• Alfonso Estudillo

    REUMÁTICAS Y AUTOINMUNES

    Síndrome de Sjögren

    por Alfonso Estudillo




El Síndrome de Sjögren (SS), es una enfermedad autoinmune sistémica y crónica que, además de producir dolor e hinchazón en las articulaciones, afecta a las glándulas exocrinas, con principal acción en las lacrimales y salivales. Estas glándulas, también llamadas glándulas de secreción externa, son las encargadas de producir líquidos como la saliva, las lágrimas, las secreciones mucosas de la laringe, de la tráquea y las vaginales

El Síndrome de Sjögren se manifiesta de dos formas, parecidas pero distintas, que tienen su diagnóstico en función de si la enfermedad está acompañada o no de otras enfermedades autoinmunes: el Síndrome de Sjögren primario, cuando no hay manifestaciones o signos clínicos de otras patologías (40 % de los casos), y el Síndrome de Sjögren secundario, asociado a otras enfermedades autoinmunes de carácter reumatológico. Entre éstas, las más frecuentes están la Artritis Reumatoide (AR), el Lupus Eritematoso Sistémico (LES), la Esclerodermia, la Dermatomiositis, la Tiroiditis y la Cirrosis biliar primaria. Muy extendida, se estima que afecta entre 1 y 3 personas de cada 100, de las cuales el 90 % es de sexo femenino y en edades de 40 a 50 años.

Los síntomas principales son los de sequedad de ojos (xeroftalmia) y boca (xerostomía), además de las manifestaciones extraglandulares, articulares en el 75 % de los casos (como poliartralgias), vasculares, renales, pleuropulmonares y neurológicas. Otras pueden ser la piel seca, sarpullido y sensación de hormigueo en brazos y piernas.

Las principales anomalías biológicas son la aceleración de la VSG (sin elevación de la PCR), el FR positivo casi siempre, hipergammaglobulinemia pronunciada, y, muy específicos, la presencia de anticuerpos contra el antígeno Ro/SS-A y La/SS-B. La forma primaria está ligada al HLA-DR3 y la secundaria -asociada a una AR- al HLA-DR4.

El tratamiento es diferente para cada persona y depende de qué partes del cuerpo están afectadas. No tiene otro propósito que el del eliminar los síntomas. Entre ellos se cuentan analgésicos o AINEs, como la Aspirina o el Ibuprofeno; corticoides e inmunosupresores; ingesta de agua, lágrimas artificiales, ungüentos para los ojos (más espesos que las lágrimas artificiales), y, a veces, cirugía para cerrar los ductos lacrimales de donde brotan las lágrimas de los ojos. Todas estas medidas, aunque proporcionen un alivio inmediato, suelen ser poco eficaces y no impiden ni la cronicidad ni el deterioro progresivo. Además, el Síndrome de Sjögren favorece la aparición de proliferaciones linfoides malignas en un porcentaje 40 ó 50 veces mayor que en los no afectados.


El Régimen Ancestral

El seguimiento del Régimen Ancestral puede llevar a cabo una remisión total del Síndrome de Sjögren, tanto de tipo primario como asociado a otras patologías. Pero, para ello sería necesario comenzarlo apenas se tuvieran los primeros síntomas. De no ser así, cuando se tratan casos que ya llevan años con el SS, y su severidad y acciones han dejado las glándulas completamente fibrosas, la supresión del proceso autoinmune llega demasiado tarde y el síndrome seco es definitivo. No ocurre así en las demás manifestaciones extraglandulares que, con un Régimen bien llevado, pueden remitir en la mayoría de los casos.



Nota:
En La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio on line, dispone de descripciones de otras muchas patologías comprendidas entre las reumatológicas, neurológicas, autoinmunes en general y de las denominadas de ensuciamiento y eliminación.

URL: La Web de la Artritis Reumatoide





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