• Juan R. Mena



    PENSAMIENTOS (33)

    por Juan R. Mena


641. La vida se presenta como una aventura: o sea, un potro de los días al que hay que domar hasta convertirlo en un destino.

642. La brevedad de un proverbio ha de parecerse a una medicina fuerte que se ha de tomar de una sola vez.

643. Mira a una acera y otra de la calle. Puede que en cualquier momento se te pueden acercar cocodrilos del engaño que están agazapados en las riberas de las sonrisas y las buenas palabras. Calzada, ¿imagen del río de la vida?

644. El misterio es tan profundo que no cabe en el interés de quien lo busca.

645. La guerra emplaza sus trincheras a las afueras de la razón y no lanza otro fuego que la traca de la locura.

646. Somos un campo de batalla entre la memoria y el olvido; al final de cada combate recogemos los recuerdos muertos para enterrarlos en la fosa de la resignación.

647. Quien soporta con serenidad el sufrimiento ha dado el primer paso en la filosofía.

648. La poesía no puede ser un escaparate monótono, sino un bazar donde se encuentra de todo, incluso lo que no buscábamos y nos sorprende.

649. La maledicencia encuentra oídos atentos en quienes gustosos la transferirían a sus propios enemigos.

650. La felicidad está más cerca de la renuncia que del deseo.

651. El destino nos impone irrevocablemente un papel, pero nosotros somos libres de movernos por el escenario.

652. La felicidad pasa de largo por la puerta de los desdichados como lacaya que sirve a la orden de la mala suerte.

653. Todo verdadero amor va guardado en una discreta cajita de sacrificio.

654. Rehenes del temor nos hace el azar pensando en aquellos a quienes amamos.

655. Muchos anhelan una felicidad tan grande que no podrían abrazarla con sus brazos.

656. El joven lleva un imán que atrae a todos los deseos; el viejo, una zaranda para cernirlos.

657. El ancla del desengaño afianza nuestro barco en las profundidades de nuestra experiencia y ya no desea surcar más aguas del mar de la vida para nuevas aventuras.

658. Resiste o cruje; cruje o revienta; revienta o muere.

659. Sólo el muro que ha resistido el incendio puede servir de ejemplo a los muros de la nueva casa.

660. El destino, con sus hilanderas las circunstancias, teje la buena y la mala suerte de cada uno, pero es uno mismo quien le proporciona los hilos de sus aciertos y errores.

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