
Compuesto este poemario de sesenta y seis poemas y un prólogo del profesor, escritor y poeta
Javier Gallego, además de una emotiva dedicatoria y una cita poética de Rosario Sánchez Cubelo,
Belén Peralta (Cádiz, 1966), recoge textos de más de una época de la vida de la autora, en
concreto de entre 2007 y 2016. Su prologuista destaca “el rosa del romanticismo, el rojo más
apasionado, el negro de la oscuridad, el verde la esperanza y el azul del mar de su ciudad
marinera...”. y también los colores que destellan en su imaginación como atisbos de un mundo
más sugerido por signos sensoriales que explicado con reflexiones.
Sin embargo, la autora va más allá de esas improntas de suaves policromías para adentrarse en
su mundo de sentimientos, más allá de las sensaciones que se expresan por la ya citada
variedad de colores y, como dice también el prologuista, los temas humanos se merecen una
ligera reflexión sin ahondar en explicaciones filosóficas, pues el amor, que está presente en
todo el poemario, es el que realmente “mueve el sol y las demás estrellas” en expresión de
Dante Alighieri y también el alma de la poeta que en verso libre pero de estrofa equilibrada,
va confiándole a la página su experiencia de ser viviente que, además de vivir como cualquier
otro ser humano, aquilata sus vivencias en la potencialidad de la palabra escrita: “Rescátame
de las ventanas oscuras, / los troncos podridos, / la pregunta sin respuesta. / Extiende tu mano y
llévame presto / a los bosques de colores que soñé de niña. / Me gusta salvarme sola, / Pero hoy
(precisamente hoy), / quiero, desmadejada, / que con tu palabra me ciñas, / que con tus manos me
acojas, / y troques esta gravosa dejadez / por la sutileza de la liviandad. / Rescátame sin duda, /
rescátame. / Necesito vivir”.
Hemos puesto una contraposición como el anverso y el reverso de una moneda. Por una parte, la
alegría de los sentidos triunfales y por otra, la preocupación por las incidencias del vivir
diario con alusiones a seres queridos que son provincias de su corazón, tal vez con más
presencia que los ocios impresionistas de la mirada vagabunda por la superficie de las cosas,
tan frecuente en la contemplación del poeta; por eso advierte su prologuista que “la mayoría
de estos versos hablan del amor y del desencuentro, del erotismo y de la búsqueda de la
sensualidad a través de los sentidos, pero no dejan de lado temas sociales o descripciones de
escenarios cotidianos”.
Después del último poema dedicado a su hija Laura como un aliento inacabado, un capítulo de
agradecimientos cierra este libro que la Editorial Fanes ha tenido a bien publicar con una
presencia de gran atractivo por su formato y portada.