EN AQUEL TIEMPO


En aquel tiempo,
mujer de los cascabeles,
en nuestro abrazo se arrimaban
las congregaciones del horóscopo.

El día elegía su arco
más resplandeciente,
la sangre era nacimiento,
ola perdurable;
nuestra ruta
era la flama y el vértigo…
En nuestro abrazo retrocedían
los esbirros de la ciénaga;
un fraseo caduco
eran las epístolas de la quimera.

Había el porvenir en sus inabatibles
torres;
la palabra proverbial
mataba las vicisitudes del tiempo.

En aquel tiempo había
el escape de los nobles,
los espejismos de la isla
donde apilaban sus libros
y sus monedas,
los amantes de la renunciación.