• Ian Welden

    Milagros en Valby

    Jakeline y la Estada Danesa

    por Ian Welden (Dinamarca)




No quiero hacer apología de este extraño Reino de Dinamarca. Yo, un socialista de corazón, debo aceptar con profundo dolor del alma que este sistema danés de derecha, socialista y monárquico, me cae bien.

Estado de la Unión Europea y miembro fiel de OTAN. Y además lo dirigen las mujeres.

Este Estado es tan matriarcal que yo acostumbro a llamarla LA ESTADA DANESA.

Hoy me vino a visitar Charlotte, la enfermera. Por ley, todos nosotros los ancianos tenemos derecho a una visita semanal de una enfermera que viene a ver si aún estamos vivos. Y gratis. A pesar de este servicio del Estado, aun mueren muchos viejitos y viejitas solos en sus departamentos.

Charlotte (traducido al español sería Carlota) es una jovencita de cuarenta años de edad, hermosa como un amanecer y parlanchina cuan urraca.
 
Le sirvo una taza de café y conversamos acerca de la vida, el dinero, la política, el football, y el tiempo. Constata en su agenda que aún estoy vivo envía su informe electrónicamente a LA ESTADA DANESA y se va saltando cuan colegiala a visitar al próximo súbdito Todos la esperamos con ansias. Y nos flirtea y ríe a carcajadas. Ay Charlotte...

Antes de su visita tuve que ir al dentista, mejor dicho a la dentista. Una de mis muelas chilenas se decidió a entregar las herramientas.

Helene (Helena en español) es una niñita de veinticinco años de edad, rubia como la era en un campo chileno y de ojos tan azules que te hacen llorar. Con una destreza de gasfíter hizo zíp y zap y salió la pobre muela, gritando y gimiendo y pataleando, cuan pez sacado de sus aguas. Y ahí quedó en el consultorio de la diestra dentista, agonizando y suspirando por ella.

Y toda esta linda experiencia controlada y pagada por LA ESTADA.

Luego vi un debate en la televisión. La dirigente del Partido Popular Danés, de ultra derecha y base primordial del gobierno conservador liberal, se agarró a encontronazos con la dirigenta del Partido Radical de Izquierda, partido de derecha moderada en realidad, pero pieza indispensable de la oposición. No importa lo que debatían. Ambas son diestras políticas, audaces y atrevidas. Ambas son las mandamases de la situación política del Reino. Ambas son opositoras de este socialismo de ultra derecha. Pero son pagadas por LA ESTADA y viven una vida de lujo gracias a ELLA. Ay, Dinamarca...

Conversé con mi vecina congolesa, Rachel. Hablamos sobre la situación de nosotros los extranjeros en Dinamarca. Rachel, también una niña muy joven y hermosa como una noche de primavera en el continente negro, piensa que los daneses nos dividen entre "claros" y "oscuros". No blancos y negros. (Cuando los extranjeros nos encontramos, la conversación obligatoria es La Integración).

A los oscuros los tratan mal y a los claros nos tratan más o menos no más. Yo estuve muy de acuerdo con ella y me miró con ojos de pantera negra. Su marido, Jean-Deniss, trabaja en el Centro de Planificaciones del Tercer Mundo, una institución estatal que hace proyectos de desarrollo en Irak, toda África y Pakistán e India.

Sus dos hijitos de tres y cinco años de edad van a un jardín infantil estatala gratis. Son dos chiquititos alegres y sus grandes sonrisas me hacen pensar en el sol.

En fin, mi querida novia Jakeline me sonríe desde su balcón en el edificio del frente. Vivimos todos en un condominio estatala llamado El Caballo que Mató a la Vieja (en danés Horse de Kild de Vej) a dos pasos de la famosa y milagrera Calle Larga de Valby. Me juntaré con mi deliciosa Jakeline esta tarde. Me murmura con sus dulces labios "estás escribiendo un milagro, mi amor", mientras tiende su ropa recién lavada.

Voy a dar una vuelta por La Calle Larga de Valby y me encuentro con la chilena Rosa Sandoval. Una viejita astuta y ágil que trabaja en la Real Comuna de Copenhague en un proyecto llamado REDEN (EL Nido). Miles de adolecentes y niños drogadictos, alcohólicos, prostituidos y criminales son rescatados por esta institución estatala que Rosa dirige. Llegó a Dinamarca a comienzos de la década de los ochenta y comenzó su vida danesa haciendo aseo en Los Reales Correos Daneses.

Muchas veces nos juntamos en el Café Ciré a tomar cerveza y arreglar el mundo. Ella iba un poco apurada a conversar con una familia palestina cuya hija Amida de trece años de edad fue apaleada y violada por una banda de niños iraquíes mientras estaba bajo la influencia de heroína.

Como yo tenía casi todo el día por delante resolví ir a consultar a mi médica acerca del insistente dolor de mis rodillas, que me ha atormentado durante ya muchas semanas. Tomé un taxi manejado por una paquistana tan parlanchina como Charlotte, y en menos de quince minutos me dejó frente a la puerta de mi doctora Lise Johansen.

Lise es una mujer de aproximadamente setenta años de edad y ha sido mi médica desde que llegué a Dinamarca en 1975. Recién llegado, me enfermé con una extraña alergia en la piel y cual no sería mi sorpresa cuando me encontré con una mujer mandándome a sacarme la ropa! Yo me negué, protesté, zapateé y ella me dijo "SI NO TE SACAS LA ROPA DE VOY A DAR DOS CACHETADAS EN EL POTO!"

Bueno, Lise me revisó y muy tranquila me dijo: Ian, lo que pasa es que estás muy guatón y tus rodillas no aguantan tu peso. Tienes que adelgazar, viejo flojo! Me recetó analgésicos y me despidió con un alegre abrazo.

Y debo añadir que todo es sistema danés de salud es gratis. No hay gente que quede marginada de él. Bueno, debo confesar que tan gratis no es. Todos contribuimos con altos impuestos.

De regreso en mi casa vi a la Reina Margrette II defendiendo la distribución gratis de heroína a los narcómanos. Qué mujer, dios mío... Qué mujer!

Y como ya llegó la tarde, voy a casa de Jakeline, la más bella, inteligente y talentosa de todas. Åh, Jakeline... ¡Viva LA ESTADA DANESA!

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