• Alfonso Estudillo
    La Voz de Arena y Cal

    Cataluña de ahora y de siempre

    por Alfonso Estudillo


Ateniéndome a que a los sucesos de Cataluña aún les queda un rato largo (aunque ya esté aplicado el Art. 155, destituido el actual gobierno y convocada elecciones para el 21 de diciembre), me quería permitir en este artículo hacer una reflexión sobre las circunstancias generales que inciden en el origen del proceso; qué lo motiva; quiénes lo planifican, dirigen, inician y mantienen y, dada su enorme importancia a nivel político, económico y social, quiénes asumen las tan graves como trascendentales consecuencias y quiénes pagarán el pato de las tan -sin ninguna duda- temerarias e irreflexivas acciones.

Lógicamente, y dado que prensa, radio y TV nos tienen saturados del tema, podemos decir que sobra información para sacar conclusiones objetivas que nos permita responder a todas y cada una de las cuestiones planteadas y, en consecuencia, dejar meridianamente claro todo este asunto de la rebelión de los mandamases catalanes.

Pero... que si quieres arroz, Catalina. El caso es tan absurdo, irracional, descabellado e incoherente que ni la desmesurada información que nos ofrecen cada día todos los medios convencionales ni las más que súper abundantes noticias, editoriales y opinión que encontramos en prensa y medios digitales nos aclara la primera y más importante de las cuestiones, lo de cuáles son los motivos que inducen a los dirigentes catalanes a pretender la total independencia de España. Naturalmente, si no tenemos una causa objetiva y perfectamente clarificante de esta primera premisa, nos quedamos sin base sobre la que reflexionar de todas las demás.

Lo único que se puede deducir -después de miles de páginas leídas- es que Cataluña -el pueblo catalán en general y ricoshombres, señores y mandamases en particular-, acompañando a sus reconocidas virtudes y valores humanos, es un país especialmente rebelde, refractario a servilismos, inconformista, insumiso, difícil de someter, libertarios tozudos, siempre metidos en líos y rivalidades... Porque las revueltas y rebeliones -como la actual- ya vienen de siglos pasados. Ya desde su nacimiento en el siglo IX, el que se considera artífice de la independencia de los condados catalanes del imperio Carolingio, el mítico Wifredo el Velloso (escribí de ello en el número de mayo), aunque la consiguió y la mantuvo, tuvo que esforzarse en resolver muchas vicisitudes políticas contra los francos y en defender sus dominios de los ataques de los musulmanes de al Ándalus, dominadores de casi toda la península. Pero vamos a poner algunos ejemplos más clarificadores.

En 1275, algunos nobles catalanes, entre los que se encontraban Ramon Folc V de Cardona, Jofre III de Rocabertí y su hijo Dalmau, Arnau Roger I de Pallars Sobirá y Hugo V de Ampurias, apoyados por nobles aragoneses, como Artal de Luna, Ferriz de Liñana, Pedro Cornel y Ximeno de Urrea, se alzaron en rebeldía con la intención de obtener dinero, tierras y privilegios y evitar ir a la guerra a favor de la Corona de Castilla. El capitoste del alzamiento fue Fernán Sánchez de Castro -hijo ilegítimo de Jaime I el Conquistador-, que fue derrotado, atrapado y mandado ahogar en el río.

En marzo de 1285 estalló una revuelta popular en demanda de una distribución del poder municipal encabezada por Berenguer Oller, un menestral barcelonés que, en el contexto de la Cruzada contra la Corona de Aragón -un tiempo de guerra en que se aumentaron los impuestos, al tiempo que unas malas cosechas llevaron el hambre a las clases más desfavorecidas- se alzó contra las clases dirigentes: nobles, eclesiásticos y prohombres burgueses. Sin embargo, la entrada en la ciudad del rey Pedro III el Grande con una escolta armada sofocó la rebelión. Oller y otros siete rebeldes fueron apresados y ahorcados en la montaña de Montjuïc.

En 1353 fueron las revueltas de los Payeses (remences), conflicto entre los campesinos dependientes catalanes en contra de la servidumbre feudal que los adscribía a la tierra que ocupaban. En el caso de que deseasen abandonarla debían pagar una cuota elevadísima a su señor feudal. Payeses de Remença eran, pues, aquellos campesinos vinculados que, entre la mitad del siglo XIV y finales del XV (Guerra civil catalana o Guerra de los remensas), hicieron suyo el lema "el tiempo de la servidumbre ya ha pasado", rebelándose contra sus señores feudales y contra los Malos Usos.

En 1640-1652 la Guerra dels Segadors -o Sublevación de Cataluña- recogía los abusos de los soldados del ejército real en las villas catalanas, lucha de pobres contra ricos y de vasallos contra señores. El hecho más trascendente fue el asesinato del conde de Santa Coloma, noble catalán y virrey de Cataluña en el llamado Corpus de Sangre. Los gobernantes catalanes se aliaron con Francia, y oligarcas e insurrectos se encontraron con dos enemigos, España y Francia, hasta que acabaron los hechos con la firma del Tratado de los Pirineos en 1659.

La revuelta de los Barretines se produjo en el Principado de Cataluña entre 1687 y 1689 y fue originada por un malestar social vinculado a una crisis agraria y a un entendido abuso de poder contra la población campesina. Su agravamiento en 1688, los enfrentamientos con el ejército y su coincidencia con la Guerra de los nueve años, acabaría convirtiendo a Cataluña en frente militar entre Francia y España, por lo que las reivindicaciones populares pasaron a un segundo plano. La prioridad a partir de ahí pasó a ser la defensa frente a las tropas francesas, que acabarían, no obstante, bombardeando Barcelona en 1697. Algunos de los cabecillas de la revuelta fueron asesinados (Antoni Soler), otros recibieron el indulto, alguno fue desterrado y otros (Torres, Rocafort y Rocabruna) emprendieron el camino del exilio, poniéndose al servicio del rey de Francia.

(Anarquismo es el nombre dado a toda filosofía política o social que llame a la oposición y la abolición del Estado entendido como monopolio de la fuerza, y por extensión, al rechazo de todo gobierno político o autoridad social impuestos sobre el individuo. No existe acuerdo académico en cuanto a una exacta taxonomía de las corrientes anarquistas. Por ello -y aunque no es el caso de la Cataluña actual-, como en su grado más extremo -con altas tasas de violencia y atentados-  se ha dado siempre en todo tiempo y lugar, cito algunos casos dados en esta tierra en el s. XIX).

Los motines anticlericales de 1835 (bullangues) fueron unas revueltas contra las órdenes religiosas en Aragón y, sobre todo, en Cataluña, dentro del contexto de las sublevaciones de la Revolución liberal española que pretendían poner fin al régimen del Estatuto Real, implantado en 1834 por la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y dar paso a una monarquía constitucional con el restablecimiento de la Constitución de 1812. Fueron quemados numerosos conventos, monasterios, casetas de consumos y algunas fábricas, resultando muertos setenta miembros del clero y ocho sacerdotes. El gobernador militar de Barcelona, el general Bassa, fue asesinado por los amotinados, sin que la milicia urbana ni la tropa hicieran nada por defenderlo. Luego su cadáver fue arrojado desde un balcón, arrastrado por las calles y quemado. También fue destruida la estatua de Fernando VII. Estos hechos contribuyeron al establecimiento de la llamada Desamortización de Mendizábal.

En septiembre de 1893 hubo un intento de asesinato del general Martínez Campos, capitán general de Cataluña, que no consiguió sus objetivos. El anarquista Paulino Pallás Latorre lanzó dos bombas contra el general, que solo sufrió heridas leves, aunque hubo un muerto y muchos heridos. Otro acto anarquista, el mismo año, fue la bomba del Liceo, un atentado en el que se lanzaron dos artefactos explosivos sobre el patio de butacas del Gran Teatro del Liceo de Barcelona y en el que murieron veinte personas.

Los inicios del siglo XX fueron de continuadas luchas sociales: Desde la Semana Trágica de Barcelona (1909) en la que, por el decreto del gobierno de Antonio Maura de enviar a las posesiones españolas en Marruecos a reservistas de los cupos de 1903 a 1907 -padres de familia de las clases obreras-, dio comienzo una escalada de gran violencia  en la que se cortaron las líneas telegráficas y telefónicas, las vías de ferrocarril, se incendiaron edificios religiosos y se produjeron todo tipo de disturbios. En su continuidad también se atacaron propiedades eclesiásticas, especialmente iglesias, conventos, colegios,  patronatos de las órdenes religiosas y algún ayuntamiento. Los disturbios de la ciudad de Barcelona causaron un total de 78 muertos (75 civiles y 3 militares); medio millar de heridos y 112 edificios incendiados. Tuvo importantes repercusiones internacionales.

En los años siguientes tuvieron lugar numerosos hitos huelguísticos y revolucionarios llevados a cabo por catalanistas, republicanos, izquierdistas, sindicalistas y otras corporaciones catalanas. Pero los más conocidos fueron los de 1931. protagonizado por Lluís Companys, dirigente de ERC -que, el 14 de abril, desde un balcón del Ayuntamiento de Barcelona, proclamó la República-, y el de Francesc Macià, presidente de ERC -que, una hora más tarde y tras destituir a Companys por no cumplir sus instrucciones, desde el mismo balcón, proclamó la República Catalana y L'Estat Català, que se integraría en la Federación de Repúblicas Ibéricas (si bien, tres días después renunciaría a la misma tras llegar a un acuerdo con el Gobierno Provisional).

Francesc Macià i Llussà fue un político y militar español de ideología republicana e independentista, teniente coronel del Ejército de Tierra, presidente de la Generalidad de Cataluña y uno de los fundadores de Estat Català y Esquerra Republicana de Catalunya. Murió el 25 de diciembre 1933.

Lluís Companys (líder de Esquerra Republicana de Catalunya tras la muerte de Macià), fue ministro de Marina de España en 1933 y presidente de la Generalidad de Cataluña desde 1934 hasta 1940. Su mayor protagonismo la consiguió la tarde del 6 de octubre de 1934, cuando, como Presidente de la Generalidad, apareció en el balcón del Palacio acompañado de sus consejeros y proclamó la República Catalana. Después de innumerables disturbios, el capitán general de Cataluña y general en jefe de la IV División Orgánica, con sede en Barcelona, el general Domingo Batet -siguiendo órdenes de Lerroux-, proclamó el estado de guerra. En la rebelión -fracasada- murieron cuarenta y seis personas: treinta y ocho civiles y ocho militares. Más de tres mil personas fueron encarceladas, la mayoría -y entre ellas Companys- en el vapor "Uruguay" y puestas bajo la jurisdicción de los consejos de guerra. Companys y sus consejeros fueron juzgados por rebelión, pasando éste al penal de El Puerto de Santa María (Cádiz) y otros a la cárcel de Cartagena. Con Azaña en el Gobierno de la República, fue amnistiado en 1936. Durante toda la guerra, iniciada el 18 de julio de 1936 por Franco, encabezó el Gobierno de Cataluña a pesar de muchos enfrentamientos con el Gobierno republicano de Juan Negrín. El 29 de enero de 1939, viendo que la caída de Barcelona era inminente, partió al exilio. El 13 de agosto de 1940 fue capturado en Francia por la Gestapo, a petición de la policía franquista, y trasladado a España, donde fue torturado, sometido a un consejo de guerra y finalmente fusilado en el castillo de Montjuic.

¿Y del siglo XXI?

Bueno... La Generalidad de Cataluña (instaurada en tiempos de Jaime I el Conquistador -s. XIII- como Cortes Catalanas), fue disuelta y restaurada en muchas ocasiones. Modernamente, reinstaurada en 1931 por Macià y Companys, duró hasta 1934. Vuelve de nuevo en 1936 hasta 1939, suspendida tras el triunfo del bando encabezado por el general Franco (si bien, en el exilio, la ocupó Josep Irla desde 1940 hasta 1954). Tras la muerte de Franco, se restableció en 1977, siendo Josep Tarradellas el primer Presidente -quien también lo fue en el exilio (1954-1977)-. Volvió a Barcelona en 1977 y la ocupó hasta 1980. Tras esta fecha -y ya en el siglo XXI- la ocuparían Jordi Pujol (1980-2003), Pasqual Maragall (2003-2006), José Montilla (2006-2010), Artur Mas (2010-2016), Carles Puigdemont (2016-?)... ¿Les suenan? Pues, para qué hablar... Los tienen en las noticias.

Sí, serían muchas más las notas que se podrían añadir a esta breve síntesis sobre acciones libertarias llevadas a cabo por ciudadanos de esta Cataluña de ahora y de siempre. Pero creo que con este breve esbozo tienen para hacerse una idea de esta singularidad que se da en el carácter de los habitantes, nativos y foráneos, de esta bendita tierra. Ahora tendría que escribir otro artículo -que sería de muchas más páginas- enumerando las virtudes y bondades de todas las buenas gentes -nativos y foráneos- que también la habitan. Son los que la construyeron. Son los más. Los mismos que, a partir de ahora, desde la Ley y el orden, la tornarán a ser la Cataluña acogedora, abierta y emprendedora que, española, europea y del mundo, nos llena a todos de orgullo.


Ver Curriculum
Curriculum





volver      |      arriba

Pulse la tecla F11 para ver a pantalla completa

contador

BIOGRAFÍAS    |    CULTURALIA    |    CITAS CÉLEBRES    |    plumas selectas


Islabahia.com
Enviar E-mail  |  Aviso legal  |  Privacidad  | Condiciones del servicio