La Biblioteca de Rinkeby recibió la visita del Premio Nobel de Literatura.
Por vigésima sexta vez, el 12 de diciembre del año pasado, la Biblioteca de Rinkeby, situada a
11 kilómetros del centro de Estocolmo, recibió al Premio Nobel de Literatura. Kazuo Ishiguro
nacido en Nagasaki (Japón) en 1954, y residente en Inglaterra desde los 5 años, fue
galardonado con ese famoso Premio. Ishiguro llegó al lugar indicado alrededor de las 12:45
(hora sueca) acompañado de su mujer Lorna MacDougall y su hija Naomi Ishiguro. Apenas entraron
a la Biblioteca se escucharon palmadas de aplauso. Los invitados tomaron posición en primera
fila y en orden consecutivo ingresaron niños y niñas del Colegio Askeby con batas blancas y
velas en las manos. Y bajo la batuta de Rolando Pomo entonaron, entre otras melodías, la
famosa canción navideña “Santa Lucia”. Participaron también en este “acto Nobel” estudiantes
de las clases 8A y 7- 9 D del Colegio de Rinkeby, quienes le dieron la bienvenida a Ishiguro
en diferentes idiomas, incluso en japonés. Maryan Artan y Leila Friberg fueron las maestras de
ceremonia, y explicaron que durante el otoño sueco leyeron la novela de Ishiguro titulada
“Nunca me abandones”. Novela que fue editada el año 2007 por la Editorial española Anagrama, y
que fue llevada a la pantalla el año 2011. Los adolescentes confesaron que el mensaje de la
novela había calado por las fibras de sus sentimientos. Y agregaron: “Es un libro muy triste.
Los seres humanos nos necesitamos unos a otros, y los adolescentes de la novela no tienen
familia. Es horroroso que la ciencia se preste para crear clonaciones humanas”. Ilhan Bashir
reveló: “Cuando leí la novela, mi cabeza se llenó de imágenes. La vida de Kathy, Tommy y Ruth
es realmente cruel. Nunca olvidaré el contenido de este libro”. De la misma manera, Sabina
Mustafa expresó: “A medida que iba leyendo la novela, cada frase me introducía en esa triste
historia”. En el folleto elaborado por los estudiantes hay retratos de Kathy, de Ruth y de
Tommy.
Las confesiones escritas arriba tienen un alto grado de certeza. A grandes rasgos, “Nunca me
abandones” es una novela de ciencia ficción con tres protagonistas: Kathy, una adolescente
atenta, cuidadora y solidaria con sus amigos. Pero, sobre todo, curiosa de conocer la verdad.
Ruth, otra adolecente un poco egoísta y con tendencias dominantes. Tommy, un muchacho rebelde
que no acepta la realidad ni su entorno, sino más bien intuye que algo se esconde debajo de la
vida que lleva. Estas tres personas viven en un Internado de nombre Hailsham, rodeado de
colinas y hermosos bosques frondosos. Sin embargo, este establecimiento educativo es muy
diferente a los demás porque, en el fondo, los alumnos son educados para donar sus órganos a
quien lo necesite. Con el correr del tiempo Kathy, Ruth y Tommy construyen una relación fuerte
de amistad en el Internado, donde además viven otros adolescentes y personajes secundarios. Su
maestra, la señorita Lucy, les recalca que son personas muy especiales. Y, de esta manera, se
crea un ambiente de curiosidad, pero también de muchas incógnitas. En realidad, “lo especial”
de esos alumnos encerrados en un inmenso local; es que son clones humanos. Y como tal, no
tienen padres ni familia. Es decir, son una reproducción de carácter asexual, llegados al
mundo, digamos así, por medio de una brujería realizada en laboratorios sofisticados. Y a
pesar de su aspecto humano tienen diferente identidad, personalidad y comportamiento. Son
seres incompletos con una individualidad extraña sin padres, sin familia, sin amor, sin
esperanza, sin sueños, sin fiestas y un entorno social muy reducido. Lo más asombroso y
aterrador es que pasan los años. Y llegará un día en el que serán convocados a un quirófano
para extraerles sus órganos uno a uno. Kazuo Ishiguro narra estos episodios magistralmente,
pero sin ningún trasfondo científico que defienda la clonación humana.
Volviendo a los estudiantes, una muchacha manifestó: “Es muy positivo pertenecer a una de las
tantas culturas, aquí en Rinkeby, en donde se habla varios idiomas. Además, uno observa la
realidad desde diferentes perspectivas. La cultura, la religión y la economía influyen mucho
en la vida de los seres humanos. El dinero proporciona poder y estatus. La compasión
desgraciadamente puede desaparecer. Si una persona, como nosotras, vive en Rinkeby, tiene la
piel oscura y utiliza “hiyab” (palabra en árabe que significa velo. Las mujeres musulmanas
suelen utilizar este hiyab para cubrirse la cabeza y el pecho), entonces es posible ser
expuesta al racismo. Tenemos experiencias de ese trato”. Con estas palabras, los estudiantes
de Rinkeby tocaron importantes aspectos sociológicos.
Para empezar, la población de Rinkeby está compuesta por inmigrantes que llegaron de todos los
rincones del mundo. De África, de Europa, de Asia, de Oriente y de América Latina. La
coexistencia de culturas ha hecho posible la tolerancia, y a convivir en paz con diferentes
tradiciones, costumbres, idiomas, artes culinarias, tiendas exóticas etc. La gente que vive en
este sector es de origen proletario, pero también es cierto que existe un alto porcentaje de
cesantía y los ingresos son más bajos comparando con otros lugares de Estocolmo. Tomando en
cuenta estos parámetros, no es de extrañar que se hayan dado confrontaciones entre la Policía
y la juventud, mayoritariamente extranjera, de Rinkeby. En un conflicto ocurrido en junio de
2016, muchos jóvenes expresaron su preocupación por la falta de trabajo, y que el Gobierno se
ha olvidado de ellos. En otras palabras, no los considera como una parte de la sociedad sueca.
Como respuesta a estos dichos el Primer Ministro, Stefan Löfven, prometió tomar medidas para
mejorar la vida en esta zona. Pero lo realmente alarmante, en este contexto, es que el partido
Demócratas de Suecia (Sverigedemokrater), liderado por Jimmie Åkesson, va ganando adeptos cada
año que pasa. Básicamente es un partido político que tiene orígenes neonazis y es de carácter
xenófobo. Desde su llegada al Parlamento, en 2010 con el 5.7% de los sufragios, va creciendo
de manera asombrosa. Hoy en día es la tercera fuerza política de Suecia, y está en sus manos
el equilibrio de poder.
Algunos puntos de su programa político son: restringir la inmigración, aumentar el presupuesto
militar, unirse a la OTAN, pruebas estrictas del idioma sueco y cultura a los inmigrantes que
soliciten la ciudadanía sueca, prohibición de atención médica y dental a los inmigrantes
indocumentados etc. Y como si fuera poco, es un partido que tiene sus dardos bien afilados
contra la religión musulmana. Richard Jomshof, portavoz de justicia de los Demócratas Suecos,
ha dicho en una entrevista que el “islamismo es como el nazismo”.
El ex miembro del Comité de Justicia, Kent Ekeroth, un acérrimo enemigo del Islam, considera
que esta religión es muy peligrosa. Y en su blogg ha escrito cosas como: “Me da bronca cuando
enciendo la televisión y veo a una persona que no es sueca. Prefiero una bomba de hidrógeno
antes que el Islam”. Como podemos observar, hay mucho de cierto cuando las alumnas del Colegio
de Rinkeby manifiestan ese racismo que sienten, por el único hecho de llevar un “hiyab”.
No obstante todas esas tendencias negativas, Suecia es un país de bienestar, en donde la
enseñanza a nivel primario, secundario y universitario es completamente gratuita. La persona
que realmente quiere estudiar una carrera universitaria, tiene derecho a solicitar un préstamo
de estudios, independientemente si viene de un hogar proletario. A diferencia de los clones
humanos de la novela de Ishiguro, los adolescentes de Rinkeby tienen padres, familia, entorno
social, esperanzas y, naturalmente, sueños. Precisamente esos sueños y anhelos que tienen
metidos en la cabeza exteriorizaron ante Ishiguro, su familia y el público. Un estudiante dijo
por ejemplo:
- Mi sueño es ser médico y deseo crear una organización para ayudar a la gente pobre. Soy de
Irak y vivo en Suecia.
Otra alumna confesó:
- Mi sueño es ser abogada.
Una tercera persona exclamó:
- Mi sueño es crear la paz en el mundo.
Pero el que se llevó aplausos de la sala es un estudiante somalí, quien declaró:
- Mi sueño es ganar el Premio Nobel.
Y para terminar la ceremonia se leyó un texto con el siguiente mensaje:
"El sentido de la vida es cambiar el mundo para que sea mejor habitable. Algún día nos vamos a
morir, y queremos dejar huellas positivas y alegres en esta Tierra. Tener sueños en la mente
nos ayuda en el vaivén de nuestras vidas."
Después de estas palabras Kazuo Ishiguro totalmente
emocionado y casi con lágrimas en los ojos -como él mismo lo expresó- se levantó de su
asiento, tomó el micrófono y pronunció lo siguiente:
“Ayer me invitaron al Castillo Real y me senté al lado de la reina. Pero quiero confesarles
honestamente que la actuación que han preparado para hoy, me ha conmovido profundamente.
Ustedes me han obsequiado un hermoso recuerdo que lo llevaré en mi memoria. Aquí está el
futuro, porque así lo han demostrado. Muchas gracias.”
Naomi Ishiguro
escuchaba muy atenta las palabras que salían de la boca de su padre, mientras las lágrimas le
corrían por las mejillas...
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