701. Siempre pende una espada de Damocles sobre el delicado cuello de la felicidad.

702. Ni siquiera el hombre más afortunado tiene la patente de la felicidad.

703. El miedo a vivir se incrementa con el miedo a amar, pero ese mérito no se recoge en nuestro currículo.

704. Solamente algunos momentos felices del pasado nos ayudan a soportar momentos temidos del futuro.

705. La Fortuna no tiene elegidos. Favorece a unos y abandona a otros para enfrentar a envidiosos y envidiados y divertir su tedio en el anfiteatro de la vida.

706. El amor es el puente más seguro para pasar del yo al tú. El otro, menos seguro, es el de la responsabilidad. El más arriesgado, el del interés.

707. Por muy pequeño que sea el engaño no deja de ser una pequeña raya en el espejo de la confianza.

708. No cedas al dolor; resiste. Recuerda que a una casa derribada por el ciclón aún le quedan los cimientos.

709. La pequeñez del ser humano es proporcionalmente inferior a su anhelo de felicidad, pero su anhelo de felicidad es proporcionalmente mayor a lo que él entiende por felicidad.

710. Al filósofo lo hace sabio ser un paciente anfitrión de la experiencia, que le regala todo lo que sabe a cambio de darle cobijo.

711. Quien tiene riqueza y felicidad en abundancia no teme perderlas sino que ellas se conviertan en espejo de aburrimiento y, además, sentirse culpable por ello.

712. El consuelo de los infelices es saber que la felicidad va de casa en casa y no se queda definitivamente en ninguna.

713. Las torres caen, pero los muros resisten como gloriosas ruinas; o sea, la felicidad se desmorona, pero quedarán en la memoria buenos recuerdos para aguantar los asaltos de la tristeza.

714. La gente feliz que también es sensata no habla correctamente el idioma de la felicidad con los demás, sino que lo chapurrean como ellos para no provocar envidia.

715. No hay cimiento de felicidad más sólido que el que resiste con dignidad el terremoto de la desdicha.

716. Todo el mundo aspira a ser feliz y nadie a prepararse contra la desgracia.

717. El infeliz reduce el territorio de su felicidad a un desnudo islote de supervivencia.

718. Poco ríe quien poco olvida.

719. Mucho llora quien retiene las lágrimas.

720. Tus ilusiones se niegan a vivir en una fonda y exigen un palacio. Esperemos que la esperanza las haga dignas de él.

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