LIBROS RECUPERADOS

Galardonado con el Premio de Poesía Melibea, este poemario amoroso del poeta roteño, se nos
presenta como una unidad relativamente compacta en la forma: hay un predominio de versos
endecasílabos blancos, muchos de ellos perfectamente trabajados, cincelados, como dice la
terminología de la preceptiva, escasos alejandrinos, cuartetos y serventesios sueltos y un
soneto final. Conocida es la devoción que el poeta siente por la forma bien hecha ya como
creador, ya como profesor de Literatura, y que se palpa en toda su obra poética, recogida en
dos tomos en Torre Manrique Publicaciones. Madrid, 1988. Con este libro consiguió el Premio
Rafael Morales, uno de los muchos conseguidos por el autor y que acreditan su consideración en
la poesía española actual.
Nacido en 1935, se le incardina en la segunda generación de postguerra (1955-1970). En ella,
frente a poetas más endeudados con la poesía social precedente y alineados con otros que
representan el llamado realismo crítico, García López “es una cascada discurriendo en medio de
cauces de rara perfección”, dice Florencio Martínez Ruiz. Por los valores cromáticos, que no
coloristas, y serenamente descriptivos de su verso, enriquecido con un fondo lírico de limpia
contención, su poesía es un claro antecedente de la búsqueda en las potencialidades del
lenguaje que vino después con el fluir mayoritario de “Novísimos”, “Culturalistas” y
“Neobarrocos”.
Perversificaciones tiene una intención lúdica que bascula más hacia el fondo que a la forma.
Su tema es estrictamente amoroso, cuerda que ya había tocado el poeta en libros suyos
anteriores, pero, en este caso, imaginamos como una autobiografía ficticia al estilo del
Arcipreste de Hita, el poeta canta el amor de manera desenfadada y desenvuelta, muy lejos del
petrarquismo y más próximo al erotismo actual, pues ello se evidencia en alusiones y recursos
tales como ”va la tarde muriéndose entre abrazos y esperma / en la gran rosa lúbrica que al
amar perpetúas”; “Cuando llegaste al ascensor se puso / color de tu cabello el aire todo”;
“…con la que subo sudoroso al verte / y a ahechar tu cuerpo…” ; “…ante tu oferta / de hojaldre
quebradizo y pan caliente, / no haber cumplido esos sesenta años / en que se aprende a agradecer
un postre”;” incluso para aquel que es tu marido / por esta vez perdonaré el engaño. / Con él
acepto sólo me traiciones”; “Jamás . —¿Ni un beso más? Ni un verso más.”. Aliteración
intencionada, ironías y sarcasmos, burlas y reticencias, así como un verso —repetimos— bien
cuidado hacen de este libro un poemario amoroso fuera de la tradición romántico-modernista,
donde asoma un empirismo contemporáneo de corte anglosajón, como animado por el duende de D.H.
Lawrence.
En Perversificaciones no encontramos al poeta de raíz sureña descriptivo y de esplendor de
cielo andaluz, notable exponente de la llamada “renovación del lenguaje poético”, sino una
corriente muy actual de poesía erótica con afición cinematográfica, más cerca de Ovidio, por
lo que tiene de confesión sensual y convencionalmente exhibicionista, que de Catulo, ya que en
ningún momento hay un matiz de desgarro amoroso. No nos extraña el erotismo de consigna,
propio de la irrupción “novísima” de los 70, pues Ángel García López lo trata en un verso
pulcro que vale por sí mismo.