Parte IV: Contenidos del Jardín de las Delicias.
Me sorprende ver a Adán y Eva, en el principio de La Creación, en un lugar que no es del todo
un tesoro. Pues observo en el suelo frente a ellos figuras deformes y extrañas. Y en
continuidad a la representación de la pareja, rostros asustados, miedos, personas que
pareciera que quieren correr a esconderse del caos y de la muerte, pero después de pecar y
pasárselo muy bien.
En su mayoría, las figuras son de piel clara y del mismo tono, las mujeres tienen el pelo
largo, rubio y rizado y no se sorprenden entre ellas por su desnudez. No hay demasiadas
posturas obscenas tampoco. Pero hay besos. Amorosos ellos. Dignos de una foto en blanco y
negro.
Si paseara por el jardín, creo que me iba a quedar entre los animalitos, porque es de lo más
noble que observo frente a mí. Ellos sí que se salvarán.
Seamos claros, realmente y considerando todo, yo no merezco estar sufriendo en ese sitio al
que fui invitada, prefiero estar en cualquier lugar parisino con pavos reales hermosos y
cuidados al extremo, en verdaderos espacios terrenales, que son esos jardines franceses.
La luz es clara, el cielo es tenue y agrada, hay esperanza para la gente con fe. Dios nos ha
creado para la vida eterna y va haber oportunidades de tenerla y cuanto antes y cuanto menos
mal hagamos, mejor.
A mi parecer, hay unas especies de fuentes muy especiales en ese espacio delicioso, a pesar de
todo, fuentes deformes que parecieran pulpos con brazos que quieren cogerte, sin duda es una
de las innovaciones del autor, algo producto de una noche de borrachera o una fragancia
infantil, algo que llevaba dentro y que por fin pudo representar a sus anchas y para todos
nosotros.
Considero bueno el saberlo, para redactar en este momento.
A grandes rasgos, y desde la distancia, diría que ese tríptico representa una danza lenta, con
intercambios de parejas en el baile, con encuentros con los animales del entorno, con
exquisita blancura en la piel y con escasa fe, aunque el cielo sea azul y prometa el descanso.
Nada resulta indiferente a los ojos de un mortal en ese cuadro, me pregunto ¿por qué Adán y
Eva habrán pecado?, de no haberlo hecho, de seguro que las figuras tendrían alas de ángeles,
de las fuentes emanaría agua fresca, cristalina y purificadora. Agua redentora.
Creo que representa aquí el pecado, y cabe hablar de otra obra suya que también es sobre el
pecado. Se trata de: “Los Siete Pecados Capitales” (1480, Museo del Prado, Madrid). Uno de los
primeros trabajos de El Bosco que perteneció a Felipe II que lo tenía en su habitación del
Monasterio de El Escorial. Se trata de una tabla rectangular con 5 tondos, el central más
grande tiene en el centro la imagen de Cristo Resucitado, a su alrededor se representan los 7
pecados capitales en forma de orla. El conjunto nos está diciendo que Dios todo lo ve: la ira
en la que un hombre agrede a una mujer a los pies de la imagen de Cristo; a su derecha la
vanidad en forma de una mujer que se mira al espejo; a su derecha la lujuria representada por
dos amantes que escuchan música en una tienda entretenidos por un bufón; le sigue la pereza en
la que una mujer preparada para ir a la Iglesia trata de despertar a un hombre que duerme
profundamente; la gula representada por un hombre que come ávidamente; la avaricia muestra a
un juez que se deja sobornar. Los tondos laterales muestran a la derecha el Juicio Final y el
Cielo y a la izquierda la hora de la muerte y el infierno.
En El Jardín de las Delicias no es grato observar el miedo aterrorizador de algunos rostros ni
los malos espíritus que viven deseando entrar en los cuerpos desesperados y atormentados. Yo
observo rostros que ocultan más que muestran, que mienten y escapan de nuestro análisis.
Dios los ha dejado solos y no saben que direcciones tomar, se reúnen en grupos y estudian las
situaciones, quieren que las cosas recuperen sus formas, pero no pueden conseguirlo, se ha
avanzado demasiado en el camino del mal y de las perdiciones y el castigo es vivir y ver unos
rincones de pánico, algo olvidado por Dios y muy recordado por el diablo.
Bendiciones pido para ellos, para que se pierdan del todo esos delicados deseos, hijos de los
vicios y de la desobediencia, de la melancolía, la sombra, de las torturas y la perdida de
sentido.
No sé si saldrán de lo verde algún día ni si sus edades se paralizaron sobre los veinte
veranos, que parecieran tener la mayoría, pero a pesar de todo sé que están algo tranquilos
por ese cielo azul que les vigila, y que por el momento, no se ha vuelto gris ni se ha
cubierto de nubes negras.
Por otro lado, veo el agua como un elemento que nos une, nos abraza y ama.
El agua es fuente de vida y unirse es bueno. Todos recurrimos al agua como instrumento
salvador, por eso convivimos en una misma idea. En un mismo medio y amando unos las bondades
del otro. Todos merecemos vivir porque existe el agua y nos rescata, porque vive para darnos
vida. Porque nos hemos ganado vivir y conjuntamente ser felices.
El agua es salud y vida y los humanos la desean.
El agua es sabiduría que refresca los cerebros.
El agua no es cementerio, es Gloria y Eternidad.
Tiene que ser buena el agua.
Nuestra meta es ver la luz y por ello el agua nos ayuda a tener salud y estar dados de la mano
para no caminar en soledad, estaremos bien sobre nuestro planeta Tierra a la par que contamos
con esa maravillosa amiga. Todo mientras nuestro camino no sea otro.
Creo que van a sobrevivir, van a encontrar un camino en sus vidas, van a dejar sus
deformidades, los que las tengan y van a poder cantar que son libres, alegres y dichosos. Que
aman la fauna y los designios de Dios, que se aman entre ellos, que van a triunfar dando a
conocer su lugar a todo el mundo, para que toditos los alaben en detalle y deseemos o no,
formemos parte de el para que sepamos lo que es.
Yo, particularmente, me abstengo. Pero muy peculiarmente te invito a recorrer los rincones que
nos muestra El Bosco y me cuentes tu experiencia, las direcciones que toma tu aliento, la ropa
que deseas ponerte el miércoles siguiente, si te hacen sus figuras cantar o bailar, meditar o
fracasar, estudiar o llorar, marcharte o desnudarte, enamorarte o desvincularte, desmayarte o
si te mueve a pintar.
Sin duda esta obra tiene mucho que ver en la representación de los perfiles con:
“El Mago” (Musée Municipal, Saint-Germain-en-Laye), no es el original, que se perdió, sino una
copia fiel de éste. Un mago embauca a un grupo de personas mientras su cómplice roba a un
anciano sin que éste se dé cuenta. Solo un joven entre el público parece notarlo. Al igual que
en El Jardín de las Delicias El Bosco utiliza los perfiles para mostrar el carácter de las
personas, en este caso la afilada nariz del mago nos indica su carácter inmoral.
No obstante las figuras del Jardín, no tienen narices tan desproporcionadas.
El círculo también juega un papel importante, hay figuras dispuestas en círculos.
(Continuará…)
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