Muchos pacientes que van a comenzar -o han comenzado ya- el Régimen me preguntan qué
suplementos, tales como vitaminas, minerales, enzimas, ...o los mil potingues que les ofrece
la publicidad, deben tomar. La respuesta es que, en general o como imprescindible, nada en
absoluto. Casi todo lo que necesitamos para que nuestro organismo funcione correctamente nos
lo proporciona, en cantidades suficientes, y con una biodisponibilidad muy superior a
cualquier suplemento, una alimentación saludable y variada.
Ahora bien, puede ocurrir que el paciente tenga carencias vitamínicas o de minerales, o que
presente ciertas disfunciones metabólicas o digestivas, como pueda ser diarreas frecuentes y
continuadas, o estreñimiento, o claros síntomas de malnutrición, donde se haría necesario
ayudar a una más pronta recuperación con la ingesta de determinados suplementos. Vemos algunos
que podemos considerar, a veces, necesarios y, sobre todo, a tenor de la dúctil y escasa
legislación que los controla, más confiables.
Vitaminas y minerales.
Sus carencias no suelen ser frecuentes. Sólo suelen darse cuando se ha llevado
durante mucho tiempo una alimentación inadecuada o, por cualquier motivo -práctica de
deportes, continuados estrés, etc.-, se aumentan las necesidades del organismo. Aún así,
siempre deben ser tratadas previo diagnóstico por el médico o endocrino. El tomarlos como
suplementos, si bien la mayoría de las veces no tendría por qué ocasionar problema alguno,
incluso puede haber ocasiones en que colaboren en un mejor funcionamiento de determinadas
funciones orgánicas, la mayoría de las veces sólo estaremos tirando nuestro dinero. En la
página de
Vitaminas y
minerales se habla más ampliamente del tema.
Ácidos grasos esenciales.
Casi todos los ácidos grasos esenciales que necesita nuestro organismo, al igual que las
vitaminas y los minerales, los obtenemos de una alimentación saludable y variada. Tan solo, y
por sus beneficios para diversas funciones orgánicas y metabólicas, recomendamos que se tenga
especial interés en la suficiente ingesta de
Omega-3 (ácido alfa linolénico,
EPA y DHA). Este ácido esencial, que el organismo no puede sintetizar, es componente de las
membranas de todas las células e interviene en el control y regulación de una gran variedad de
procesos vitales como la coagulación sanguínea, la respuesta inflamatoria, la regulación de la
temperatura del cuerpo, el funcionamiento normal del cerebro y la salud de la piel, uñas y
cabello, entre otras muchas funciones. Además de ello, contrarresta ciertos efectos adversos
ocasionados por la alta tasa y gran desequilibrio con el Omega-6 (ácido linoléico), que
ingerimos en multitud de alimentos (aceites vegetales, carnes, huevos, lácteos, etc.). El
Omega-3 debemos obtenerlo de la alimentación, con preferencia de los pescados azules como el
salmón, sardina, caballa, atún, pez espada, etc., que lo contienen en mayor cantidad y
biodisponibilidad. De no poder ser, podemos obstar por cápsulas de Omega-3 de krill antártico.
También, aunque difieren en algunas propiedades, lo obtenemos de las semillas de lino,
vegetales de hoja verde, aceite de canola, soja, nueces, etc.
Enzimas digestivas.
Las enzimas son moléculas de naturaleza proteica y estructural que catalizan reacciones
químicas en nuestro organismo. Las digestivas tienen la función de romper los polímeros
presentes en los alimentos en moléculas más pequeñas para que sean absorbidas con facilidad.
Se encuentran en el tubo digestivo, así como en el interior de las células, sobre todo en los
lisosomas. Existen enzimas digestivas en la saliva, en el jugo gástrico, en el jugo
pancreático y en las secreciones intestinales. Los tres grupos principales de enzimas son los
siguientes:
· Proteolíticas o proteasas: Descomponen las proteínas en sus fracciones más simples, los
aminoácidos.
· Lipasas: Son las enzimas que disgregan grasas o lípidos en sus componentes más simples.
· Amilasas: Son necesarias para la digestión y el aprovechamiento de los hidratos de carbono.
La carencia de enzimas no es frecuente, pero podría serlo en personas mayores, por
padecimiento de algunas enfermedades crónicas y en quienes sufren de afecciones digestivas que
afectan principalmente al estómago y al intestino: gastritis, hernia de hiato, enfermedad
inflamatoria de intestino, colon irritable, etc. Cuando la digestión de los nutrientes no es
completa, además de que puede producirse déficit nutricional, se da lugar a que las bacterias
del intestino realicen procesos de fermentación y que los alimentos a medio digerir sufran
reacciones de putrefacción, lo que se asocia a hinchazón, gases, malestar, pesadez y a la
acumulación de productos tóxicos que pueden pasar al torrente sanguíneo, dando un trabajo
extra a los sistemas de eliminación de deshechos. También se relacionan con problemas de piel,
fatiga, dolores musculares o articulares e incluso con alergias e intolerancia de origen
alimentario. Su uso no debe ser a criterio propio sino prescrito por el médico, endocrino o
nutricionista a la vista de la clínica y las oportunas pruebas.
Probióticos y prebióticos.
Son aconsejables casi siempre. Como ya digo en la página
Además del Régimen, es muy probable que los pacientes de Artritis
Reumatoide u otras patologías de tipo autoinmune o reumáticas, aún sin padecer
gastroenteritis, alergias o intoxicación de ningún tipo, padezcan de diarreas frecuentes que
le hacen ir al baño tres, cuatro o más veces al día. Generalmente, suele estar motivado por
una mala absorción de los alimentos y la intolerancia a algunos de ellos (leche, cereales,
proteínas desvirtuadas o transformadas por el calor, etc., y hago especial hincapié en el
gluten), que son precisamente la mayoría de las causas que vamos a eliminar con el Régimen.
Pero, para ayudar a nuestro cuerpo a normalizar las funciones intestinales cuanto antes,
podemos y debemos potenciar los efectos del Régimen con la ingesta de prebióticos y
probióticos, elementos que restablecen el equilibrio de las bacterias en el tracto digestivo.
Los
probióticos son bacterias beneficiosas que encontramos en diversos
alimentos, generalmente elaborados, que, cuando se ingieren, se agregan a la flora intestinal.
Y los
prebióticos alimentos no digeribles -fibra- que pasan a través de
nuestro sistema digestivo y que ayudan de forma selectiva a las bacterias saludables a crecer
y reproducirse, manteniendo niveles apropiados de las mismas en nuestro cuerpo.
Ambos elementos, en presentaciones como suplementos alimenticios, pueden encontrarse en
Farmacias, Parafarmacias, Herboristerías y establecimientos afines en forma de cápsulas,
jarabes y otros. Pero también los encontramos de forma natural en diversos alimentos y,
actualmente, en lo que se ha dado por llamar "alimentos funcionales".
Los probióticos los tenemos en los yogures fermentados con las bacterias lácticas
Streptococcus thermophilus, Lactobacillus bulgaricus o acidofilus, etc. También en leches
fermentadas (productos similares en aspecto al yogur) con otros tipos de bacterias, como
Bifidobacterias, Lactobacillus casei imunitass, etc., o en bebidas que, además de zumo,
contienen leche fermentada y cultivos de bacterias.
Los prebióticos más comunes son los fructo-oligosacáridos o FOS, conocidos como oligofructosa
e inulina. Son carbohidratos presentes en vegetales como cebolla, ajo, tomate, puerro,
espárrago, alcachofa, raíz de achicoria, plátanos, etc. También en la planta silvestre llamada
Diente de León. En productos comerciales los encontramos en algunos preparados lácteos,
bebidas, alimentos infantiles, galletas y panes.
En mi opinión, para los pacientes que comiencen el Régimen es conveniente la toma a diario de
ambos elementos -sobre todo los primeros meses-, comiendo alimentos naturales que los
contengan y ayudándolos con algunas de sus presentaciones comerciales. Mas tarde, cuando ya
lleven algún tiempo siguiéndolo y se adviertan claramente sus efectos, es posible mantener la
flora intestinal en perfecto funcionamiento sin nada o con la sola toma de un yogur bioactivo
dos o tres veces en semana.
Otros suplementos.
Glucosamina, sulfato de condroitina, equinácea, coenzima Q-10, levaduras, ginkgo biloba,
ginseng, kava (piper metysticum); melatonina, fitoestrógenos, soja, palma enana americana,
hipérico o hierba de San Juan, etc., y otras cien mil más. Y es verdad que algunos tienen
ciertas propiedades, pero, en general, la inmensa mayoría, además de que pueden proporcionarle
un buen disgusto, no tienen ninguna utilidad terapéutica. Sólo son sacaperras.
A diferencia de los medicamentos con receta y los de venta libre (sólo en farmacias), los
suplementos alimenticios, no están sujetos a un proceso de evaluación para comprobar su
utilidad y que no son nocivos. En vez de esto, el fabricante es responsable de asegurarse que
los suplementos sean seguros (no nocivos) y efectivos. Si la Agencia de Drogas y Alimentos del
gobierno de los Estados Unidos (FDA) descubre que hay un problema con un suplemento después de
que éste se ha vendido el suplemento debe retirarse del mercado. En España, la Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), con la misma legislación de la Unión
Europea, sólo requiere la inscripción en un Registro de las empresas dedicadas a la
fabricación y venta de los mismos. Por todo ello, al margen de la dudosa utilidad de muchos de
ellos, debemos reconocer que son bien escasas las garantías de su seguridad.
Algunos, como la Glucosamina y el Sulfato de Condroitina, están siendo reconocidos en muchos
países como medicamentos, pero la aceptación de sus propiedades y efectos terapéuticos siguen
creando polémicas y sin que se pongan de acuerdo en la comunidad científica. Otro tanto acurre
con hierbas y plantas medicinales, entre las cuales encontramos algunas con auténticas y
reconocidísimas propiedades terapéuticas, pero entre las que contamos con todo un universo de
yerbajos con nula o escasísima utilidad.
No se caliente mucho la cabeza en la búsqueda de milagros para mejorar su salud. Casi todo lo
necesario para que nuestro organismo funcione correctamente, como ya he dicho al principio, lo
tenemos en una alimentación saludable y variada.
Nota:
En
La Web de la Artritis Reumatoide, además de un consultorio
on line, dispone de detallados estudios sobre los alimentos y descripciones de muchas patologías comprendidas entre las
reumatológicas, neurológicas, autoinmunes en general y de las denominadas de ensuciamiento y eliminación.
URL: La Web de la Artritis Reumatoide