El
Síndrome de Sjögren (SS), es una enfermedad
autoinmune sistémica y crónica que, además de producir
dolor e hinchazón en las articulaciones, afecta a las
glándulas exocrinas, con principal acción en las
lacrimales y salivales. Estas glándulas, también
llamadas glándulas de secreción externa, son las
encargadas de producir líquidos como la saliva, las
lágrimas, las secreciones mucosas de la laringe, de la
tráquea y las vaginales
El Síndrome de Sjögren se manifiesta de dos formas,
parecidas pero distintas, que tienen su diagnóstico en
función de si la enfermedad está acompañada o no de
otras enfermedades autoinmunes: el Síndrome de Sjögren
primario, cuando no hay manifestaciones o signos
clínicos de otras patologías (40 % de los casos), y el
Síndrome de Sjögren secundario, asociado a otras
enfermedades autoinmunes de carácter reumatológico.
Entre éstas, las más frecuentes están la Artritis
Reumatoide (AR), el Lupus Eritematoso Sistémico (LES),
la Esclerodermia, la Dermatomiositis, la Tiroiditis y la
Cirrosis biliar primaria. Muy extendida, se estima que
afecta entre 1 y 3 personas de cada 100, de las cuales
el 90 % es de sexo femenino y en edades de 40 a 50 años.
Los síntomas principales son los de sequedad de ojos
(xeroftalmia) y boca (xerostomía), además de las
manifestaciones extraglandulares, articulares en el 75 %
de los casos (como poliartralgias), vasculares, renales,
pleuropulmonares y neurológicas. Otras pueden ser la
piel seca, sarpullido y sensación de hormigueo en brazos
y piernas.
Las principales anomalías biológicas son la aceleración
de la VSG (sin elevación de la PCR), el FR positivo casi
siempre, hipergammaglobulinemia pronunciada, y, muy
específicos, la presencia de anticuerpos contra el
antígeno Ro/SS-A y La/SS-B. La forma primaria está
ligada al HLA-DR3 y la secundaria -asociada a una AR- al
HLA-DR4.
El tratamiento es diferente para cada persona y depende
de qué partes del cuerpo están afectadas. No tiene otro
propósito que el del eliminar los síntomas. Entre ellos
se cuentan analgésicos o AINEs, como la Aspirina o el
Ibuprofeno; corticoides e inmunosupresores; ingesta de
agua, lágrimas artificiales, ungüentos para los ojos
(más espesos que las lágrimas artificiales), y, a veces,
cirugía para cerrar los ductos lacrimales de donde
brotan las lágrimas de los ojos. Todas estas medidas,
aunque proporcionen un alivio inmediato, suelen ser poco
eficaces y no impiden ni la cronicidad ni el deterioro
progresivo. Además, el Síndrome de Sjögren favorece la
aparición de proliferaciones linfoides malignas en un
porcentaje 40 ó 50 veces mayor que en los no afectados.
El Régimen Ancestral
El seguimiento del Régimen Ancestral puede llevar a cabo
una remisión total del Síndrome de Sjögren, tanto de
tipo primario como asociado a otras patologías. Pero,
para ello sería necesario comenzarlo apenas se tuvieran
los primeros síntomas. De no ser así, cuando se tratan
casos que ya llevan años con el SS, y su severidad y
acciones han dejado las glándulas completamente
fibrosas, la supresión del proceso autoinmune llega
demasiado tarde y el síndrome seco es definitivo. No
ocurre así en las demás manifestaciones extraglandulares
que, con un Régimen bien llevado, pueden remitir en la
mayoría de los casos.
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de descripciones de
otras muchas patologías comprendidas entre las reumatológicas,
neurológicas, autoinmunes en general
y de las denominadas de
ensuciamiento y
eliminación.
URL: La Web de la Artritis Reumatoide