Premio Dalya para obras de Teatro Juvenil
No es habitual reseñar en esta sección una obra teatral. La única que se ha reseñado aquí fue
la obra de Manuel Pérez Casaux En Castilla mandamos nosotros, Premio Buero Vallejo 1985. Ahora
tenemos ante nuestros ojos otra obra también premiada: La mochila, de Cat Maday (MariPino
García Cabrera, natural de Gran Canaria es escritora, compositora y profesora de música), obra
en dos actos. Pero hemos de subrayar bien que La mochila es el primer PREMIO INTERNACIONAL
PARA OBRA DE TEATRO JUVENIL, convocado por al Editorial DALYA. Su dotación para la obra
ganadora es de 3000 euros y representación pública.
El premio se concede a obras dirigidas al público juvenil. La obra se ha representado en
Canarias (Centro Cultural de Santa Brígida, en Gran Canaria) este Viernes 7 de julio a las
20.00 horas por la compañía D’hoy Teatro, con una adaptación y puesta en escena realizada por
Tito Alemán y con la participación de los actores Iván Álamo, Yesenia Quintana, Dara Jorge y
Ragüel Santa Ana.
En esta obra se cumple el propósito de la Editorial de cómo se realiza una visión positiva
sobre la amistad de los jóvenes a lo largo de sus relaciones cotidianas. En una época de
individualismo como la nuestra en la que los valores primordiales se centran en el éxito y el
dinero, hemos de felicitarnos porque hay una entidad literaria que se preocupa de que la
relación de los jóvenes tenga unos cauces humanos en los que se analiza con juicios
racionalmente equilibrados una posición moral ante el dinero, unas reflexiones sobre la forma
de vida que les proponen los adultos, así como por la riqueza de resortes emocionales y de un
humanismo que fundamenta un nuevo estilo de pensar y actuar frente a las dificultades que
plantea la vida moderna.
En cuanto al cuerpo de la obra, hemos de tener en cuenta el anuncio de los cuatro
intervinientes: Alex, Laura, Hugo y Vanessa, así como las tres voces en off (persona mayor,
persona adulta y locutor).
También, mediante unas notas, se anuncian unas variantes en las que se motivan a los
participantes a introducir unas modificaciones en orden al espíritu de la creatividad sobre el
tema dado, se invita a que el público participe, así como una adaptación de medios
audiovisuales. En suma, un teatro muy alejado del teatro convencional a que hemos estado
acostumbrados.
A través de su contenido la autora crea situaciones entre los jóvenes con una sutil estrategia
para canalizar comportamientos muy propios de la juventud pero incardinados en unos valores
humanos que si no se aprenden en esos años de adolescencia, difícilmente permanecen en la
madurez.
Así pues, el espíritu de la camaradería está presente en toda la obra y dentro de esa actitud
los cuatro jóvenes, alumnos del último curso de bachillerato, se ven en unas circunstancias
que ponen a prueba la amistad entre los dos sexos (Laura y Alex, con la consideración de ella
hacia la orfandad de él) y, sobre todo, el hallazgo de la mochila con dinero (que resulta ser
falso), donde el sentimiento de la honradez surge, a pesar de las oscilaciones que la autora
de la obra mantiene a modo de “suspense” en la vacilación de los jóvenes, que eluden las
posibilidades ofertadas potenciales por ese dinero y se desarrolla con un pulso admirable, en
concreto cuando Vanessa razona cómo la posesión del dinero les daría una sensación decisiva
con el paso de adolescentes a adultos. También hemos de destacar cómo Laura hace ponderaciones
de cierta madurez cuando Hugo le dice que Alex la quiere, más allá de la amistad. Podemos
rastrear una ética bien configurada en las actitudes de los jóvenes en un ir haciéndose poco a
poco gracias al pulso de la autora de la obra.
Se puede decir que La mochila fomenta la responsabilidad como situación dramática y la amistad
en un ambiente de circunstancias comunes de encuentro y relación entre los jóvenes.
Es un acierto esta convocatoria teatral, así como la publicación de dicha obra que ha de tener
resonancia en el público abierto a novedades en la representación, ya que también son dignos
de valoración sus recursos novedosos de implicación de los espectadores.
La editorial Dalya abre una vía literaria, además de las ya abiertas y conocidas por el
público, con esta obra de teatro, premiada y representada, en una edición impresa
satisfactoria como es habitual por parte de esta editorial ubicada en el sur de España,
concretamente en San Fernando (Cádiz).