• Edith Getzmi
    UNIVERSO DE LETRAS

    Dialogo entre Babieca y Rocinante

    por Edith Getzmi

Mini Drama: De la realidad y el ensueño, del hambre y la andadura
Del dialogo entre Babieca y Rocinante: Un atisbo a la condición caballeresca

A Scott Hendrickson, S.J.


En torno al diálogo entre Babieca y Rocinante que Cervantes escribiera al inicio de su magna obra, se han gastado ríos de tinta en una multiplicidad de opiniones en torno a la dialéctica ejercida entre las caballunas presencias. Desde los diferentes enfoques a partir de los conceptos animalísticos vertidos en los bestiarios clásico y medieval, la lógica menipea, hasta la consideración Nietzscheana en el post humanismo, sin dejar de lado por supuesto la multiplicidad de análisis filosóficos que de este diálogo ha emanado. Todo lo anterior, nos lleva a considerar si la dialéctica asumida por Babieca y Rocinante no será solamente una fina manera de cuestionar la condición humana a través del discurrir de tan insignes y afamadas monturas.

Basado en el Soneto en el que se desarrolla un diálogo entre el caballo de El Cid Campeador y la montura de Don Quijote con el cual se cierra el prólogo de la primera parte de El Quijote de la mancha.

Diálogo entre Babieca y Rocinante
Soneto

B. ¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?
R. Porque nunca se come, y se trabaja.
B. Pues, ¿qué es de la cebada y de la paja?
R. No me deja mi amo ni un bocado.

B. Andá, señor, que estáis muy mal criado,
Pues vuestra lengua de asno al amo ultraja.
R. Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado.

B. ¿Es necedad amar? R. No es gran prudencia.
B. Metafísico estáis. R. Es que no como.
B. Quejaos del escudero. R. No es bastante.

¿Cómo me he de quejar en mi dolencia,
Si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinante?


Mini Drama: De la realidad y el ensueño, del hambre y la andadura.
Materiales:
Se requieren cuatro estudiantes (llámense personas o cuatro pares de patas)
Sábanas blancas o de color claro suficientes para cubrir el cuerpo
Papel crepé para las crines
Un cordón de cortina amarillo o dorado
Un cinto viejo (cinturón)
Dos máscaras de caballo

Mini drama logrado en un solo acto
Aparecen en escena Babieca (cubierto de ser posible con una alba cobertura, llámese mantel, o sábana nueva y que mejor una cortina de fino broquel, aunque un poco usada). Lleva un cordón dorado al cuello y finas crines de papel crepé. Se mueve con fineza y gallardía.
Entre tanto, Rocinante en el extremo opuesto mueve las patas con frecuencia, la cruza y descruza, malparado y desganado. Cubierto con sábanas muy usadas de preferencias deslavadas y parchadas, con crines despeinadas y sin más rienda que un cuero viejo -llámese cinto o cinturón muy usado al cuello. Flaco y ojeroso con más hambre que casta en el rostro.
Se aproxima Babieca mientras que Rocinante finge desapercibimiento.

B. ¡Rocinante!, ¡Qué gran gusto en saludaros!
R. Ya ni gusto tengo yo, con esta perra vida de pelagatos.
B. ¡Pero qué cara, que figura tan demacrada!, cambia el talante, ¡Vamos! que al menos tenéis empleo.
R. ¿Empleo le llamáis a esto?, tomado a cabalgadura de orate, ¿cuándo no corneado, apaleado?
B. ¡Cabalgadura sos de noble empresa, tan valiosa como incomprendida, tan eterna como etérea!
R. Etérea es la paga como la cebada que masco entre mis escasos dientes, como incomprendida es tu enseñanza por el hambre de mis entrañas.
B. La docencia no se paga ni con la más noble alforja sino más bien con el aprecio del buen comedimiento, ¡come pues alumno mío, de la escasa paga a vuestro empeño!


Curriculum



volver      |      arriba

Pulse la tecla F11 para ver a pantalla completa

contador

BIOGRAFÍAS    |    CULTURALIA    |    CITAS CÉLEBRES    |    plumas selectas


Islabahia.com
Enviar E-mail  |  Aviso legal  |  Privacidad  | Condiciones del servicio