661. Quien se ha llevado a su soledad pequeñas crueldades, injusticias y mentiras, no sabe que se encierra con cachorros de mala conciencia que lo devorarán cuando ésos crezcan y no sea ya eficaz la doma del olvido.

662. La adulación siempre es una alabanza interesada.

663. Hay quienes se buscan a ellos mismos en la selva de sus ideas y hay quienes se encuentran consigo mismo cuando se han olvidado de ella.

664. Mira a una acera y otra de la calle. Puede que en cualquier momento se te pueden acercar cocodrilos del engaño que están agazapados en las riberas de las sonrisas y las buenas palabras. Calzada, ¿imagen del río de la vida?

665. El lenguaje literario es el trigo separado de la paja. El lenguaje poético es el pan; su olor y su sabor dependen del horno de cada poeta.

666. La guerra emplaza sus trincheras a las afueras de la razón y no lanza otro fuego que la traca de la locura.

667. Somos un campo de batalla entre la memoria y el olvido; al final de cada combate recogemos los recuerdos muertos para enterrarlos en la fosa de la resignación.

668. Quien soporta con serenidad el sufrimiento ha dado el primer paso en la filosofía.

669. La poesía no puede ser un escaparate monótono, sino un bazar donde se encuentra de todo, incluso lo que no buscábamos y nos sorprende.

670. La maledicencia siempre encuentra oídos atentos en quienes gustosos la transfieren a sus destinatarios.

671. Resulta patético que la salud, los triunfos, la fe, el sexo, el amor, los negocios y el don de gentes no sean más que un trámite servil para ser habitante de una pequeña isla llamada felicidad, siempre amenazada por las tormentas de lo imprevisto.

672. El destino nos impone irrevocablemente un papel, pero nosotros somos libres de movernos por el escenario.

673. La felicidad pasa de largo por la puerta de los desdichados como lacaya que sólo llama a la puerta de los elegidos.

674. Todo verdadero amor va guardado en una discreta y desapercibida cajita de sacrificio.

675. Rehenes del temor nos hace el azar pensando en aquellos a quienes amamos.

676. Muchos anhelan una felicidad tan grande que no podrían abrazarla con sus brazos.

677. El joven lleva un imán que atrae a todos los deseos; el viejo, una zaranda para cernirlos.

678. El ancla del dolor afianza nuestra barco en las profundidades de nuestra experiencia y ya no desea surcar más aguas del mar de la vida para nuevas aventuras.

679. Sólo la esperanza que resiste el fracaso sirve de viga maestra a otro sueño, como sólo el muro que ha resistido el incendio puede servir de ejemplo a los muros de la nueva casa.

680. Resiste o cruje; cruje o revienta; revienta o muere.

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