Hoy siento deseos de brindar mis manos para sujetarte y que no te tires al abismo. Suicidarse,
nunca. A pesar de que interiormente sepas que las conductas de otros pueden llevarte a esa
acción. La velocidad máxima permitida a la que debemos conducirnos es 120 km/h, porque si nos
excedemos podemos chocar y destruirnos.
La vida es corta y no sé quién reparte suerte, pero unos no tienen nada, otros regular y otros
parecen robarla toda y acumularla por toneladas en sus casas y trasteros.
Si eres de los desafortunados, no llores, tienes la mayor de las virtudes, pues podrás ver en
todos los seres con los que trates su cara oculta, y aunque la realidad duela, adquirirás
sabiduría, y ella te empujará a sentirte bien en tu mundo particular y abstracto, aunque los
gigantes necios del mundo te aparten, humillen y rechacen en cada paso que dan o comunicación
que intercambien contigo, así que tú les vencerás.
Coincidamos entonces en que la mayor riqueza es la inmaterial, y si los ricos no suelen tener
bienes inmateriales en su haber porque no saben o no quieren, entonces, no valen nada y te
recomiendo que con premura te apartes de ellos, porque acabarán contigo y nada les importarán
tus necesidades ni sufrimientos. Ellos no te ayudaran jamás, mismo te robarán la sonrisa y
enterrarán tus ilusiones.
Para tener dinero, si no recibes herencia, tendrás que trabajar y luchar, pero aunque nunca
llegues a tener todo lo que deseas, no lo olvides, tienes la sabiduría del luchador, del
pobre, gran aliada de vida que te permitirá continuar dignamente en tu trayecto sabiendo girar
bien en las curvas peligrosas que lo accidentado del terreno no ha podido evitar tener.
Hay tanto que contar sobre este tema, tanto espacio en blanco que rellenar escribiendo poco a
poco, letra a letra, que espero no cansarme ni dejarlo, pero tampoco contaré todo lo que sé
en este artículo. Cuesta explicar las experiencias, porque recordar es volver a vivir todo lo
que nos ha pasado y no sin dejarnos cicatrices, que por cierto, casi solas se han curado.
Quiero comunicar fortaleza y esperanza ante las diversas adversidades que se presenten
robándonos el muy feliz día a día.
No se si acabaré este articulo algún día, ya llevo varios escribiéndolo. No sé tampoco si
lloraré y mojaré el papel antes de pasarlo al ordenador y enviarlo a la revista:
La Voz de
Arena y Cal. Alfonso, gracias por permitirme también tener algo de voz en tu prestigiosa
revista.
La vida es dura, desde que nacemos tenemos que batallar contra los virus, posibles accidentes
y diversas enfermedades que minan muestra salud y nos van deteniendo entre roca y roca con la
que, además, deberemos necesariamente tropezar. Y todo, para aprender un poco más a ser
positivos a la velocidad que podamos, aunque lo recomendable es, como ya he dicho, a 120 km/h.
Claro que sí, los obstáculos están ahí para pasar por encima de ellos con la cabeza bien alta
y pisando fuerte para no permitir que nos pisen los insensatos. Hoy hay buenos médicos que
curan nuestras fastidiosas enfermedades, aliviando nuestro dolor y recuperando nuestra fe,
perdida entre las piedras negras y deformes.
Paso a paso vamos recorriendo el sendero dándonos cuenta de que siempre encontraremos manos
amistosas que se nos tienden gratuitamente a cambio de una tímida sonrisa. Al irnos a la cama
por las noches, debemos llevarnos la esperanza de un mañana mejor, que debemos construir entre
todos, ladrillo a ladrillo.
Dormir en paz y durante horas o bien poco tiempo, no importa, pero disfrutar por tus aciertos:
la mejoría en la vida del mendigo que ayudaste dándole ropa y comida, el perro sin raza que
finalmente adoptaste y que ahora te hace tanto bien.
El trabajo debe ser visto como algo necesario en nuestra sociedad, jamás como una especie de
cáncer incurable, porque nadie pueda apartarnos de el.
Yo, por ejemplo, me siento orgullosa de donar toda mi obra literaria al beneficio y bienestar
de los animales abandonados de cualquier especie y en todo el mundo, y para que mi deseo se
realice, ya moveré los hilos que tenga que mover, pero a su tiempo y en una oportuna compañía.
Ten tú también algo de lo que sentirte orgulloso, ayuda a otros a vivir su día a día sin
amarguras, porque eso te sacará de los charcos y te empujará con holgura a ser positivo en
este mundo cruel y satánico, que es de lo que hablamos.
La vida es de este modo, yo desearía que fuera un poco mejor, pero ante los contratiempos
solamente encontré un medicamento, que comercializo o regalo como "Positividad a la velocidad
máxima permitida". A toda costa, contra viento y marea, terremoto y tsunamis, tempestades y
holocaustos, apocalipsis y horror, caídas y entierros, decepciones y equivocaciones.
No te confundan mis palabras acristaladas. Ellas son también claras como el agua de un
manantial, porque te quiero ayudar, sabiendo además, que puedo hacerlo.
El optimismo nos invita a desarrollar nuestras cualidades escondidas, mostrándonos un mundo
mejor de lo que es, y hace que crezcamos sin carencias importantes, llenos de virtudes que
desconocíamos que formaran parte de nuestros espíritus. De forma que ser optimistas alarga la
vida y nos ayuda a llegar a ancianos, a vivir mas y ver siempre el lado bueno de las cosas.
A cualquier centenario/a, al que preguntes su secreto de longevidad, siempre te mostrará el
lado bueno de su vida, aunque fuera muy negra y llena de calamidades.
Un centenario fue y es ante todo y todos, positivo, la mayoría de ellos ha llevado una vida
normal y los hay que enviudaron jóvenes y no se han vuelto a emparejar. Con lo cual, en casi
todos los casos se respira un aire de religiosidad encendida en su interior. La fe ayuda a
vivir.
A mí siempre me ha gustado ayudar a los animales de cuatro patas, y eso me ha impulsado a ser
mejor, a sentirme realizada por cada uno de ellos a los que ayudo. Es una buena forma de
sentirse bien por algo sencillo y que, a mayores, te va a ayudar a ser una persona alegre.
Bailemos todos al ritmo del progreso y la vida en alza, con la cabeza llena de ilusiones y la
mente sana, abierta y siempre dando soluciones a las crisis, salidas a las informaciones sobre
vida social y política que nos llegan, como los robos de miembros de partidos políticos
mayoritarios o si PODEMOS es excelente alumno del comunismo venezolano. O bien, si nos bajan
los sueldos o nos despiden o acosan social y sexualmente en el trabajo.
La vida política ciertamente nos controla y decepciona, así que les haremos frente y les
daremos la cara a los políticos desde nuestra posición de ciudadanos de a pie, y diciéndoles a
todos ellos que no podrán con nosotros porque no seremos negativos aunque nos echen siempre
tierra encima con sus malas y escondidas acciones. Deberían ser castigados por corruptos,
violadores del derecho pueblerino de confiar en sus representantes y por todas sus mentiras,
vidas alocadas llenas de despilfarro, viajar a todo dar con nuestro dinero y no cortarse ni un
pelo en reducirnos los días libres, que buena falta nos hacen para cuidar de nuestros
enfermos.
Contra ellos, es necesario ser optimistas a 180 km/h. Pero iríamos demasiado rápido, nos
estrellaríamos y no sería viable una positividad situada tan al extremo. Cometeríamos
infracción porque la velocidad máxima permitida es 120 km/h.
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