De dos en dos...


Dos.
Dos mil horas no bastarían.
Estar en tu abrazo metida
boca abajo toda entera

Mientras tus dedos laten en mi espalda
adviertes la ampolleta que tirita
amenazando oscuridad

Mi respiración humedece tu pecho
y tus ojos miran un cielo
que nos cae encima

Y dormimos.



La burla


Comprada desde nacimiento
como loca en medio de locos
vienen los fantasmas a espantarme
y yo juego a no verlos
y envisto a mi enemigo
con la armadura presta y pulida

Más, desquicio mis ofrendas
le lustro los zapatos a los días
intentando estar viva a cada segundo
y cuando me canso
vendo todo lo que tengo
(lo que me sobra)
y desnuda caigo rendida sobre la alfombra

La felicidad es sólo un incidente
y no hay brillo alguno entonces

En el suelo una hormiga me mira burlona

El viento levanta el polvo allá afuera
y acá adentro
yace una mujer que ya no levanta ni un dedo

Gime.
Pero hacia adentro.