El
síndrome SAPHO (término adoptado en 1987 por Chamot y col.) designa un
grupo de manifestaciones clínicas que incluye alteraciones musculoesqueléticas inflamatorias,
crónicas y recurrentes, en especial sinovitis, hiperostosis y osteítis, que pueden estar
asociadas o no a erupciones cutáneas neutrofílicas, como la pustulosis palmo plantar y el acné
conglobata.
La etiopatogenia no está clara. Se cree en un probable origen bacteriano que involucra
fundamentalmente al
Propionibacterium acnes, sin embargo, es una hipótesis que no ha
podido ser probada. También se han involucrado factores genéticos, por las similitudes
clínicas con otros cuadros de origen genético en la infancia, como el síndrome Majeed
(dermatosis neutrofílica y múltiples lesiones osteolíticas), el síndrome PAPA (artritis
piogénica estéril, pioderma gangrenoso y acné) y otros síndromes inflamatorios. También se ha
especulado con un posible origen autoinmune, pero, en la actualidad, aún cuando se continúan
las investigaciones, se sigue sin tener respuestas concretas.
El diagnóstico del síndrome SAPHO se basa en los datos clínicos y radiológicos, puesto que no
hay pruebas de laboratorio específicas que confirmen el diagnóstico -ausencia de factor
reumatoide y antígeno HLA B27 muy similar a la población general.-. Tampoco hay hallazgos
histopatológicos concluyentes, pero sí son de utilidad la radiografía, el TAC y la resonancia
magnética.
El criterio diagnóstico propuesto para este síndrome es:
1. Pústulas características o acné en presencia de sinovitis estéril, hiperostosis u osteítis
2. Sinovitis estéril, hiperostosis u osteítis que comprometen el esqueleto axial o periférico
(especialmente la pared anterior del tórax, cuerpos vertebrales, articulaciones sacro
ilíacas), con o sin lesiones características en la piel
3. Sinovitis estéril, hiperostosis u osteítis, que comprometen el esqueleto axial o periférico
(especialmente múltiple metáfisis de huesos largos en los niños), con o sin lesiones
características en la piel.
Otro enfoque de este criterio -descrito por Kahn y Chamot (1992)- es el que se corresponde con
el término SAPHO (propuesto en 1987 por Chamot), donde cada una de las cinco letras
corresponde a uno de los signos clínicos de la afección:
• S = Sinovitis, la inflamación de la membrana sinovial, que en la práctica causa artritis, y
que suelen ser más agudas que crónicas.
• A = Acné, con frecuencia severo, pudiendo adoptar una forma
fulminans o una forma
conglobata. En este ultimo caso, las pústulas y los comedones se acompañan de pseudo
abscesos subcutáneos, acumulaciones de polinucleares neutrófilos sin supuración y de quistes
sebáceos supurados.
• P = Pustulosis de la palma de las manos y de los pies con, a veces, psoriasis pustulosa.
• H = Hiperostosis, es decir, aumento del volumen y condensación exagerada de algunos huesos,
a veces los ilíacos, pero principalmente los del tórax: esternón, costillas y clavículas.
• O = Osteítis, que es la inflamación dolorosa de algunos huesos, principalmente del tórax,
del raquis y de la pelvis. La biopsia ósea revela, al principio, infiltrados de polinucleares
neutrófilos, con, a menudo, osteoclastos y osteoblastos. Mas tarde, los linfocitos y los
plasmocitos se vuelven dominantes, a menudo con algunas células multinucleadas.
Otras manifestaciones frecuentes son la Psoriasis vulgar y la Hidradenitis supurativa,
pequeños abscesos cutáneos y subcutáneos, casi siempre situados en el hueco de la axila, y que
se originan en una glándula sudorípara.
El tratamiento que se sugiere como de primera línea son los bifosfonatos (pamidronato), pero
también se incluyen corticoides, AINEs, colchicina, sulfasalazina, metotrexato, leflunomida y
retinoides. Los antagonistas del factor de necrosis tumoral también han demostrado ser
eficaces en algunos casos.
La evolución es variable, avanzando hacia la cronicidad o, a veces, hacia una aceptable
remisión. El pronóstico a largo plazo suele ser bueno, aunque también puede seguir un curso
tórpido e incapacitante.
Revisar y describir debidamente el síndrome SAPHO es un gran problema, principalmente por la
constelación de signos clínicos, (se le conocen hasta 40 denominaciones diferentes) la escasez
de estudios contrastados y la casi total ausencia de bibliografía. Es por ello que, como
ampliación y por las novedades que introduce, sólo añadiré las teorías y la experiencia
personal de Seignalet con una paciente. Y es lo siguiente:
Una teoría sobre la patogenia del SAPHO. de Jean Seignalet.
"Los causantes del SAPHO podrían ser macromoléculas bacterianas y/o alimentarias que han
atravesado una pared del intestino delgado muy permeable. Estas moléculas tienen un tropismo
para algunas articulaciones y algunos huesos, donde se acumulan. El organismo intenta
eliminarlas expulsándolas a través de la piel. El SAPRO reuniría dos patologías:
1) Una patología inflamatoria, que afecta a las articulaciones y a los huesos. Podría ser el
resultado de un proceso autoinmune, si se considera que tres grupos de estudio han referido
una asociación con HLA-B27, observado en el 33% de los pacientes frente al 6% de los sujetos
del control (Kahn y Chamot, 1992). Este dato acerca del SAPHO a las espondiloartropatías y
sugiere la intervención de un péptido bacteriano. La hipótesis se ve reforzada por la eficacia
de un antibiótico, la doxiciclina, en algunos enfermos (Ballara y col. 1999). Sin embargo,
predomina la inflamación, como demuestra la abundancia de polinucleares neutrófilos en las
lesiones, así como la posible acción favorable de los AINEs y de los corticoides, más
frecuentes que la de los antibióticos. La principal molécula causal parece capaz de inducir
una respuesta inflamatoria. Podría tratarse, por ejemplo, de lipopolisacárido bacteriano.
2) Una patología de eliminación en la piel. El acné y la pustulosis serían la consecuencia del
paso de los polinucleares neutrófilos que transportan los residuos nocivos, desde los vasos de
la dermis hasta la superficie cutánea. Otro argumento a favor de un proceso de depuración es
la asociación relativamente frecuente del SAPHO con la enfermedad de Crohn (Dharancy y col.,
1998). La eliminación se hace en este caso, a través de dos emuntorios: la piel y el tubo
digestivo.
Resultados.
El razonamiento que acabo de desarrollar atribuye el origen del SAPHO a la proliferación de
una bacteria intestinal peligrosa en un intestino delgado cuya mucosa es demasiado permeable.
Es interesante probar el régimen alimenticio ancestral como tratamiento. El método se aplicó
a cuatro enfermos y se obtuvieron una mejoría neta y tres remisiones completas. Aquí resumo la
historia de uno de estos éxitos completos.
Observación dcl enfermo.
Acudió a mi consulta en junio de 1997. Esta joven de 26 años no tenía ningún antecedente
personal importante. En 1990, y como consecuencia de preocupaciones familiares y
profesionales, se desarrollaron con rapidez los siguientes signos:
• Una sinovitis que afectaba a las articulaciones esternoclaviculares, coxofermorales y
mandibulares.
• Una pustulosis especialmente palmo plantar, pero que se extendía a otros sitios.
• Una hiperostosis, particularmente marcada a nivel de las costillas y de las clavículas,
confirmada por las radiografías.
• Una osteítis, causante de dolores severos, localizados en la primera costilla y en los
raquis cervical y lumbar.
En los análisis de laboratorio se revela una VSG acelerada a 37/62, leucocitosis y ausencia de
HLA-B27. A pesar de que no tenia acné, este cuadro permitió diagnosticar un SAPHO. Al menos
éste fue el diagnóstico de un profesor de reumatología parisino, particularmente experto en
materia de SAPHO. Se prescribió un tratamiento con AINEs y sulfasalazina durante 18 meses,
plazo necesario para obtener la remisión. Éste se mantuvo durante casi 6 años.
En octubre de 1996 apareció un segundo brote, análogo al primero pero más intenso, ocasionando
contracturas musculares muy dolorosas. Los AINEs en esta ocasión fueron ineficaces. Los
corticoides, que se probaron a una dosis de 40 mg al día, también fracasaron. Cuando la
enferma contactó conmigo, el brote duraba desde hacía 8 meses y los dolores óseos y
articulares eran tan fuertes que se le administraba morfina diariamente desde hacía 2 meses.
La paciente adoptó el régimen alimenticio ancestral, que siguió correctamente. En algunos días
desaparecieron todos los signos clínicos del SAPHO. La VS se normalizó y la leucocitosis se
corrigió. Se suprimieron la morfina y los corticoides. Las únicas secuelas que quedaron fueron
un espesor de las clavículas y de algunas costillas, derivado de la hiperostosis. La remisión
completa dura desde hace 2 años. La joven pudo llevar a buen término un embarazo y traer al
mundo a su segundo hijo. En caso de repetidas excepciones del régimen, se comprueba una
recidiva moderada del SAPHO.
Comentarios
1) El SAPHO no siempre se presenta en su forma completa. En este caso no había acné. Han sido
descritas varias variantes incompletas:
• La hiperostosis esternocostoclavicular.
• Las artritis del acné conglobata.
• Las artritis de la pustulosis palmo plantar.
Todas estas afecciones pertenecen a la misma familia y resultan de un mecanismo parecido.
2) El resultado positivo registrado en esta paciente no se puede atribuir a una remisión
espontánea. Las manifestaciones clínicas y biológicas remiten gracias a la dietética y
volverían a producirse si el régimen se abandonara.
3) Es sorprendente el contraste entre el plazo de 18 meses necesarios para la acción de los
medicamentos durante el primer brote y los pocos días que han sido necesarios desde el inicio
del cambio nutricional para neutralizar el segundo brote. Los medicamentos se esfuerzan en
disminuir la intensidad de la respuesta inmunitaria e inflamatoria implicadas en el SAPHO,
mientras que el régimen hipotóxico tiene como objetivo erradicar el péptido bacteriano causal
en el intestino y acelerar la evacuación de las moléculas nocivas a través de la piel. Los
medicamentos atacan algunas consecuencias, mientras que el régimen alimenticio ataca la
causa."
El Régimen Ancestral.
Poco puedo aportar a lo que ya nos refiere Seignalet, pero, como en otras ocasiones,
completamente de acuerdo con su exposición, creo que los efectos del Régimen pueden ser
bastante eficaces. Y como pienso que habrá muchos pacientes sin un diagnóstico claro,
considero prudente aconsejar a cualquier persona que padezca de todas o algunas de las
manifestaciones descritas, que contacte contacte conmigo en el Consultorio contándome todos
los detalles para ver de tratarla con el Régimen Ancestral. Puede ser el único camino a la
curación.
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de detallados estudios sobre los alimentos y descripciones de muchas patologías comprendidas entre las
reumatológicas, neurológicas, autoinmunes en general y de las denominadas de ensuciamiento y eliminación.
URL: La Web de la Artritis Reumatoide