Se me ocurre pensar que en el mañana todos los problemas estarán
solucionados, usted va a la tienda y se lleva aparato de sonido,
televisor, radio, computadora con los accesorios, video y auto,
todo modelo del año ¿y cuánto cree que le cuesta? Cero pesos. Es
jauja, sobran los alimentos, los bienes de uso, en una palabra,
las máquinas trabajan, la gente consume. Como le digo, todos los
problemas estarán solucionados, menos uno: ¿Qué hacer con el
tiempo libre? Y tiempo libre serán las veinticuatro horas del
día. Reinará la abundancia, y bienvenidas las ideas sobre nuevas
maneras de matar las horas. ¿Y existirá la delincuencia? Claro
que sí, como juego. Ahí les va el ejemplo: los ladrones no
violentan las cerraduras, tocan el timbre y saludan al dueño de
casa.
- Buenos días, carnalito.
- Buenos días, jovenazo. What for soy bueno?
- Somos ladrones, venimos a robarle.
- Pásenle, pásenle, mis cuates. ¿Les sirvo un roncito?
- Pos sí, gracias, mi buen; si le parece, nos bajamos toda la
electrónica.
- Orale, pero antes cuéntenme de su vida de ladrones.
Sin violencias, sin llamar a la chota -que, por lo demás, existe
para jugar a policías y ladrones-, el dueño de casa platica con
las visitas, se aburría, ahora se entretiene, participa del
juego. Y así ocupa su tiempo libre.
Sabiendo que los “ladrones” amagarán llevarse todo para luego
restituir cada cosa a su lugar porque el robo carece de sentido,
en la tienda hay de todo y todo es gratis ¿a santo de qué
tomarse el trabajo de cargar con las cosas?
Sabiendo eso, el dueño de casa, roncito va, roncito viene, los
escucha.
-No, ya no es como antes cuando había emoción...
-Ah, los buenos tiempos de las balaceras...
-Mi abuelito me ha contado...
-Y eran balas de verdad, no había vez que no quedaran varios
enfriados...
-Por eso mi abuelito siempre canta: “¿Te acordás hermano los
tiempos aquellos? Veinticinco abriles volver a tenerlos, cuando
me acuerdo me pongo a llorar...” Sí, cuántas veces lo he
escuchado cantar y hasta le salta una lágrima, es un tango
argentino, creo...
Y el robo se ha convertido en juego, y el juego en tertulia
mientras cae la tarde.
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