LIBROS RECUPERADOS
Premio
de poesía "Salas de los Infantes”, Burgos.
La poesía de María del Carmen Navarrete siempre nos ha sorprendido por su frescura en la que no
ha faltado la ingenuidad, entendiendo por ello un deliberado ignorar realidades feas. Desde
los primeros años de tertulia su verso se ha revestido siempre de una naturaleza casi
bucólica. Sus endecasílabos y alejandrinos fluían con una sencillez ligera, campestre,
descalza. Hubo otra época de poemillas con sabor infantil.
Pero paralela a ésa, otra le sobrevino en que una actitud crítica ha zarandeado el árbol de su
musa hasta que se le han desprendido poemas con inquietudes rayanas en la voz social: “Y
mírense en las ojos y háblense en las sombras / y piensen qué ¿Somos? Negocio / Qué ingenuos
nuestros cuerpos / al no hablar de flores. / Me he imaginado un trozo de poema / y he cogido
las huellas de unas manos / he respirado al aire / me he quedado en silencio pensad / pensad /
para qué tanto ruido”.
Parece como si viniese desde su etapa paisajística a la de un desengaño que no admite
escapatoria. Compuesto por veinticuatro poemas y un prólogo de Manuel Pérez-Casaux, este
libro, “Premio de poesía Salas de los Infantes” de Burgos 2005, con una distribución versal de
aparente desorden, como para reflejar el choque de la realidad en su conciencia, nos va
adentrando en el problema de cuál es la razón de ser del individuo ahora mismo en estos
tiempos tan inseguros, cuando la belleza queda desdibujada y una preocupación existencial
obsesiona a la autora, pero que ello no impide que el amor compense la zozobra de cada día
como en el poema” Sólo te digo a ti”: “Sólo te digo a ti / desde mi boca abierta sobre el aire
/ Antes de que la contaminación / nos desnude y nos marque los pechos / y muerda nuestra piel
sin más historias / inventaría páginas sin nombres / y pondríamos el reloj del tiempo / a cada
una de las adversidades / con todas estas sílabas te digo / Sólo te digo a ti / Cuánta
batalla...”