Se desperezaba el sol guardando en la estrella más lenta el resto de sueño que se negaba a
dejarlo. Anunciaba un día espléndido desplegando su hermosa capa celeste. Karina se despertaba
de a poco, tan remolona ella. Saltó de la cama, puso su CD preferido antes de abrir la canilla
de la ducha para bautizar el nuevo día.
-Llegó la primavera, se dijo mientras el agua se deslizaba como cascada sobre su cuerpo, dejó
la puerta entreabierta, total estaba sola como siempre. La voz de Joaquín Sabina envolvía cada
rincón de la casa, Karina cantaba con él: “peor para el sol, que se mete a las siete en la
cuna del mar a roncar…”
Desayunó, se vistió, maquilló a la ligera su carita joven y partió como todas las mañanas
rumbo a su oficina. –Uno no sabe para qué trabaja, si al fin nunca se llega a fin de mes,
pensaba mientras apuraba el paso para no llegar tarde.
-Vienen tan duros los inviernos, si consiguiera esta primavera mantener un poco de calorcito,
seguro será más suave el próximo, está tan loco el tiempo. No, no es el tiempo, somos
nosotros. No, tampoco nosotros, son algunos ¿por qué cargar con culpas que no tengo?
-Con el daño que están haciendo no hay planeta que resista, no se por qué el dinero vuelve a
la gente tan irresponsable. La cabecita de Karina parecía un bólido disparado pero siempre con
un rumbo fijo.
-Al salir de la casa se le ocurrió juntar rayitos de sol para guardarlos en un bolsillo del
alma. Al llegar el invierno los soltaría para sentir un poco de calor, pero así como creía
atraparlos, se le escapaban brillando.
-Al llegar a la oficina arrancó, para guardar en su cartera, la hoja del almanaque que
testificaba que ese día nacía la primavera aunque nunca se le hubiera ocurrido encadenarla
como esa vez.
Con los rayitos no pudo, se fugaban entre sus dedos y la saludaban desde lejos. –Niña
comprende, no todo puede encerrarse, le dijo uno al oído antes de echarse a volar tan libre
como hubo nacido.
–Ay qué locura, pensó Karina, pretendí encerrar la libertad, cosa más tonta e injusta. – Si al
fin lo que hace falta es calor humano, no es el sol el que tiene la culpa…
Ver Curriculum
