• Peregrina Flor
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    La obra del Bosco (5)

    por Peregrina Flor


Parte V: El círculo. Arma de comunicación.

Según El Blog Alternativo de Internet Online: “Dios es un Círculo que tiene su centro en todas partes, y cuya circunferencia no está en ninguna”. Hermes Trismegisto.

Un Círculo se cierra sobre sí mismo, y por ello representa la unidad, lo absoluto, la perfección. Es símbolo del cielo en relación a la tierra, de lo espiritual en relación a lo material. Por ello se le relaciona con la “protección” y, así, tenemos los círculos mágicos, los anillos de poder, las coronas reales o los cinturones que nos hacen invisibles.

Este significado me hace pensar en la esperanza en el cambio y la evasión de un final infernal para los hombres del Jardín de las Delicias, pues Dios está entre ellos para llamarlos hacia el bien.
Según este mismo Blog, he aquí unos significados del círculo que convierten esta obra en promesa de cambio:

Su imagen proviene del disco solar. El Sol, Creador de la Luz y Señor del Fuego de la Vida, es el elemento crucial para la existencia de vida en la tierra.

Por ello, por encima de todo el cosmos simbólico, se erige el Símbolo del Círculo -la Rueda de la Vida para el Budismo- que hace girar a la naturaleza entera, con sus ciclos, sus ritmos y su movimiento eterno. Es, por tanto, la totalidad, la integridad y la realización.

De esta manera, para simbolizar un círculo que protege a algo o a alguien, dibujamos este mismo círculo con un punto en su centro, el cual representa la individualidad, el ser, el alma. La redondez es sagrada por ser la forma más natural. Es la forma que contiene a las demás formas.

Actualmente la física reconoce este hecho, y ha sido capaz de dar explicación de porqué los planetas o los soles son esféricos y no son cúbicos –cuadrados-. Lo mismo sucede con nuestras células, nuestros átomos o nuestros electrones.

El Círculo representa el poder masculino en su lectura subjetiva, la chispa de la vida, pero en su lectura más objetiva representa el poder de lo femenino, receptivo, la matriz de la Creación. Por ello es la divinidad manifestada, cuya creación se regula y se ordena, el Alfa y el Omega del Cristianismo.

Coincide asimismo con la naturaleza hombre-mujer del ser humano, en la que arquetípicamente el hombre ha representado la protección –padre-, el portador de la corona –rey-, la chispa de la vida -simiente- y la mujer representa el acogimiento y el hogar –madre-, la receptividad, matriz o base –útero y óvulo-, y en la que mejor se representa el círculo por sus redondeces físicas, siendo en sí misma un reflejo de La Tierra -que nos acoge a nosotros como una Gran Madre. Y yo, no puedo despedirme sin antes hacerme esta pregunta: -¿Encontramos amor en la obra del Bosco?

A continuación y para intentar dar respuesta, voy a hablar de diferentes conceptos y descripciones que escuché sobre este autor holandés, inolvidable él. Hablaré como si fuesen todos míos, porque los comparto, y las fuentes están en la vida misma y en saber escuchar a los que hablan de arte.

Puede que el Bosco llevara una vida bohemia o estuviera desvinculado de la verdadera religión y en relación con una secta, pero de lo que casi no me cabe duda es que no sabía lo que era el amor y le costaba la fidelidad, la relación con una sola pareja, la entrega católica y el amor sagrado.

Estoy segura que al igual que yo, El Bosco pensaba: El arte es un sentir que se comunica por medio de lo que se expresa sobre el lienzo o cualquier soporte. Lo que se expresa tiene una parte tangible y otra desdibujada, que solamente podrá completar el espectador. Será una vivencia única e intransferible.

Obras de arte que representan tantas cosas del mundo: la locura o cordura del artista, su familia y pensamientos vivos o muertos, frustraciones y lamentos, deseos ocultos, secretos, palabras jamás pronunciadas en público, caídas al abismo, lágrimas, risas, sonrisas, pedazos de cielo e infierno, situaciones diversas, fugas, fracasos y logros, acuerdos y recuerdos, caos y éxito, lo que le rodea y lo que le marca a fuego lento o con la voracidad de una centella o maldad de un tsunami.

Todo esto va cobrando forma con el pincel, la foto, la forma dada a la escultura en piedra de las tierras de tu aldea. El artista se busca la vida deseando que su obra sea entendida y querida, puesta en los libros de arte e incluso estudiada. Las formas son diversas, vale todo, pero en el orden o desorden deseado y para comunicar lo que sale de los más recónditos escondites de su alma negra, blanca o colorada.

Es algo que realizas de forma libre y que te ofrece libertad, y aunque tengo la certeza de que los estudios son muy necesarios, sé también que el creador siempre se dejará llevar en su trabajo por su interior, sus vivencias, su forma de crear y dar formas. Picasso y los artistas cinetistas, innovadores y abstractos son ejemplos de lo que os cuento.

Arte es la bendición de nuestros días ante la crisis política y social tan mundialmente globalizada, el descanso de las guerras y de las ignorancias. Hay que ver mucho arte y sentirlo con talento y entrega incondicional. Es bueno ponerse del lado del creador pictórico o fotográfico y deducir lo que nos quiere decir con sus trazos y formas. Intentar pues, entenderlas a fondo, desde su raíz, y mismamente crear nuevas e interesantes historias que nos sugieran sus figuras o elementos, sean cuerdos o descabellados, figurativos o no, te rompan o no la cabeza de un machetazo o te besen en la mejilla sin amor. Te gusten o no.

Mi opinión sobre el círculo se podría en parte expresar en este texto, que compara a las figuras humanas con formas circulares y redondeadas:

...Ser hija solar, es creer en Dios, me lo dijo un astrólogo italiano cuando tenía catorce años. Era un hombre encantador que leía en varios idiomas sin hablar ninguno de ellos. Iba a las sesiones de fisioterapia con mi madre y se hicieron buenos amigos.

Fue él el que me dijera que una tía mía tenía influencias negativas sobre mí, que debía separarme de ella. Casualmente esta tía fue la “oveja negra” de la familia pues siempre escapó magistralmente de las obligaciones familiares, como cuidar a los enfermos o dar dinero a la casa para comprar la comida y la ropa. Jamás tuvo demasiado dinero la hermanita de mi madre, pero aunque tuviera, jamás lo daría a los hermanos y padres, porque para ella la única familia verdadera era su hijita y sus nietos. No sus sobrinos, progenitores o hermanos de sangre.

Las nubes familiares están en todas partes, la niebla no nos deja ver las montañas, pero también existen las buenas palabras y el perdón, a pesar de todo, porque llevamos la misma sangre y tengo sus fotos de niñez y juventud en casa, sé de todas sus travesuras, sus típicas frases, sus tristes momentos y sus necesidades. No la perdonaré del todo, pero no le guardo rencor.

La gente es como una gran bola con la que hay que hacer ejercicios, hablar, dejar de hablar, ayudar sin recibir ayuda, lanzarla al aire y dejarla rebotar, mandarla lejos, dejar que regrese rodando y darle una patada o sentarse sobre ella y acariciarla como a un gato.

Esas bolas muchas veces vienen juntas y no te defiendes de ellas, otras llegan poco a poco, gota a gota. Algunas son agradables, pero siempre acaban cayendo sobre tu cabeza en algún momento y lastimándote levemente. Eso, aunque sean bolas amigas, aunque las conozcas desde que naciste y no esperes ciertas conductas de ellas. Y todo porque sencillamente una bola por su forma no puede quedarse quieta en un sitio sin que el viento no pueda llegar a moverla o sin que un simple empujón la lleve a la otra esquina de la sala en la que te encuentras.

La mente humana es muy compleja y no tiene bases sólidas, es circular y siempre está rodando. Vienen como ideas, lo bueno, lo malo, el interés y el desinterés, el deseo de ayudar y de ser ayudado, los caprichos, malos deseos, idiosincrasias, altanerías, complejos. Todo se llega a sentir y sencillamente concluyo que el único amor verdadero que puede que exista es el de tu madre y tu padre, aunque también sean bolas y rueden y rueden, ellos jamás te perturbarán la existencia de forma cruel o lastimándote, y si pueden, mismo te sacarán de todos los apuros en que te metas sin pedirte nada a cambio.

Con ellos daría gusto hacer ejercicios y sudar para quemar toda esta grasa que los sinsabores de la vida impiden que eliminemos de forma fácil, que nos originan retenciones de líquidos.

Finalmente, a pesar de saber todas estas tonterías en las que siempre pensé y ahora comunico, debo decir, que aún no domino bien el ejercicio comedido, detallado, acertado con todas las bolas que me han ido llegando año tras año y sin piedad en lo que llevo de vida, de forma que estas formas mágicas han hecho más ejercicio conmigo del que yo pude hacer con ellas. Y remato por decir, que he terminado haciendo muchas veces el pino, a su salud, rompiéndome casi los brazos al recuperar la postura erguida.
Ya quisiera yo deshacerme de todas las formas circulares del planeta para que no me golpeasen aunque dejara de hacer ejercicio y tuviera que comer menos para mantenerme en la línea y con unas aceptables medidas corporales.

También hacen faltas otras formas geométricas en las formas de sentir y actuar. Quiero aún esperar algo positivo de esta corrupta y frágil sociedad. Bosco, a ti y a mí nos gusta el círculo.

(Continuará…)

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