Lucía es azul, el cielo visto desde lo alto de una montaña, de los ríos que dividen los campos; del mar verde azulado. Es azul, y todos los colores. Es bolso combinado, negro, marrón o blanco. Es un trazo de mil colores de sus dibujos que guarda en carpetas para que no se los roben los años. Es ordenador, es una foto sonriendo, acompañada, sola, siempre mirando fijamente.

Es una bandera de España de alma rojiblanca. Es fútbol, es esquí resbalando entre pinos enredados. Es baloncesto, es patinaje, es una tarde de domingo en el bar contando goles y suspiros. Es compañía levantando una copa, es atletismo, es unos cascos de olimpiadas entre la arena con los dedos cruzados. Es hielo que se derrite con los deportes de invierno y jolgorio con los de verano. Es rápida como los Fórmula 1, como las motos, como todas las ideas que pasean por su cabeza, secretos que confía a las manos amigas de 24 horas.

Es una libreta que dibuja lo que yo escribo, es la portada de mi libro ilustrado. Es la gorra de todos los tamaños, colores y formas. Es la bufanda, larga, corta o estándar. Es la boina, es los guantes. Es crema de manos, es la que siempre cree, es un detalle del Yves Rocher. Es la artista, es la magia que nos une a todos. Es una tapa, una caña, una ración de patatas bravas. Es JB con cola, es un baile, pasodoble, rumba o balada sola.

Es una sesión de cine, una canción dependiendo del estado de ánimo. Vacaciones, viajes, recuerdos, ensoñaciones. Es Madrid, es Valladolid. Es fiesta en la villa donde se esconde la niebla, es el paseo Zorrilla; es un regalo de Reyes Magos, una llamada de fin de semana. Es mil fotos en Facebook en un muro repleto de cariño. Es el complemento adecuado en mil bodas, es la banda sonora.

Lucía es nuestro tesoro guardado en un cofre, una joya.

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