Con dolor disfruté de la boda de Pablo, acontecimiento apropiado de un ser como es él, breves
instantes de paz, no con él, en casa, pensando. Poco a poco aprendí de esa situación, mi lucha
empezaba, mi lucha feliz, crecía interiormente, como nunca, me serené, obtuve calma, loca
alegría, logro que me venía el alma a colmar, no estar con él, pero buscar a Dios, me divertí
con todo y crecí, olvidé y crecí, enterrarle era crecer. “Ya no le quiero”, era crecer, le
odio, eso era crecer, separarle de mí, le detesto porque le quiero lejos siempre, en cualquier
circunstancia, no le deseo mal, sólo que siempre esté distante.
Éxito a la desesperada pues para subir una alta montaña basta una danza africana feliz, así
subirás, sin pensar en la mañana siempre cruel, siempre dale que te dale, siempre falso a mis
espaldas, en que bailo sola y me gusta la playa. A la desesperada voy sin rumbo, sin meta voy
y voy y me gusta. Que subo con suerte arriba, que bailo la danza negra, bailo y bailo y no
paro, que no seas desgraciado, ni te rías de mí condenado y sube la montaña africana bailando
en sus faldas: “danza que te danza, marca que marca, sube que sube y ya”.
Hay, ayayay hayyy sensibilidad, que no puedo más, atrás quedó la sombra, atrás quedó la mala
visión, atrás el amor que ya no es ni su sombra, atrás el calor infernal de la tortura, atrás
el dolor que no se repita, que siento odio profundo en este mundo sin rumbo para mí.
Entonaré canciones de amor con voz de contralto, literatura pura de libros de bachillerato
porque me gusta y gustó siempre la humanidad. Soy eso, humanista, socióloga, psicóloga, me
gusta hablar con las almas, tomarles el pelo, romperles los esquemas, ponerles a prueba, no es
feliz el abogado, no lo creo, hablar cura, fortalece, lo puede hacer el limpiador de ventanas,
la portera del edificio, el loco, el ciego, el mal escritor.
Hijos científicos, se casaron dos números fijos y luego tuvieron hijos del dos más dos que
quizás llegarán a ser ingenieros, médicos, maestros, otra cosa, a los que quizás dejen
huérfanos un día temprano y en la sombra quedarán, de su origen no se acordarán, les gustará
tal vez drogarse y aunque tengan dinero no sabrán para que sirve, es sencillo y fácil, sin más,
con padres de esa profesión serán como semidioses pero nadie podrá salvarles de tener un punto
débil, alergias, catarros, tuberculosis, quizás tengan un accidente de moto, coche, mueran de
leucemia, otros males, enfermedades crónicas, incurables, caigan de un avión en vuelo, se
estrellen, serán eso, hijos no de letras ni de música, que es posible, puede que no lleguen a
viejos.
Hoy sé que había llegado a tiempo de detenerle, de hacerle cambiar de rumbo, pero no quiso, se
negó rotundamente y eligió otro camino más bendito y fácil, le felicito. No tengo porque tener
pesares, hice bien pero fue imposible, era duro de pelar, con las ideas fijas, cabezón que me
dejó, gracias. Lo hizo todo lejos de mí, nuevamente gracias, gracias y más miles de gracias.
El hombre que habla con Dios no tiene porque ser hombre de ciencias, ni tener carrera ni
bachillerato ni primaria, ni haber ido a la escuela. No tiene porque ser inteligente,
ordenado, culto, sabio de más, sólo tiene que mirar al cielo y decir: tú me creaste, tú me
quieres, yo te quiero, ámame, guía mis pasos, que no encuentre turbulencias, que mi vida sea
plena siempre de tu presencia.
“Saber crecer” es tener sabiduría pura, de dentro a afuera, no creer que todo se perderá en la
noche, por nada. Es llevarles dentro, en el interior en cada paso que damos, uno a uno, aunque
no sea vocacional ni perfecto, aunque no sea por donde queramos, nuestros pasos, siempre
ellos, aunque sean diferentes a los que proyectamos dar en un principio. Eso es, mejorar,
saber hacerlo, crecer sanos y fuertes, vigorosos y saber diferenciar con nuestros ojos un
camino de otro.
Yo que no tuve nada me quedo con ellos, no quiero más, si ellos son mi tesoro y ahora que lo
sé no quiero otra cosa más que a ellos, me pregunto si hice lo que quise, si he dado buenos
pasos, si caminé profundo, ¿qué pasó?, ¿por qué no pude con aquel tiempo?, ¿qué quise ser?,
¿qué soy ahora?, ¿fui feliz en su día?, cuando me ha visto sufrí, pero nadie me verá llorar.
Hubiera sido, si mis almas me lo hubieran permitido, si me hubiesen dejado, hubiese sido eso,
pero fui otra cosa y comprendí que con bonitos paisajes también se alegra a la gente, llenos
de luz, brillo en la sombra, lana y armonía, seleccionados uno a uno, Dios los ordena crear,
yo su medio, ver para disfrutar, curarse, es natural y bueno, sano e ideal, y con esa labor
también soy lo que quiero ser.
Un día fui feliz, después de haberlo perdido todo por ellos, un día sin pensar fui feliz y
sonreí, ordené a mis almas retirarse de mí una a una, ya no tenían nada que hacer aquí, que se
marchen. Fuera para siempre, elévense al cielo, lejos de todos ellos que nada pintan en mi
vida, que todo se pierda más que yo quede a pesar de todo aquí, después de haberlo perdido
todo por ellos supe que aún pude haberlo hecho mucho mejor, con más calidad, más entrega, más
santidad, pero mientras veía y veía me iba quedando desfasada de los demás, iba quedándome
atrás, ellos reían, pero yo no podía hacerlo.
Sufrí a la desesperada por cosas, horrores, errores que no cometí, sufrí sin sentido por mis
acciones, pero mi reacción fue diferente a la de los otros, por eso doy una oportunidad bien
dada, la otorgo perdiéndolo todo si es necesario, no me importa, pero sólo una cuando se trata
de cosas de Dios.
No pierdo la esperanza de encontrar el cielo, al hombre de mi vida, sé que existe en el
firmamento y que mis sueños llenará durmiendo con él, sé que estamos en el año 2005, tengo 34
y es muy duro empezar, soy vieja pero no pierdo la esperanza de encontrarle, mi otra mitad, mi
media naranja, el hombre de mis sueños, él, mítico, fantástico, único, genial, ¿dónde estará?,
¿en Portugal?, ¿Madrid?, ¿Francia?, yo le busco a pesar, sí a pesar de la edad, de eso que nos
marca el rostro y el espíritu, mis horas de soledad quiero llenar con él como una adolescente
con el chico que le gusta, por eso todo el pasado olvidaré.
A la desesperada, actos delictivos que no sé bien si cometí, acciones buenas que no saldé del
todo en su momento, luchas ganadas que me convirtieron en heroína sin saber que lo que hacía
era grande, de rodillas y rezando igualito pues nada de más había hecho y por eso aún estaba
llena de pecado. Crímenes que presencié, acciones que no realicé en su momento, malos, que les
veo así, ojalá llueva, lloverá, estoy segura: lloverá.
En gracia de Jesús al que considero mi gran amigo, guapo y amable que no merezco. Me gustaría
estar siempre con él, porque le conozco, pero siempre está y estará ocupado, pero si estoy
mal, acudirá. Deseo verle siempre conmigo, dentro de mí pues no tiene cuerpo, deseo estar con
él, cerca de él sin hablar, sólo sentirle siempre, siempre, con amor, con loco amor, sintiendo
amor por él, que es fácil, de verdad, creo que yo si un novio desease tener, como él en todo
tendría que ser. Sabe que le quiero, le deseo lo mejor siempre y siempre es siempre. Deseo que
triunfe día a día porque tiene argumentos, que nunca le hagan daño los que no lleguen a
entenderle, ni psicológico ni físico, ni moral. Es maravilloso en todo y conocerle como ha
sido me llenará el resto de mis días.
Tomé café, Dios sabe cual es mi intención al tomarlo, lo tomo por el daño recibido porque
siempre me dieron puñetazos los insensatos marcianos, lo tomo porque acabé harta de todos,
porque sentí desprecio, vacilación, humillación, soledad, amargura, que me habían abandonado.
Dios sabe porque tomo café, a quienes deseo no ver y el motivo. Él lo entiende y sabe, que
tengo razón, que ellos no.
Te olvidé, no vuelvas a molestarme, no lo hagas más de una vez que ya está hecha, antes de
dormirme te puse en un nicho, con ayuda de mis iguales, sin llorarte y luego descansaba en mi
cama vieja de pino. Otras en la tierra, te la ponía encima con mis puños enterrándote y luego,
podía acostarme y mis ojos se cerraban como los de un dulce angelito. Sólo luego. No vuelvas a
molestarme nunca más ni a buscarme ni a verme, desea a Marilyn, a Lucrecia o a Lupe García
Crespo, no a mí.
Encontraré la paz cuando Dios por fin nos ponga en nuestro lugar, sé que está trabajando en
ello, se esfuerza en hacerlo, le pido humildemente que se esfuerce un poco más, sé que lo hará
en su momento, lo sé pero tarda y yo, que recibo males por todas partes sufro como una santa
que no me considero ni soy. Tengo que soportar de estos despiadados todo tipo de males e
injusticias, malos tratos y desprecios, malos deseos, miradas, falsedades y no sé lo que me
queda.
Me desespero tanto al saber que él, mi olvidado, aún me piensa, aún se gira para verme por las
calles, aún cree en mí más no como suya, me quiere hacer daño, me deseó mal para su bien,
tanto daño que me hizo, tanto, cuando yo lo que deseo es estar sana, es salir de todo esto
pronto, ya. Cuando de él, escucha bien: ya salí porque le tengo bajo tierra desde hace mucho
tiempo aunque le dijera “hola” es sólo cuestión de educación nada más que eso, sólo eso, nada
más.
Supe de sus hazañas para hacerse con lo ajeno, sólo el mal tiempo y la marea alta los frenan,
supe de sus malos rostros, de sus dientes largos, de sus malas intenciones, me pregunto, ¿cómo
se dejaron llegar tan lejos?, sin más, ¿cómo se han convertido en esa cosa?, ¿cómo pasó?, la
otra dirección hubiese sido mejor.
Grito "adiós" por todas partes, vuelo lejos por el aire azul, París, de allí vienen los niños,
tiernas criaturas, a ver si París, mi París, me trae uno envuelto en sábanas que siempre lo
deseé y mucho, siempre quise uno y si a París tengo que visitar, debo ir, iré para tenerlo, lo
cogeré conmigo y lo besaré. Vuelo lejos, a París, las cigüeñas con paquetes blancos esperan
para darme tan magnífico ser, su mejor tesoro, juguetón, hermoso, criatura guapa, inteligente,
para mí su corazón. Vuelo lejos, pero estoy aquí, en donde estoy con tantos años a mis
espaldas de hojalata, sin novio, sin casi amigos del alma, sin ilusión y llena de
sufrimientos, muchos. Vuelo lejos, sin avión, sólo pensando donde la imaginación quiere
llegar: lejos, pero sigo aquí y si no es por decisión de otros, aquí seguiré, para siempre,
sin París, sin niños y sin felicidad.
Esto es para ellos, los que me hicieron esto han ganado, es suyo, les pertenece, es para leer
este cuento, leer y buscar sentido a todo, para ellos que lo disfruten si pueden, si les beso
no me daré cuenta, pero si me besan gritaré, no es para tanto, sólo véanlo y disfrútenlo y
déjenme vivir en paz. Olvídense de mí.
La bendición de Dios bajará a mí, me sacará de este infierno inmerecido viendo la infelicidad
de todos, me despido de vos, de ustedes, mi alma quiere volar al paraíso, se me sale del
cuerpo y asciende, nada me retiene aquí. Quiero olvidar todo lo que veo, cambiar de vida y
querer a otros que estén y sean más buenos, que creen en mí sensaciones nuevas, interesantes,
novedosas siempre… es mi modelo de hombre, lo sé, me ve con buenos ojos, es maravilloso, es mi
mejor amigo, es mío.
No quiero volver a verlo, me hizo un gran daño y no le quiero, ni de día ni de noche es algo
para mí, nada una y otra vez, ni como padre de mis hijos, que consideraría basura ni amigo ni
confidente ni profesional porque no da la talla que pido, nada es nada. Ya no es porcelana
para mi mesa de la sala, su persona, nuestros encuentros serían infructuosos, cortos,
magnífico o no es sólo un hombre, sólo eso, que le desnuden y tiren en medio de la arena
movediza, tendrá que buscarse la vida como pueda para salvarse, ingeniárselas como otro
cualquiera no tan magnífico como él en sus esperas infructuosas y cálculos matemáticos
diarios, desnudo es lo que es, un hombre, sólo eso, sin más. Entonces se dará cuenta de que no
somos nada si Dios no nos ayuda.
Mayor y fea, así me veo, desmejorada al 75%, desalumbrada, deshabitada de amor, fracasada,
melancólica, muerta, con un cuerpo entradito en carnes, defectuoso, así me veo, desmejorada
comparada con años atrás, sola, además sola, tabla de ejercicios físicos en mano, deseando
comer más tostadas con mermelada de ciruela y cuajadas con miel, con desperfectos, me caí de
la moto, con achaques, me duele la cabeza, con remordimientos, cosas malas que hice pero no me
quedó otra. Dios sabe el motivo.
¿Saben?, la vida está hecha de sencillos momentos, instantes serenos que llenan mis cuentos,
campos de batalla, sucesos ciertos naciendo y viviendo. Son recuerdos y eso es lo que somos,
tormento, malestar, gloria, risa, diversión, lágrimas y la ley del silencio que permite
revivir y sentir de nuevo. ¿Por qué hacer esfuerzos de memoria, si los hechos ya han cumplido
su ciclo vital?, torpeza, ignorancia, fracasos, suspensos. Loca, masoquista, idiota y otros
calificativos, no sé, es lo que soy.
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