Rincón de la Poesía 

Nechi Dorado
Argentina






IV

Late un murmullo allá lejos,
late un recuerdo querido,
late un adios, un te espero,
un volveré si es que vuelvo.

Y un adios que no es saludo
sino una llaga
que hiere,
cuando la noche me cuenta
que late un murmullo allá lejos.


V

Se oyó un eco casi imperceptible
estallando aquella noche
y entonces,
entonces asomó el lucero.

Cuando la viuda lloraba
el muerto se quedó quieto
los huérfanos me preguntaron
¿Y ahora?

Encandiló la mañana, moría también la noche,
busqué debajo de un árbol
el nudo de las palabras
para explicar en murmullo
¡que había nacido el recuerdo…!



VI (Manos)

Mira esa mano a lo lejos
nos llama, dime qué hacemos,
ella respondió que nada,
le respondí yo sí, puedo.

Vi a lo lejos otra mano, de pronto, que nos llamaba.

Ya eran dos, al rato otra,
y más acá en el silencio
seguían llamando las manos.

Manos blancas, manos negras,
manos mulatas, mil manos.

Ya dos mil, tres mil las manos
y el viento que se embravaba.

Salieron miles de manos
de la entraña de la tierra,
y abrieron la puerta al trueno
que partió en dos la mañana.

Agitándose mis manos,
grité ¡ya voy, yo sí, puedo!









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