El miércoles 12 de diciembre, fecha mágica del año 2012, se
llevó a cabo en la Biblioteca de Rinkeby, la tradicional
ceremonia de recibimiento al laureado con el Premio Nobel de
Literatura. Mo Yan llegó, al lugar indicado, a las diez de
la mañana en un “limousine” del Estado sueco. Era un día
frío y con mucha nieve. Afuera de la Biblioteca, en la
planta baja, le esperaban dos alumnas del Colegio Rinkeby:
María Hendo y Haia Eichou. Apenas le vieron bajar del coche,
se acercaron y una de ellas le tomó del brazo para
conducirle hacia la Biblioteca, en donde se habían dado cita
profesores, alumnos, padres de familia y periodistas. Cuando
alguien gritó: “ya está aquí”, cayó un silencio absoluto
sobre la sala. Luego de unos segundos, se lo vio entrar a Mo
Yan junto a su esposa. La gente empezó con los aplausos,
mientras que otros disparaban “flashes” con sus cámaras
desde diferentes ángulos.
Después de tomar asiento la pareja invitada, los anfitriones
Fatou Jallow y Adi Tahirovic empuñaron los micrófonos y
pidieron a sus compañeros de colegio saludar al laureado en
nueve idiomas: sueco, wolof, somalí, español, árabe, asirio,
turco, bosnio y kurdo. Inmediatamente después entraron niñas
y niños del Colegio Askeby, vestidos de blanco y con velas
encendidas en las manos, bajo el mando de Rolando Pomo y
entonando cantos navideños. El coro infantil deleitó al
público unos diez minutos. Posteriormente los alumnos del
Colegio Rinkeby hablaron del folleto, hecho por ellos
mismos, inspirados en la novela de Mo Yan, “Ximen Nao y sus
siete vidas”. Todos los dibujos del folleto se proyectaron
en un paño blanco, en donde se podía observar textos en
sueco y en chino. También mostraron la vitrina construida
bajo la dirección de Lotta Silfverhielm. En ese mueble se
exhiben paisajes, animales y objetos relacionados con la
obra de Mo Yan. Dos alumnos se dirigieron hacia el
galardonado y pronunciaron las siguientes palabras:
“queremos entregarte nuestro folleto, inspirado en tu obra,
para que no te olvides de los estudiantes de Rinkeby”.
Gunilla Lundgren, una de las principales organizadoras de
este evento, dijo: “Mo Yan escribe acerca de la vida de un
pueblo, y nosotros también escribimos acerca de la vida del
pueblo de Rinkeby”.
Finalmente, le tocó hablar a Mo Yan. Se puso de pie e inició
su discurso en chino, mientras, Anna Gustafsson Chen le
traducía al sueco.
Y prosiguió: “Ayer estuve en el Castillo,
en una cena, junto a la Familia Real. El rey me tomó del
brazo y me puse muy nervioso. Hoy me recibió una alumna y
también me cogió del brazo para traerme hasta aquí, pero fue
más divertido”.
Agradeció a los alumnos, al director del
establecimiento, a los maestros y a los presentes. Explicó,
a grandes rasgos, parte de su obra y de su vida. Dijo que no
deseaba que sus cuentos se interpreten de una sola manera. Y
finalizó diciendo: “Cuando nos encontremos, en el futuro,
con personas que han progresado intelectualmente en la vida,
entonces diremos que han crecido en Rinkeby”. Muchas
gracias.
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