
Precedido
de dos dedicatorias y dos citas, Tatoo, nuevo poemario de Dolors Alberola (Sueca –Valencia-,
1952), aparece, como en el libro anterior que comentamos en esta sección Mujer en pepitoria
con huevo duro, tal un muestrario de elementos concernientes al tatuaje, pero lejos de su
significación real; es decir, en sentido más o menos traslaticio: “Se han de limpiar a fondo
todas las impurezas, / los recuerdos dolientes, los nombres que no fueron / sino tristeza o
sombra. Y hemos de abrillantar / el interior profundo del yo mismo, / con un cepillo grueso que
asegure / la higiene más perfecta. / Siempre cepillo en mano, sin pereza, con ritmo, / mientras
sueña y deliras una canción de amor / bajo el sonido agreste de unos besos callados”. Este poema
titulado “Cepillo para el tubo” nos da una idea de la capacidad que tiene la poeta Dolors
Alberola para metaforizar determinados comportamientos sociales ante el amor -pienso yo.
Compuesto el libro en varias partes, todas ellas van desglosando unas series de instrucciones
para la labor del tatuaje; ahora bien, no todas ellas se quedan en la labor práctica que
incide en lo superficial sino que la autora ahonda en los subterráneos del sentimiento para
que el sentido lineal del libro coincida con una experiencia humana de totalidad: "Quizás si
no existiera la palabra jamás / brotaría en mi piel el deseo de siempre. / En qué lugar
creíste / dibujarme tu rostro sin agujas. / La vida es como un láser generando pulsos que nos
destruyen a su antojo”. (Poema: “Una aseveración”.)
Nos parece maravillosa la potencia metafórica de la autora levantina y su lectura es siempre
recomendada por esa habilidad de la trasposición que hace de lo real a lo poético como en el
poema “Punta”: “No somos de metal pero llevamos puntas donde entrar las agujas. Justo en ese
lugar donde acaban los sueños está lo que parece nuestro y solamente sirve para hacernos
felices, si logramos armar con el dolor hermosos castillos, fuegos fatuos, arcoíris, altivos
animales, recuerdos si hacemos de la púa un buen aprendizaje; si no nos infectamos las heridas
y el color no nos ciega de repente”.
Y es que la autora hace un paralelismo entre los instrumentos del tatuaje y una densa vida
interior que se expresa por medio de elementos y situaciones análogas por medio del tropo que
hemos mencionado y que ella maneja con gran acierto.
Buena edición de la Editorial Dalya tanto por el contenido como por la presencia física del
libro.