Rincón de la Poesía
Zaidena
Sta. Fe - Argentina
¡AMIGA!
Ven amiga, siéntate a mi lado,
está lloviendo, y esta lluvia mansa
agrava mi tristeza,
me pone agobiada y melancólica,
me envenena el alma y los sentidos,
me vuelve vulnerable y apenada.
Ven amiga…¿estás cómoda?
escúchame entonces..
¡quiero contarte el dolor
tan grande que me embarga!
Yo lo amaba…..¿sabías?..
con mi sangre, con mi cuerpo,
con mi alma..
El me enseñó a amarlo,
me fue dando lecciones
que de a poco
se fueron convirtiendo
en posesiones redomadas
¡y cada día lo amaba más amiga!
Verlo a él era ver al sol
Iluminando un amanecer en el mar,
o la luna brillando en su morada,
o a las mariposas
revoloteando sobre un charco,
jugando entre ellas con el agua.
Oírlo a él era sentir que el aire
abría mis pulmones,
que una corriente pujaba
entre mis venas,
que la sangre fluía más aprisa
y el corazón gozoso se exaltaba.
Sentirlo a él, amiga, era sentir
un gran fuego en mis entrañas,
era respirar entrecortado por el jadeo
que producía mis ansias,
era desearlo entre mis manos,
en mi cuerpo y en mi alma.
¡Yo lo amaba amiga!, él me enseñaba…
recorría conmigo callejones inmensos
de salidas airadas,
escalaba mis montañas, sólo por el vértigo
que le producía llegar a la cumbre,
y cuando ahí llegaba… ah, amiga
¡cómo plantaba su bandera de llegada!
porque yo era su posesión, era su causa,
era su alumna, era su esclava…
Y de pronto amiga..dejó de enseñarme…
de decirme nada… y mi corazón
otrora jovial y venturoso
¡no podía entenderme consternada!
y me fui apagando lentamente,
hasta quedar en lo que hoy ves…
¡desconsolada!
¿Que si quiero vivir decís amiga?
¡ya no me importa!
¿Que si quiero morir?
¡si ya estoy muerta!