La vida es salir y observar
Mirar si tiene esquinas, forma
Si te golpea, si te acaricia
Contemplar tu alma sin letras ni perfil
Canalizar tu ira sin etiquetas.
Tan natural

LÍNEAS BIOGRÁFICAS: ACEPTACIÓN DE LA REALIDAD
Hoy
nos acercamos a la poesía de Mª Asunción San Miguel Arteaga
(Vitoria, 30-8-1955), una mujer que ha hecho del verso un medio
para explicarse a sí misma, sus quebrantos, sus desazones
internas, sus problemas reales. Mariasun escribe, como nos dice:
“Porque necesito expandir ese fuego interior, de rebeldía,
desesperanza y a la vez de amor a todo lo que es VIDA. Soy
inconformista, con sentido de la justicia y tan vulnerable que
ante el temor de que me hagan daño y viceversa, expreso a una
lectora-r indeterminada, como el que echa un cubo de agua
hirviendo o como en la Edad Media, “agua va”. Pienso que la
palabra escrita tiene mucho poder y por ello no me publican a
veces en los periódicos las cartas reivindicativas socialmente.
Mi mente, por otra parte, es divergente y escribiendo doy tiempo
a colocar las ideas en el casillero mental y después
escribirlas. Calma mi ansiedad en noches de insomnio, ante el
espectáculo maravilloso, obra de la naturaleza en la noche, y
sobre todo las mañanas de domingo en la Sierra de Cantabria, con
el monte Toloño al fondo. En Zalacaín el aventurero, Pío Baroja
hace alusión.”
Su vida ha transcurrido siempre en Vitoria, excepto cuando
estudió en Salamanca, ciudad de la que guarda un buen recuerdo
como leemos en alguno de sus poemas:
“Salamanca, tierra mía
Que hasta en coplas camperas llamas,
Un silencio especial me detiene,
Un recuerdo que no olvidaré.
Los churros de mañana
El vestir mi dedo con ese anillo charro.
Las campanadas en la Plaza Mayor”
Es la segunda de siete hermanos y eso ha marcado, por supuesto,
su vida. Su padre falleció en 2001, lo cual fue un mazazo en la
vida de la poeta. Habla con mucho afecto de sus padres que:
Siempre nos dieron ejemplo de mucho amor y entendimiento entre
ellos. Tenían mucho humor y gastábamos bromas a la gente.”
Nos cuenta que, al estudiar en un colegio religioso, sintió, de
pequeña, esa especie de vocación religiosa que, con el tiempo,
fue diluyéndose, pero que marcó también su vida. Así, como nos
cuenta: “A partir de entonces mis lecturas fueron “vidas
ejemplares”, camino de perfección de Sta. Teresa de Jesús,
visitas a Ávila y a Salamanca posteriores en busca de sus
orígenes, de Sta. Teresita del Niño Jesús , incluso visité
Lisieux de mayor para pisar sus huellas. Tb. Leí a su compañero
San Juan de la Cruz .”

Mª Asunción es profesora de EGB especialista en educación
preescolar, en ciencias sociales, especialista universitaria en
educación musical. Aparte también es Licenciada en Psicología,
especialidad Clínica. Trabajó durante mucho tiempo en
Preescolar, los párvulos fueron su ilusión y su vida; aunque, en
la actualidad, a causa de un accidente, está ya jubilada, desde
hace 15 años, y colabora en Asociaciones no lucrativas. Ella
misma nos lo cuenta: “Aunque no ejerzo, colaboro en una
Asociación de Enfermos Psíquicos de Álava (ASAFES) He formado
parte del Teléfono de la Esperanza muchos años. Creo en la
bondad de las personas y en que todas las acciones tienen una
etiología afectiva.” Tiene un hijo, de su breve matrimonio que,
es, de alguna manera, el motor y la ilusión de su vida.
Cuando le pedimos que se defina a sí misma, esto es lo que nos
cuenta: Muy crítica y autoexigente, con gran sentido del humor
pero la mente me juega malas pasadas porque no soporto las
injusticias y me rebelo fácilmente. Suelo meterme en mi guarida
con facilidad, no creo en las apariencias ni me gustan. Muy
realista, con gran labilidad emocional, ansiosa lo cual se
contrarresta con ilusión sólo por las pequeñas cosas, el
anochecer en la playa o el despuntar de un almendro. Y qué voy a
esperar a mis casi 55 años: Atención positiva y aceptación de la
realidad. Te resignas ante lo que difícilmente puedes ya
cambiar, y te ilusionas con el hoy y el ahora, siempre con
humildad y sencillez. ¡Ay ese karma que traemos!”
En la actualidad, da rienda suelta a su cauce poético en la
revista complutense “Omnia”, que para ella es muy especial
porque significa: "La ilusión y la espera cada dos meses de
verla en el buzón. La esperanza de compartir con todos vosotros
la tertulia algún sábado de primavera. Entrar en contacto con
otra forma de expresar mis sentimientos e inquietudes, ya que
considero que no tengo fluidez verbal. No os conozco pero os
siento. ¿Hay algo mayor que UN SENTIMIENTO en el que no
intervienen las miradas ni la palabra oral?”
POESÍA Y PROSA: EXPRESIÓN PURA Y DIRECTA
Mariasun, que no ha publicado ningún libro, escribe poesía y
prosa, aunque aquí nos centraremos en la poesía. Cabe, eso sí,
comentar, siguiendo sus palabras un género que le gusta
especialmente, “LOS MICROCUENTOS. Inventé un personaje de unos
setenta años, bonachón, con la cultura de lo popular,
desenfadado y de carácter cómico. Se llama Justo.”

Pese
a no haber publicado más que en revistas, como hemos dicho, sí
puede contarnos que ha ganado algún premio: “En 2006 quedé
finalista en el primer certamen de poesía “Victoriano Crémer” de
Basauri (Vizcaya) Publicaron mi poesía en el libro que editaron.
En 2007 gané el 2º premio en el segundo certamen de Cuento y
Leyendas “San Felices de Bilibio” y comarca de Haro. El cuento
se titulaba: “Bello, pero oscuro”. En los años 2007, 2008 y 2009
gané el primer premio de Concurso Literario de Poesía, Cuento y
Ensayo, por parte de una asociación cultural de mayores.
Desde hace unos quince años colaboró en la revista Kaskarinia de
Asafes en aras de dar a conocer la enfermedad psíquica y
concienciar a la población. En el año 2008, publicamos desde
Asafes un libro de poesía titulado “Palabras Anónimas,
sentimientos míos”. Son pinceladas de expresión pura y directa,
siguiendo el abecedario. Cada componente expresa lo que le
sugiere una palabra determinada.” Continuando con el tema, por
ejemplo, la palabra miedo a ella le sugirió: “ El alma me da
miedo, me dan miedo los sueños, confundidos con recuerdos, el
delirio me da miedo, me dan miedo las penas que siempre van a un
lado”.
La poesía, para Mariasun, es “La unión con una energía superior,
bien sea un Dios sublime. La poesía es la elevación al ámbito de
lo trascendental, no se entiende pero gusta, a veces hasta se
mama. Es la transferencia de lo inexplicable, de lo intangible,
de la libertad entre caudales, que sale a raudales (valga la
redundancia) pero que el sistema social te hace una criba.”
Ella se sabe autodidacta y es consciente de las lagunas formales
que puede haber en sus versos que surgen de su sentir, por eso
confiesa que principalmente escribe para ella misma: “para
vencer mis partes ”oscuras” socialmente y traspasar una luz
infranqueable. Precisamente, mi poesía gusta mucho a pocos
lectores. Claro está, se nota que soy autodidacta, que no guardo
un aspecto formal. Transmito fondo; si no para qué… escribir.
¿Qué sentido tendría en mi caso que no tengo que ganarme la vida
ni competir?.”
Demuestra que la poesía sirve también como terapia sanadora, es
un medio que nos ayuda a estar en conexión con nosotros mismos y
a entender mejor el entorno o, al menos, a aprender a convivir
con él. Su poesía es honesta, difícil de apreciar y, a veces,
oscura, pero siempre directa.
Cuando escribe hay un cierto tono de elegía, un lamento que
continua, que no se cierra del todo, es como si se desdoblara en
sus propios heterónimos y proyectara en ellos su angustia y su
dolor. De ahí, tal vez, que sienta predilección por Antonio
Machado y Fernando Pessoa, aunque también lee con gusto a Miguel
Hernández, Tagore y Antonio Gala.
Sus versos, en ritmos dispares y con imágenes llenas de ángulos,
de recovecos, nos hablan del amor y del desamor, de la soledad,
de las situaciones límites y del anhelo por salir adelante y
tener esperanza en el presente porque, como veremos, el futuro
no es un aspecto en el que Mariasun quiera profundizar.
EL DESTINO: LA SED DE AMOR
Mariasun, en el año 2006, escribió una serie de poemas que
titula, “El destino” en donde muestra su aspiración al amor y la
imposibilidad de conseguirlo, es como si ese mismo destino se
interpusiera entre ella y el amor:
“Hubo un tiempo
En que la luna brilló.
¿En tu ausencia?
Hubo un tiempo de sosiego
En mi corazón.
Amé.
¿Por qué fue efímero?
¿Es que todo se acaba?
¿Es que vencida la muerte
la distancia de un silencio fue presente?
Locura de la sinrazón,
Duda palpitante,
desvelo en el olvido.”
El dolor se apodera de la poeta:
“Hurgando voy
Corazones de lata
Al amanecer
En un suspiro de amor.”
Y la resignación, ante lo inevitable llega:
“Todo estaba escrito
En el horizonte,
donde el mar se hizo línea
Más allá del poniente.
¡Dios que ahí estás!
¿Qué queréis?
Quise amar.
No oséis en mi necesidad.
Fue ayer,
Es hoy
Y mañana…amor”.
La vida, al fin, se impone y Mariasun se pregunta si hay algo
más y llega a la conclusión de que:
“Si hay algo
Ahí estarás tú,
Hambrienta de paz
Por verte,
Ahí estarás tú.
¡Amor!
Si hay algo,
Sedienta la mar
Por olerte.
Ahí estarás tú”.
ARTRODESIS: LA ENFERMEDAD Y EL DOLOR
Mariasun escribe una poesía que se expande, que recrea sus
propias vivencias interiores y que engloba bajo el título
“Artrodesis”. Se identifica con elementos de la naturaleza y
trata, a la manera romántica, de ver sus propios estados
reflejados en los elementos, como, por ejemplo, en el mar:
“Sabías, sabías mi intención.
Te luché, te reté,
Te seguí, te miré.
Y mis ojos se perdieron
Confundidas perlas
En el fondo del mar.”
Por otro lado, su devenir biográfico, sus preocupaciones son
palpables en su poesía. Así, en 2007, ante una operación
complicada, nuestra poeta muestra su estado de ánimo en estos
versos:
“Si el viento supiera lo que fue
Huesos duros avanzando a dentelladas
En artrosis galopante,
Hacia ti, se lanzaría.
Si Dios me llevara
Artrodesis vacía en que nos sumimos,
Estancados o dóciles,
Sería el viento
Quien me contara
Quien me llamara para decirme:
“mamá estoy bien,
la vida un soplo fue”.
Tras la operación, tuvo que pasar un largo postoperatorio en una
silla de ruedas. Entonces, mientras permaneció en una
residencia, escribió muchos poemas con un tono agridulce:
“La vida,
Cincuenta y dos años y
Una silla de ruedas
Girando “hacia el horizonte”
Sin descansar.
La vida,
Dos enormes ruedas: drama y comedia
Hacia deseos pintados de aire
En frías realidades.
Un enigma, una atracción de feria.
Suave brisa,
Fuerte olor o ríos corpóreos
A experiencia desinfectada
Por el miedo de los que atrás quedan.
Perdiendo voy,
Conciencia de realidad diseñada
En esta residencia ,
dicen, de la tercera edad.
¿No será ésta la verdadera edad,
cuando llegas a la esencia en su interior,
cuando te resignas
tras comprobaciones fundadas en años
que la vida un atropello fue?”
En esos días de obligada convalecencia, de obligado retiro,
Mariasun pudo reflexionar:
“Mañana tus arrugas
Al polvo regresarán
Y de igual se teñirán.
¿No es verdad que el ancho mar
horizontes igualará
y tu curva alisará?”
Y así, el poema “Monotonía” refleja el paso siempre igual de los
días, cuando son vividos desde la enfermedad:
“Los días todos iguales
Un miércoles
Precede a un jueves;
Un jueves con sol
un viernes bajo niebla
Una espera
Un cruce
¿y después?”
Por fin, cuando puede irse a casa, la sensación que siente es de
zozobra, como nos cuenta en este relato, “La ciudad me queda
lejos”, a caballo entre la prosa y la evocación poética:
He dejado atrás (¿quién compartirá mi espacio y no el tiempo? )
la habitación 120. Era aséptica, pero mecánicamente estruendosa.
Comenzaba el día. Desde primera hora se oían pasar carros con
empapaderas y mudas, llenas de quejas. Mover el cuerpo dolorido
y pesado suponía mucho esfuerzo para el abuelo quejumbroso,
caído de la cama como una rutina más del día que por hacer
estaba, y por terminar no había llegado.
Con una perspectiva diferente del tiempo, llegaban “las de bata
blanca” a mi cama y con energía, cogiéndome de las piernas, me
trasladaban a esa silla mortuoria e incapacitante desde la cual
la vida “corría” muy lenta. Paradójicamente, era la única forma
de poder sentirse uno mismo, fuera de prisas.
NADA PIERDO: LA BÚSQUEDA
Mariasun, siguiendo la línea cronológica de sus poemas, quiere
vivir en plenitud, superar los obstáculos, entregarse a la vida:
“Quiero vivir todo, la nada por un todo.
El frío en el dolor
La pobreza del que pide.
Y vestirme con su deseo
Del que pide sin poder ,
pudiendo al rico robar lo que nunca tuvo:
amor para dar
besos de contacto en tu piel
olores de farsa que claman victoria.
Quiere apresar el presente y no preocuparse por el futuro:
En fin, me quedo en el hoy
Sin esperar ya nada,
Nada, nada más.”
Sus versos nos hablan de cansancio, de hastío, de punto y final
de una situación que ya no se mantiene, como leemos en el poema
“Lo insalvable”:
“Me cansé de tanta palabra quemada
De sus bocas heridas
Traspasadas por labios sudorosos
De odio prometeo.
Confundí la era victoriana
Con un fascismo exacerbado
En el fondo es lo mismo
Precolombino de aristas dolorosas
Piel de cordero
Corroído, con-fun-di-do.
Me cansé de soñar sin sueños
De llorar sin llanto
¿para qué?””
Se resiste, en suma, a que la encuentre el destino llorando,
angustiada y perdido el rumbo:
“Que no , que no quiero
Que la vida pase llorando.
Me resisto
Me inundo de riesgos aparentes
De vibraciones, de personas
Que tiñen, critican, no aceptan..
Pasé, luché, conquisté,
Quise querer y se hundió mi saber.
Ahora, tal vez, viva,
Desentierre el miedo
De los años que no saben de libros
Sino de paz, auténtica paz.”
TIEMPO INTERIOR: SALGA DE MI EXISTENCIA
Las reflexiones de Mariasun, en sus últimos poemas, tratan de
tocar lo trascendente, evocan estados de ánimo difíciles,
ahondan en la soledad y trazan un paisaje melancólico y, a
menudo, desolado:
“Dos sábanas.
Al menos dos,
Y yo en medio, sola
Como un paquete
Por llegar al destino.”
Acaso busca saberse integrante de un todo, de una especie de
panteísmo para superar la soledad que la rodea:
¿ Somos dos:
el universo y yo
confundido, inmensurable?
O tal vez
Salga de mi existencia
Y escucho el ruido de la ducha
La moto tras los cristales.
Sí, convencida vago sola
Entreteniendo al destino
Re-te-nién-do -me
En la horizontal.
Es más seguro.”
La soledad sigue siendo una de las constantes de su poesía, uno
de sus ejes temáticos:
“Deja, déjame estar ahí
Sola yo
Volando, exhalando aroma
Cantora del instante
Sin deseos ni añoranzas.”
Algunas imágenes, rozando lo surrealista, irrumpen en sus poemas
y nos permiten intuir una desazón interior, una angustia ante la
vida, ante el devenir de los días y las horas:
“Cuando sales astro redondo, selecto
Bailo tus rayos.
De pronto me agacho
Abrazada a un enjambre de avispas
En la acera, con el claxon
y te pierdo bajo extrañas sombras.
Tendré que mirar desde otro ángulo
Contemplar otro claroscuro
O la sombra de mi figura.”
Y ese tiempo, en su perpetuo pasar, que todo lo trastoca y que
la deja herida y anhelante, como leemos en el poema “No se
detiene el tiempo”:
“Esperar es pesar sobre mí
Una carga inmerecida y cobarde.
Esperar es cerrar ventanas porque hay corriente
Guardar el vestido rojo para el domingo
Cerrar el frasco de perfume
Doblar las sábanas de flores
Contar los años con los dedos
Mirarme en un espejo polvoriento.
Espero hoy
Perfumar mis senos con la mejor esencia de azahar
Aunque vayan cayendo
Como la tarde, desgarrada ternura”.
Sea como sea, nos confiesa que, en esta lucha contra o a favor
del destino:
“He aprendido a guardar mis lágrimas
De harina y sepultura;
A esconder mi lengua para adentro
Muy adentro
Por si acaso me invitan a degustar
Algún que otro tiramisú
Y me atraganto con su mezcla confusa
De sabores apaleados.”
EVOLUCIÓN POÉTICA: UNA LUZ MÁS CLARA
Mariasun, sin duda, va evolucionando en su poesía e irá
cambiando, paulatinamente, de acento. En los últimos poemas, por
ejemplo, su emoción se hace más contenida, más sobria, intenta
entenderse mejor a sí misma y tratar de explicarse esos
sentimientos de manera más cercana, aunque sin perder de vista
esa especial predilección que tiene por lo trascendente.
Pensamos, en definitiva, que su poesía sigue viva e irá
perfilándose con el paso del tiempo, aunque de momento vayan por
delante estos apuntes que nos hablan de una mujer exigente
consigo misma, llena de ternura, de aspiraciones y con un mundo
interior muy rico. Con esa idea nos podemos acercar a su poesía,
“mariposa variopinta”.
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