Se para el tiempo…
Retrocede la luz
amenazando el discurso de las sombras
que han ido a esperar las lluvias
para llorar fracasos.
Hay un circunloquio impreciso
que desbanca la fidelidad de deseo
entre grises dolorosos:
fidelidad
del amor que huye,
soledad
del dolor que hiere,
contrariedad
de la espera muerta.
El tiempo se rompe
entre lágrimas obtusas
ajenas ya a los soles futuros,
inservible ahora a la voz
que enmudece entre heridas sin sangre.
Y cuando el tiempo se para
la canción se torna triste
escondiendo sus dientes en el vacío.