Palomas de fuego y viento
se estrenan en las terrazas.
Los peces
andan buscando petróleos
con los que disimular
mareas convictas.
Un hombre
-solitario y anárquico-
se disfraza de corregidor de nubes
y va pintando acuarelas
con pinceles sin ojos.
Se derraman los años
atiborrando de miedos y nubes
las distancias:
disfraces
para derretir el aire nocturno
que se ha empapado de rabias.
Dos colibríes me observan:
canas del tiempo marchito
para seguir
peleando iras y desventuras.
Cromo azul,
marrón misterio,
gualda rosa...
Luis E. Prieto
Julio-07
A la llegada de los 60.