipográfico, la belleza de las ilustraciones y la calidad del papel. Todos estos cambios se debieron a la protección y al impulso de Carlos III. En 1764 confirmó los derechos de autor declarando que el privilegio no se extendía con la muerte del autor.

La Inquisición perdió prerrogativas con Felipe V y Carlos III, que concedieron a los autores derechos que antes no tenían. Carlos III insistió en que todo tipo de impresos llevara el pie de imprenta para evitar falsificaciones.

Eudaldo Paradell fue uno de los impresores más importantes de la época. Abrió cuatro talleres en Barcelona. Carlos III comprobó que las impresiones eran más bellas que las de Madrid y le invitó a instalarse en la Corte.

Otro importante impresor fue Joaquín Ibarra que se estableció en Madrid y fue uno de los artífices de la Real Compañía de Impresores y Libreros del Reino. Utilizó papel satinado e inventó una tinta brillante cuya composición mantuvo en secreto. Realizó la impresión de dos Quijotes una en 1771 y otra en 1881. Editó más de 2000 obras. Fue impresor de cámara del Rey, del Arzobispado Primado, de la Real Academia Española y del Ayuntamiento de Madrid.

Benito Monfort se instaló en Valencia y fue el impresor de las instituciones más relevantes de la ciudad. Destaca por la Crónica de Juan II y por la Crónica de los Retes Católicos.


Las bibliotecas en el siglo XVIII

En el siglo XVIII la cultura secular se impuso sobre la religiosa. Los centros intelectuales salieron de la Universidad y se desplazaron a las Academias. Continúan creándose las Bibliotecas Nacionales.

En Gran Bretaña surgen las Bibliotecas Parroquiales y los Clubs del Libro. El Museo Británico albergó la Biblioteca Nacional desde 1753. Originalmente contaba con 3488 manuscritos y 40000 impresos. En 1973 la biblioteca se desligó del museo.

En Italia existen ocho Bibliotecas Nacionales y tres de ellas, la Biblioteca National Florentina, la de Vittorio Emmanuel III en Nápoles y la Braidense se crean en el siglo XVIII.

La Biblioteca Nacional de Portugal se crea en 1796 como Biblioteca Pública. La denominación de Nacional la obtuvo en 1836.

En España la Biblioteca Real se convierte en Nacional con la llegada de los Borbones. El propio rey donó cerca de 8.000 volúmenes.

Influencia de la Revolución Industrial del siglo XIX en la producción del libro

A consecuencia de la Revolución Francesa y de la Revolución Industrial se desarrolla la ideología liberal y se dinamiza la economía.

La concentración de la población en las ciudades y el aumento de los centros de enseñanza favoreció la industria del libro. El perfeccionamiento de la maquinaria trajo como consecuencia el aumento de la producción. El libro se acerca a otros sectores de la sociedad lo que obliga al abaratamiento.

Se comienza a fabricar el papel continuo, que se enrollaba en una bobina y una vez impreso se cortaba a medida. Producía mil quilos en lugar de los cien manuales.

También se comenzó a fabricar en pasta de madera. Las prensas pasaron a ser de hierro. Con ello se pasaba a imprimir 800 ejemplares a la hora. En Francia se construyó la primera rotativa con bobinas de papel continuo para imprimir periódicos.

Mergenthaler inventó la linotipia que fabricaba líneas completas de texto. El fotograbado imprimía dibujos en plancha metálica.

Surge la figura del representante de libros. Se generaliza el sistema de suscripción que proporciona al editor ingresos previos a la edición.

El texto se vuelve a disponer a dos columnas. A España, como ya sabemos, la Revolución Industrial llegó más tarde.

José Espasa y Manuel Salvat amplían el mercado del libro. Saturnino Calleja destaca por sus ediciones de cuentos para niños.

A partir de 1820 surgen las revistas del exilio y la aparición de los diarios La Gaceta y El Diario de Madrid.

En 1879 se aprueba la Ley de Propiedad Intelectual y en 1880 el reglamento que la desarrollaba. En 1883 se aprueba la Ley de Imprenta.


Las bibliotecas en el siglo XIX

Aparecen y se generalizan las bibliotecas públicas en los países anglosajones para proporcionar formación a las clases más desfavorecidas. Dieron lugar a las grandes tiradas de periódicos.

En Estados Unidos fueron consideradas instituciones educativas. Gracias a los benefactores como Andrew Carnegie se pudieron construir 2.409 bibliotecas. También se creó la ALA.

Boston fue la primera biblioteca pública americana y la Biblioteca del Congreso tomó carácter de Nacional.

Las bibliotecas públicas en Francia nacieron para guardar fondos incautados a la Iglesia y a los Nobles. La Biblioteca Nacional Francesa organiza sus fondos y comienza a publicar catálogos. Se crea L´Ecole de Chartres para formar a bibliotecarios y archiveros.

En España se funda la Biblioteca de las Cortes. En 1836 la Biblioteca Real se convierte en Nacional y pasa a depender del Gobierno. En 1856 se crea la Escuela de Diplomática que expide el título de Archivero-Bibliotecario.

Se promulga la Ley de Instrucción Pública que contempla la creación de bibliotecas públicas. Así surgen bibliotecas como la del Ateneo de Madrid, Ateneo de Gijón o de Sociedades de Amigos del País.


La industria librera en el siglo XX

Las técnicas industriales y las nuevas formas de mercado alcanzan a la totalidad de la industria librera. Las tiradas de prensa diaria se amplían gracias a la demanda y a la utilización de medios cada vez más rápidos.

Se generalizan las ediciones de bolsillo. Su contenido es variado. En Estados Unidos surgen los clubs del libro en los años 20 y se desarrollan en Europa a partir de los años 50. Consisten en vender por correo por medio de catálogo.

Una variante es la venta por correo por parte del editor o librero. También podemos hablar de la venta a plazos y la venta por fascículos.

A principios de siglo la industria bibliográfica era escasa en España. Las campañas de alfabetización aumentaron el número de lectores.

En 1925 Calpe y Espasa se fusionan dando lugar a Espasa-Calpe. José Ortega y Gasset funda la Revista de Occidente. Barcelona se pone a la cabeza del mundo editorial. Debido a la Guerra Civil, el empobrecimiento de las editoriales fue alarmante. Surge una poderosa industria latinoamericana sobre todo en México y en Argentina.

En este siglo se desarrollan las publicaciones periódicas. Suecia y Gran Bretaña son los países con mayor número de lectores de prensa. Alemania y Francia tienen periódicos que superan el millón de ejemplares diarios.

Las revistas de contenido variable y científico también tienen un importante desarrollo. Actualmente se está viviendo una revolución parecida a la que se vivió cuando se inventó la imprenta.

Si el papel sustituyó al pergamino, los nuevos soportes están ganando terreno al papel. La composición del libro y de la prensa dependen del ordenador. Las nuevas tecnologías están creando un nuevo tipo de libro.

Las bibliotecas en el siglo XX

Están concebidas como un servicio público cuya función es la difusión de la cultura. El crecimiento del nivel de vida ha aumentado el número de lectores. El desarrollo de las bibliotecas se ha debido a la voluntad de las asociaciones profesionales como ALA, IFLA o la UNESCO.

Las dos Guerras Mundiales han supuesto la desaparición de bibliotecas importantes en países como Polonia. Las bibliotecas de Lovaina y Sofía fueron destruidas, en Checoslovaquia, se destruyeron más de tres millones de libros y las bibliotecas de Múnich y Berlín quedaron arrasadas.


Para ampliar:

- Dahl, Sven: “Historia del libro”, Madrid: Alianza, 1972.
- Escolar, Hipólito: “Historia del libro”, Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1985.
- Escolar, Hipólito: “Historia de las bibliotecas”, Madrid: Fundación Germán Sánchez Ruipérez, 1990.
- Haebler, Conrad: “Introducción al estudio de los incunables”, Madrid: Ollero y Ramos, 1995.
- Millares Carlo, Agustín: “Introducción a la historia del libro y de las bibliotecas”, México D.F, Fondo de Cultura Económica, 1971.
- Simón Díaz, José: “El libro español antiguo”, Kassel: Reichemberger, 1983.

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