ESCRITORES GADITANOS QUE CONOCÍ (y 3)
Leonardo Rosa Hita (1932-1993)
Conocí a Leonardo Rosa la misma tarde que conociera a Ignacio Rivera, buen amigo suyo, en el
casino de doña Nuncia de San Fernando. Seguí su trayectoria poética por publicaciones que me
enviaba Ignacio en las que él colaboraba a menudo, además de la edición de su cuaderno de
poemas Jardines de la sangre.
Diego Sánchez del Real (1932-2014)
Conocí a Diego Sánchez del Real en la década de los ochenta, en un acto del Ateneo gaditano,
del que era miembro activo. Diego era jiennense, fundador en su tierra natal de la revista “El
Olivo”, también colección de libros, así como creó la revista de poesía "Vientos". Al poco de
conocernos, me envió La noche encendida, un poemario al que dediqué más adelante una reseña en
Arena y Cal.
Antonio Rodríguez Lorca (1940-2010)
Conocí a Antonio Rodríguez Lorca en la playa de la Victoria, una tarde que Manuel Pérez Casaux
y yo coincidimos en una de las visitas al mar gaditano. Era granadino pero afincado, por su
destino militar, en Cádiz, donde falleció. Manuel y él se conocían, y este conocimiento fue el
motivo de que se parase con nosotros y conversáramos unos minutos aquella tarde de verano,
posiblemente del año 94 ó 95. Nos invitó a publicar en la revista literaria “Tántalo”, que él
dirigía, y en la que me editó poemas en varias ocasiones.
Rafael de Cózar Sievert (1951-2014)
Conocí, antes que a él, a su madre, Concha Sievert, que frecuentaba las Tertulias de Educación
y Descanso (1966-1974 ó 75). Recuerdo que era pintora y lo mismo que yo y otros tantos
invitadas e invitados formábamos ese grupo de fieles concurrentes a esas Tertulias que Pepe
Segura dirigía en Cádiz.
Conchita me habló un día de su hijo Rafael, que residía en Sevilla, donde estudiaba. Supe
después que Rafael estaba vinculado a la revista poética "Marejada", órgano literario del
Grupo del mismo nombre (1971), que conducía en Cádiz Jesús Fernández Palacios junto con José
Ramón Ripoll y posiblemente otros que no llegué a conocer.
Una tarde llegué, por fin, a conocerlo en la presentación de un libro en la Diputación de
Cádiz. Entablamos una breve pero simpática conversación después de que yo le dijera que lo
conocía por referencia de su madre, Concha Sievert, en una las Tertulias de Educación y
Descanso en las que coincidíamos.
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