La Guerra Cristera y el olvido histórico colectivo.
Pensativa
Jesús Goytortúa Santos
Editorial Porrúa. México.
Trigésima edición 2009
147 págs.
Para hablar o escribir referente a
Pensativa es conveniente hacerlo como en el relato de una
novela negra: hablar primero del crimen a sabiendas de quien lo ha consumado y encontrarse de
pronto con la sospecha abierta de estar viviendo entre los perpetradores. En el caso de
Pensativa el crimen no se ha cometido a cuarto cerrado, se cometió no hace muchos años en el
mismo México y en las mismas tierras del bajío, a campo abierto a plena luz del día y al
fragor de una prolongada batalla librada entre cristeros y federales. Donde poblaciones
enteras participaron en fratricidas batallas sangrientas heredadas del fracaso de un México
convulso post revolucionario.
Pensativa como integrante de la narrativa cristera ganó en 1944 el premio Lanz Duret otorgado
por el periódico "El Universal" en México y la crítica le reporta como una de las obras
cristeras de mayor publicación ya que, de acuerdo a Torres “hasta el 2005, contaba con 27
ediciones en la editorial Porrúa, y actualmente ocupa el número 118 de la Colección Sepan
Cuantos, tomando en cuenta que el tiraje de cada edición es de cinco mil ejemplares
aproximadamente, bien se puede suponer que la novela ha rebasado unos 135,000 ejemplares”.
También es sabido que Pensativa ha sido traducida al francés y al inglés, siendo publicada en
Europa y los Estados Unidos. Su éxito es atribuible al contenido ideológico en cuanto a la
figura de la mujer y el estereotipo femenino católico que expone, razón por la cual ha sido
ampliamente usada como libro de texto en colegios católicos. Pensativa ha sido llevada al cine
bajo el titulo de “Gabriela o Pensativa” bajo la dirección de Raúl de Anda, sin embargo por
consideraciones de tipo político el argumento sufrió una traslación en los tiempos que le
sitúa en los primeros años de la revolución mexicana y no en su contextualización histórica
correspondiente.
Cuando Jesús Goytortúa Santos publica en 1944 Pensativa aun estaban latentes como rescoldos en
la memoria colectiva de México los recuerdos dolorosos de la Guerra Cristera. Goytortúa Santos
estaba lejos cronológicamente hablando, de haber sido testigo presencial e incluso de acuerdo
a datos biográficos del mismo, lejos de haber sufrido consecuencia directa del conflicto
cristero. Es por ello que en la clasificación de las novelas de la Cristiada, Goytortúa con
Pensativa de acuerdo a Ruiz Abreu “aprovecha a partir de la investigación y recrea
literariamente el movimiento. Manifestándose como neutral y ligeramente anticristero en la
narración de Pensativa". De acuerdo a Seymour Menton puede ser clasificada como Nueva Novela
Histórica por estar referenciando un evento histórico -La Guerra Cristera- con elementos
ficcionales. Además de poder ser clasificada también como novela con elementos góticos y de
novela negra de acuerdo con Lozano-Pozos. Para hablar de Pensativa es necesario
contextualizarle dentro del marco de la producción literaria de la post Revolución Mexicana
-mas no necesariamente como parte integrante del canon de la novela de la revolución- y la
subsecuente Guerra Cristera acaecida entre 1926-1929 en su primera etapa y 1929-1932 en la
segunda. En cuanto a la ambientación, Pensativa según Arias Urrutia recoge en su desarrollo dos
ambientes: El de la lucha armada, donde se sostiene el combate, y el de los pueblos, donde la
población civil participa en formas diversas en el enfrentamiento.
Pensativa es una narración dividida en veintiún capítulos que van llevando al lector de la
mano aunque algunas veces sorpresivamente a saltos que se antojan lapsos oníricos pero que
enlazan perfectamente cuando se trata de hilar una realidad más que tétrica dantesca.
Comprendida en 143 páginas, el primer capítulo se inicia con la voz de un narrador en primera
persona quien hace remembranzas de un pasado no muy lejano -el suyo propio- reviviendo una
mezcla convulsa de sentimientos: el miedo, terror y angustia que le dejara el recuerdo de su
viaje a Santa Clara de las Rocas. Roberto quien es el protagonista, es un hombre joven
casadero y citadino abogado quien no ejerce, con situación económica resuelta gracias a las
canonjías que su difunta madre le heredara. Muy contra su voluntad, atendiendo a los últimos
deseos maternos, es que se dispone a asistir al llamado de su tía Enedina envuelto en un mar
de malos presentimientos que se le cumplirán al advertir desde su llegada el ambiente
siniestro y lúgubre del lugar que tanto diferirá de sus recuerdos de la infancia, el Rancho de
La Rumorosa. Pensativa empieza cuando Roberto arriba a los linderos de su pueblo natal en
medio de poblados entretejidos en las montañas de Jalisco y Colima, en un ambiente que lejos
de ser bucólico se ostenta tétrico, siniestro aun con el aire empapado de crimen y misterio
que le dejaran los vestigios de la recién librada Guerra Cristera. Roberto estaría lejos de
poder imaginar el misterio y el horror que enfrentaría en esas tierras -que le producían una
opresión casi congojosa- de las cuales después se arrepentirá toda su vida haber visitado o
que jamás hubiese sucedido.
En medio de una secuencia de verbos activos, describe como al llegar al pueblo, se encuentra
con el ambiente tétrico de la hacienda La Rumorosa, con las calles abandonadas y con la hierba
crecida. Posteriormente, conforme avanza el relato, la tía se mejora solo para hacerle saber
su voluntad de que se case ahí, en La Rumorosa y con la mujer específica que le había
escogido, una mujer a quien le describen como joven, bella y que es altamente apreciada por
todos: Gabriela Infante apodada Pensativa por su actitud meditativa y melancólica, a la que
más tarde descubriría una personalidad oculta en la figura de La Generala iniciando la
narración de horror y misterio enmarcada en la Guerra Cristera.
La llegada de Pensativa a La Rumorosa, muestra elementos de la novela de misterio, desde el
momento en que aparece acompañada de su fiel criado llamado Basilio -quien es una especie de
Quasimodo- enmarcando su llegada una noche terriblemente oscura y de tormenta. En medio del
misterio que le envuelve por vivir alejada del pueblo en su propio rancho y solo servida por
un número grande de extraños sirvientes Pensativa es capaz de llamar la atención de Roberto
quien días más tarde con el pretexto de acompañarle de regreso a casa, viaja para conocerla un
poco más en su propio ambiente. En el camino tortuoso sucede un intempestivo y casi trágico
encuentro con un niño ciego que se cruza en el camino al caballo de Pensativa, suceso que le
impacta emocionalmente y le provoca un intento de suicidio al arrojarse al caudaloso río, del
cual le rescata Roberto. Al llegar a Plan de los Tordos, se encuentra con las ruinas lúgubres
de lo que fuera una hacienda, donde deambulan excombatientes cristeros quienes formaron parte
del ejército comandado por Carlos Infante -el hermano de Pensativa- quien murió asesinado
víctima de una traición. El nudo de la narración se enreda aun más cuando Roberto se percata
que las mujeres que deambulan llevan heridas de guerra, a lo que Pensativa le informa
categórica que las mujeres lucharon al par que los hombres durante la Guerra Cristera y es ahí
donde escucha por primera vez hablar de La Generala figura heroica pero sangrienta, famosa por
la crueldad que ejercía contra el enemigo y al mismo tiempo rodeada de misterio pues nadie
sabe donde murió sino que simplemente desapareció.
Roberto regresa a su casa en La Rumorosa enamorado y decidido a contraer nupcias con Gabriela
Infante hasta que en una fecha importante en la memoria colectiva de los cristeros, el 15 de
Julio, coincide con ellos en una celebración luctuosa en un marco de terror, en medio de una
miríada de velas encendidas colocadas en el sitio donde fue asesinado el hermano de Pensativa.
El desenlace del nudo empieza propiamente cuando al caer la noche y al término de las
oraciones un horripilante grito humano provoca que los congregados huyan. Roberto una vez
recuperado se dedica a investigar el origen del grito y la razón por la cual hace huir a los
ex cristeros y en su búsqueda se encuentra con dos mendigos: un ciego y un desnarigado. A
partir de ahí todo se vuelve un sistema de indagaciones directas e indirectas toda una trama
policial donde la imagen de los crímenes perpetrados permanece y los criminales se difuminan y
se metamorfosean y donde la dulce Gabriela Infante se torna en la misteriosa Pensativa que a
su vez es y fue La Generala. En el antepenúltimo capítulo, después de escuchar el grito
espeluznante en las montañas descubren el lugar de los crímenes perpetrados por los cristeros,
Roberto en compañía del Padre Ledesma deciden derribar la encina -donde se colgaban hombres
como racimos de plátanos y se enceguecieron ojos aun brillantes con hierros candentes- y a
cada hachazo “la huerta resonaba a cada golpe y la inquietud se esparcía entre las alimañas, a
las que oían deslizarse entre la maleza”. Con la bendición al sepultar los restos y la
humareda de la quema de matorrales creyó Roberto haber dado fin al capítulo más amargo de la
vida de los dos. Probablemente la parte más álgida de la novela viene con la resolución del
nudo en el antepenúltimo capítulo, cuando en medio de la euforia de la boda religiosa, con
Pensativa vestida de novia adornada con encajes de arençon y azahares en la frente es
confrontada -justo antes de efectuar el rito matrimonial- por la presencia macabra de dos
hombres que ella misma mutilara durante la lucha cristera. El capítulo veinte inicia con la
indignación del novio que ignorante de la personalidad oculta de Pensativa cuestiona la
veracidad de la revelación de la personalidad de la novia como La Generala -aquella mujer
cristera famosa por su crueldad y dotes estrategas- y horrorizado ante la respuesta, se
suscita la tragedia: la escena de la boda se congela, el rito se interrumpe y la novia
abandona la ceremonia seguida por sus correligionarios. Roberto cuestiona a la comunidad
presente en la ceremonia por el encubrimiento de la personalidad de la Generala a lo que el
pueblo correligionario -como en una Fuente ovejuna- se hace uno y nadie culpa a La Generala
quien huye de la escena de la boda para refugiarse en las ruinas tétricas de su hacienda
seguida de sus ejercito de excombatientes cristeros en medio de la tinieblas. El capítulo
veintiuno es la vuelta a la Rumorosa, donde se resume la agonía de Roberto por adivinar el
paradero de Pensativa, su retorno a la ciudad acortando los adioses no sin antes efectuar un
recorrido por las ruinas humeantes de lo que fuera la ruinosa hacienda de Pensativa. Pasan los
años, la gente va muriendo y el protagonista acaba por establecer un ritmo de normalidad en su
vida hasta que recibe una carta de remitente anónimo… y la rueca del horror se mueve nuevamente
pretendiendo refugiarse en el perdón.
Pensativa es una narración circular que tiene la capacidad de mantener al lector al borde de
la butaca incapaz de soltar la lectura hasta no sorberse el fin. Lectura de múltiples
entradas, con un gran número de tópicos interesantes para abordar desde el punto de vista
didáctico, histórico-literario e incluso de estudios de género en cuanto que cuestiona el
arquetipo femenino en la participación de las mujeres durante la Guerra de los Cristeros.
Pensativa es una de aquellas novelas que poseen vetas de atemporalidad por ser capaces de
resumir la tragedia humana como en este caso las guerras fratricidas independientemente de los
marcos geográficos y políticos que les contextualicen.
La narración a pesar de ser una narración redonda no tiene un final feliz, Roberto regresa a
su ciudad apesadumbrado y arrepentido de haber llegado mientras que Pensativa se pierde en su
destino. Pensativa es sin duda una valiosa relectura del pasado histórico mexicano, es de
acuerdo a Lozano-Pozos una novela desarrollada en un eje eminentemente histórico-social
estructurada en una trama propia del subgénero negro. La lectura de Pensativa nos interna en
un ambiente sobrenatural con el leitmotiv del crimen y violencia, empapada en una fuerte
crítica social a las guerras fratricidas.
