Enero 2016

No
tenía intención de escribir ningún artículo sobre cómo me ha ido con la Artritis durante el
año 2015, pues pensaba hacerlo a finales de este 2016 aprovechando que ya serían diez los años
que cumpliría sin que la enfermedad me muestre sus malditos colmillos.
Pero, como lo vengo haciendo cada año desde 2006, año en que la remisión era ostensible, y el
no hacerlo podría dar lugar a que algunos pacientes que entran a diario en la web -y que,
perfectamente concienciados en que en estos conocimientos tienen soluciones efectivas para su
salud, se preocupan de leer las consultas y todo cuanto publico- pudieran pensar que mi
curación se hubiera truncado o sufrido algún revés importante, he reconsiderado el tema para
despejar cualquier duda.
Porque, en realidad, nada tengo que contarles. La remisión de mi ya antigua Artritis
Reumatoide es un hecho real y notorio que se mantiene sin ningún problema al paso de los años
con el simple seguimiento del Régimen Ancestral.
Ni dolores ni inflamación ni crisis de ningún tipo. Si acaso, algunas leves molestias de vez
en cuando, mínimas y pasajeras, que devienen de la edad, del deterioro propio del
envejecimiento -presente y normal en la casi totalidad de las personas-. Y, por otro lado, con
cierta relación con la enfermedad sufrida, por causas tan inevitables como ineludibles como
los muchos contaminantes que nos rodean o que, a pesar de nuestra meticulosidad al elegirlos,
nos llegan en la mayoría de los alimentos que comemos. Ambos factores, polución ambiental y
tóxicos alimentarios, aunque lo sean en proporciones mínimas, pueden afectarnos más que a
otros debido a nuestra predisposición genética. En la mayoría de los casos -tal como es el
mío-, no tienen la menor importancia, son simples molestias sin mayor trascendencia a las que
podemos y debemos considerar como normales en el plano evolutivo de todo ser vivo.
Destacable es también el que haya pasado todo el año sin coger ni el más leve resfriado. Y es
destacable porque, como ya he contado en otras ocasiones, sufriendo de resfriado crónico toda
la vida, el hecho de ver pasar los fríos, las lluvias, los vientos y corrientes, sin que
lleguen los estornudos ni tenga necesidad de usar diez pañuelos cada día, me parece algo
sumamente extraordinario (tanto que, sabiendo cómo operan los rinovirus, casi no me lo creo).
No cabe la menor duda de que cuidar cuanto ingerimos, eliminar de nuestra dieta todos los
tóxicos que nos llegan cada día con la alimentación actual, hace que nuestro sistema inmune
recobre toda su potencia, que tenga capacidad para vencer virus, bacterias y patógenos de todo
tipo. Con el seguimiento del Régimen, no sólo hemos curado nuestra enfermedad -esa que los
responsables de salud dicen "que no tiene cura"-, sino que hemos regenerado nuestro organismo
y lo hemos dotado de capacidad para vencer a ese cúmulo de enfermedades de todo tipo que nos
acechan por todos lados.
Como ejemplo -además de la Artritis y los resfriados-, podría poner esas otras afecciones que,
junto con ellos, fueron evolucionando en mí durante años de permanecer con un organismo
sumamente intoxicado, y que, a pesar de haber emprendido el camino de la curación y estar
gozando de un largo período de total remisión de ambas entidades patológicas, terminaron por
salir a la luz y manifestarse en estos últimos años.
Referidas en orden de importancia, el
Flutter Auricular, un tipo de arritmia
que produce una frecuencia cardíaca acelerada, bastante grave por las consecuencias que puede
acarrear, que -en mi caso- venía originada por fibrosis en algunos puntos de las conducciones
eléctricas del corazón (proceso reactivo asociado y frecuente en la AR y sus mecanismos por su
condición de enfermedad sistémica) y que necesitó de una intervención quirúrgica llamada
Estudio electrofisiológico con ablación. Se realizo hace tres años, quedé perfectamente y, a
la fecha, no hay el menor indicio de que vuelva a reproducirse.
Otra fue la
Blefaritis, un proceso inflamatorio agudo, insidioso y
persistente, que tiene lugar en los párpados, fundamentalmente en sus bordes. Su diagnóstico,
debido a las múltiples causas, no siempre es preciso y su tratamiento terapéutico suele ser
con frecuencia ineficaz, con múltiples recaídas que terminan desmoralizando al paciente y al
médico que las trata. Podemos llamarle crónico y, generalmente, sin curación. Sin embargo, al
estudiar e investigar más a fondo en su etiología, llegué a la conclusión de que, si bien
parece no tener relación con procesos autoinmunes, sí podría estar relacionado con los de
ensuciamiento y eliminación, siendo prueba de ello su alta incidencia en pacientes con
Dermatitis Seborreica. Tras seis meses de tratamiento antibiótico y de meticulosa higiene
local para rebajar todo proceso patógeno, consideré que era el Régimen quién debería continuar
la curación. Y así fue. Dos años después, exceptuando alguna pequeñísima descamación de vez en
cuando (totalmente propio de la edad), no ha vuelto a aparecer ni el menor signo de la
Blefaritis.
No recuerdo ninguna otra cosa digna de mención. Pero con lo dicho basta. No cabe la menor duda
de que el seguimiento del Régimen Ancestral nos convierte en otra persona. En una persona sana
y con altísimo poder y capacidad para que la mayoría de enfermedades pasen por nuestro lado
sin poder afectarnos.
Sigo aquí, curado de mi Artritis, con mi mano tendida y, como siempre, dispuesto a ayudar a
todo el que me necesite.
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de detallados estudios sobre los alimentos y descripciones de muchas patologías comprendidas entre las
reumatológicas, neurológicas, autoinmunes en general y de las denominadas de ensuciamiento y eliminación.
URL: La Web de la Artritis Reumatoide