Los frutos secos, en general, así como las frutas desecadas (que no son frutos secos, aunque
suelen englobarse en el mismo grupo), teniendo en cuenta ciertas excepciones o limitaciones,
podemos considerarlos como alimentos saludables y, por tanto, permitidos, y aún recomendados,
en el Régimen Ancestral.
Los frutos secos, cacahuetes, almendras, avellanas, nueces, pistachos, pipas de girasol,
castañas, piñones, habas, anacardos, nuez o coquito de Brasil, etc., si están secados al
natural, contienen todos sus nutrientes, que son muchos y muy aconsejables en una alimentación
sana. Algunos de ellos los encontramos tostados, como cacahuetes, almendras y algún otro.
Estos se deberían descartar en favor de los crudos, pero, con moderación, se pueden comer. Los
que de ninguna manera son aconsejables son los fritos, por las altas temperaturas a las que
han sido sometidos, por la posible escasa calidad de los aceites usados en la fritura (suelen
ser aceites de baja calidad, coco, palma, etc.) y la toxicidad del mismo si ha sido usado
muchas veces.
También son aconsejables frutas desecadas, como los higos, ciruelas, orejones, uvas pasas,
dátiles, etc. Estos frutos son, generalmente, secados al sol y sin pasar por ningún proceso,
por lo que suelen conservar todas sus propiedades. Por su alto contenido de azúcar se debe
moderar su ingesta.
Las diferencias entre frutos secos y frutas desecadas son muchas, pero, la principal es que
los primeros (excepto las castañas y bellotas) apenas contienen hidratos de carbono
(glúcidos), moléculas orgánicas que, en cambio, son abundantes en las frutas desecadas.
También destacan los frutos secos por su alto contenido proteico y, por tanto, mayor valor
energético (más de 500 Kcal. por cada 100 g.).
Más de la mitad del contenido de los frutos secos son grasas o aceites (lípidos), con
predominio de ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico (omega 9), contenido en
mayor cantidad en almendras y avellanas, o poliinsaturados, como el ácido linoleico (omega 6),
abundante en cacahuetes y nueces. Estos ácidos grasos son esenciales para el organismo humano,
ya que nuestro cuerpo no es capaz de sintetizarlos y son imprescindibles, entre otras, para la
formación de células nerviosas y membranas celulares. Su falta se asocia con las enfermedades
coronarias y un elevado nivel de colesterol LDL (colesterol malo).
El contenido mineral de los frutos secos es superior al del resto de frutas -incluso las
desecadas- y destacan por su aporte en magnesio, fósforo, potasio, calcio y hierro, y
oligoelementos como el zinc y el selenio. Carecen, en general, de vitamina C, pero son ricos
en B1 (Tiamina), B3 (Niacina), vitamina E (Tocoferol) y folatos. También son abundantes en
fibra. A tener en cuenta que parte de la vitamina B1 y E se destruyen si los frutos han sido
tostados.
Por su parte, las frutas desecadas, al contrario que los frutos secos, contienen gran
proporción de hidratos de carbono (se debería decir carbohidratos) y muy escasa de grasas.
Destacan por su aporte en potasio, calcio, hierro, pro-vitamina A o Betacaroteno y Niacina o
vitamina B3. También contienen vitamina C -como la fruta fresca-, pero en buena parte se
pierde durante el desecado. Su aporte de fibra es excelente y su valor energético suele estar
entre 160/270 Kcal. por 100 g.
Algunos consejos:
Comprar los frutos secos a granel y en pequeñas cantidades puede ser mejor opción que los
envasados, ya que, generalmente, suelen estar crudos y no han sufrido ninguna manipulación.
Por supuesto, elegir los que venden con su cáscara, en lugar de pelados, pues mantienen mejor
sus propiedades nutritivas y se conservan bien durante más tiempo.
En el caso de los frutos secos salados -pipas de girasol, almendras, cacahuetes, etc.-, al
margen de que no son muy recomendables para nuestro régimen, se debe moderar mucho su consumo
si se siguen dietas controladas en sodio (personas con hipertensión o retención de líquidos).
Se deben descartar los cocktail de frutos secos (rebujos de frutos diversos), generalmente
fritos y salados, en los que, además, podemos encontrar granos prohibidos en el Régimen como
el maíz. Estos preparados suelen pasar por un proceso de elaboración en el que, además de ser
fritos o tostados, se le incluye aditivos como sal, aromas, harinas de trigo y arroz,
potenciadores de sabor E-621 y E-635, levadura inactiva, azúcar, etc.
Ya lo saben. Frutos secos, sí. Son excelentes por sus nutrientes y aporte energético, pero,
mejor naturales, crudos, con sus cáscaras...
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de descripciones de
otras muchas patologías comprendidas entre las reumatológicas,
neurológicas, autoinmunes en general
y de las denominadas de
ensuciamiento y
eliminación.
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