El mejor aprendizaje es el del profesor. Para enseñar algo hay
que conocer a fondo el tema y la materia. Anécdota personal: voy
a viajar a un país lejano para impartir clases de literatura
occidental.
El romanticismo. Le he dado mil vueltas en el aula. En la
península Ibérica tenemos la osadía poética y las espirales
quiméricas de Espronceda, el atrevido e iconoclasta Duque de
Rivas, el entretenido y popular Zorrilla, el sardónico y
condenado Larra, la acongojada y solitaria Rosalía de Castro, la
perspicacia vital de Campoamor, y Bécquer, ay, Bécquer, el que
personifica los suspiros y las lágrimas.
Y no es con menos ardor y frecuencia que les hago entrar la
importancia de los latinoamericanos. Pero son distintos, muy
distintos.
Los valores de la poesía romántica en general: la fuga, el
misterio, la rebeldía, la pasión, el subjetivismo, etc., son
evidentes en los dos lados del océano, pero mientras en España
hay una nostalgia por el pasado glorioso del país, y luego, con
los románticos rezagados (Rosalía de Castro y Bécquer), hay una
nueva introspección casi pre-existencial, en América Latina esta
idea de rebeldía y subjetivismo coincidió con las revoluciones e
independencias que se experimentaban en este momento histórico.
Así que en el Nuevo Mundo tenemos cierto “subjetivismo
colectivo” en las vías literarias de la época.
Entre los grandes de América Latina tenemos a los novelistas
José Mármol y Jorge Isaacs con mucho que decir sobre el corazón
y el estado, paralelismos entrelazados con destreza y
prosopopeya. Luego el historiador lirico Ricardo Palma extendió
la tradición de los cronistas en una forma bella y original, y
el tema de la civilización y la barbarie se ve con brío en
Sarmiento, Hernández y Echeverría.
En las Américas todo tenia una función, sea explicita o
implícita, de crear una identidad para formar un futuro,
mientras que en España se miraba mucho hacia el pasado, hasta
que se cansaron, dejaron de escribir para entretener, y empezaron
a buscar hacia dentro para encontrar las respuestas.
Total, ahora con este curso que voy a dar (en inglés) vamos a
leer a William Blake, William Wordsworth, Lord Byron, Percy
Bysshe Shelly, John Keats, Alphonse de Lamartine, Anna Petrovna
Bunina, Victor Hugo, Lord Tennyson, Alexander Pushkin Walt
Whitman, Robert Browning, y Emily Dickinson, entre otros.
Conozco la poesía de Keats, Lord Byron, Whitman, Hugo y
Dickinson bastante bien porque la he leído durante los años por
mi cuenta, a ratos, entre suspiros y paradas de metro. Pero
ahora voy a poder entretejer todas estas experiencias previas
con el conocimiento que tengo sobre la poesía romántica en
español.
Va a ser una pasada, como quien dice.
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