La
Polimialgia Reumática (PMR) es un
reumatismo inflamatorio relativamente frecuente en
adultos mayores que causa dolor y rigidez generalizados.
Puede resultar difícil de diagnosticar en un examen
físico, ya que no suele ocasionar inflamación en las
articulaciones periféricas u otras anomalías que fueran
destacables. Puede ser concomitante con otra enfermedad,
la Arteritis de Células Gigantes, también llamada
Enfermedad de Horton o Arteritis de la temporal.
La PMR se manifiesta únicamente en adultos mayores y
rara vez en personas menores de 50 años. Las mujeres
padecen de PMR con mayor frecuencia que los hombres en
una proporción de 2 mujeres por cada varón. La PMR no es
infrecuente, de hecho, se diagnostica por primera vez en
adultos mayores con más frecuencia que la Artritis
Reumatoide.
Los síntomas indican que la PMR es una artritis que
muestra una particular tendencia a afectar las
articulaciones de cadera y hombros, las bursas y los
músculos alrededor de dichas articulaciones. El dolor en
la parte superior de brazos y muslos suele ser muy
intenso, ocasionando limitación de movimientos y una
gran impotencia funcional. Los signos generales
asociados son aparentemente graves: fatiga intensa,
fiebre sobre 38º, tristeza, ansiedad, pérdida del
apetito y adelgazamiento. Su comienzo puede ser brusco
-de un día para otro- o insidioso e ir estableciéndose
más lentamente.
El dolor y la rigidez son más agudos durante la mañana y
tienden a disminuir durante el curso del día, pero los
períodos de inactividad, como permanecer mucho tiempo
sentado, harán que la rigidez se vuelva a manifestar. La
gravedad de ésta puede ser tal que se experimente dolor
durante la noche, dificultad para vestirse a la mañana o
dificultad para levantarse de una silla baja. En
ocasiones, el dolor se presenta en las articulaciones
distales como las de manos y muñecas.
Aunque los signos clínicos puedan tener cierta analogía,
no se debe confundir la PMR con la Fibromialgia,
enfermedad reumatológica que afecta principalmente a
adultos jóvenes.
Los valores en las pruebas de sangre para detectar
inflamación, la velocidad de sedimentación globular
(VSG) y la proteína C reactiva (PCR), suelen ser
considerablemente más elevados que los normales, si
bien, en una pequeña proporción de pacientes, sobre todo
en los más jóvenes, pueden tener resultados normales o
poco elevados. El resto de exploraciones suele ser
negativo, con ausencia del FR y anticuerpos
antinucleares y aspecto normal de los músculos respecto
al electromiograma, biopsia y cantidad de enzimas. Los
glóbulos blancos suelen estar alterados, así como
reducidos la hemoglobina y el hematocrito.
Para su diagnóstico -y luego como tratamiento- se suele
administrar una prueba de corticoides en bajas dosis,
generalmente de 10 a 15 mg. de Prednisona por día. La
respuesta puede ser notable -y valida el diagnóstico- en
los principios, pero, en su continuidad, la mejoría
suele ser siempre efímera y no lleva a una inmediata
remisión; no obstante, ésta puede darse al cabo de dos o
más años. Los AINEs, como el Ibuprofeno o el Naproxeno,
no parecen tener eficacia en el tratamiento inicial de
la PMR.
La PMR está muy frecuentemente asociada a la Arteritis
de Células Gigantes, por lo que, de existir, a los
dolores de caderas y hombros se unen intensos dolores de
cabeza e inflamación de la arteria temporal. Suele
confirmarse el diagnóstico mediante biopsia de esta
arteria, que muestra inflamación de toda la pared del
vaso y la presencia de células gigantes. El mayor riesgo
de esta otra patología es la afección de la arteria
central de la retina, que puede llevar a la ceguera.
Ambas patologías están relacionadas con el gen HLA-DR4.
El Régimen Ancestral
El seguimiento del Régimen Ancestral puede llevar a una
remisión total de la Polimialgia Reumática y todas su
manifestaciones.
En caso de llevar asociada Arteritis de Células
Gigantes, aunque ésta puede mejorar significativamente
con el mismo, al tratarse de una vasculitis -sobre todo
si ha sido severa y prolongada en el tiempo-, podría
haber causado destrucciones y lesiones cicatriciales que
suelen no ser recuperables. Las personas con PMR deben
acudir al médico al menor síntoma de padecer una ACG
para su tratamiento inmediato al objeto de evitar estas
lesiones irreversibles y la posible ceguera.
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de descripciones de
otras muchas patologías comprendidas entre las reumatológicas,
neurológicas, autoinmunes en general
y de las denominadas de
ensuciamiento y
eliminación.
URL: La Web de la Artritis Reumatoide