721. Levántate y anda, Desánimo, y demuéstrales a tus enemigos que su propia maldad ha sido la palanca de tu milagro.
722. El azar y la astucia tejen el entramado de las relaciones sociales, pero para algunos el tapiz de la vida está hilado por la lógica y, a veces, por una providencia a su gusto.
723. La selva se convirtió en asfalto y arquitectura, pero aún subsiste la voracidad agazapada entre los frondosos árboles de las instituciones.
724. Gracias al exceso de sus satisfacciones contamos con la bondad desinteresada de algunas personas.
725. El gozo toca a fanfarria en las almenas de nuestras ilusiones, pero el dolor toca a redoble en el tambor de nuestras entrañas.
726. No eres digno de estar solo en tu mar adentro de imaginación si no rompes amarras con el puerto de los convencionalismos.
727. Felicidad: la amante más versátil e insegura.
728. En la báscula de la vida debiera pesar más el amor, pero siempre le falta platillo al sufrimiento.
729. No basta con levantarle las faldas a la vida para verle los entresijos de sus mentiras, hay que rasgarlas con el cuchillo de la palabra, aunque, a decir verdad, nadie soportaría su desnudez.
730. La única salvedad del sufrimiento es la de ser fragua que dulcifica el metal de la experiencia, y de donde había un trozo de hierro retorcido y áspero, saca una figura moldeada en suavísima humildad.
731. Amarga es la felicidad del que la aumenta con lo que le falta de felicidad a sus enemigos.
732. La paciencia es un promontorio sobre el que se puede instalar un faro desde el que se observe la vida.
733. La vida no da nada de balde. ¿No se dice que el mayor tesoro y más seguro que tenemos son los recuerdos? Tesoro reunido a costa de cumplir muchos años.
734. El Ideal anda por el mundo con los sueños de la gente más pura. Por eso los idealistas son los únicos que oyen sus pasos.
735. Un príncipe y un mendigo expiran a la misma hora y en distintas partes del mundo. Pero, ¿quién diría que los dos iban a coincidir codo a codo en la puerta del Hades; el primero sin cortejo y el
segundo sin miserias?
736. Como no se puede servir a dos señores, el deseo da la espalda a la razón y se postra de rodillas ante la fantasía.
737. Aunque venga de muy lejos, no es extranjero en tu patria quien ha llegado a amarla como tú.
738. Un motivo de dolor nos paraliza en un punto de la memoria, pero el motivo de la alegría se sucede en eslabones de momentos cada vez que la recordamos.
739. La indefensión, en la soledad, pone altavoz al miedo.
740. Mirar el infinito nos empequeñece, pero también nos reta a ennoblecer nuestra pequeñez.
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