LA WEB de la ARTRITIS REUMATOIDE
  • CONSULTAS DE LOS LECTORES

    • CONSULTA de...
    • Natalia de Valladolid, España, con el Asunto: En el pecado, la penitencia y Fecha: 12/01/2015
    • Buenos días, Don Alfonso y seguidores. Feliz año a todos.

      Como le vine comentando y ahora confieso categóricamente, me desvié del camino, me pudo una especie de "depresión" que he tenido, aunque el especialista y yo discrepemos de la "etiqueta" y de si la batalla con la medicación ha compensado los resultados, y desordené mi alimentación. No hay excusas, no me riña, por favor, ya me riño yo. He conseguido volver a hacer las cosas bien. Los dolores que han aparecido no han sido tan agresivos como cabía esperar de su recopilación de experiencias que le hacen afirmar que en este caso el cuerpo reacciona más gravemente y ya me voy recuperando. La excepción de siempre: Las manos. No he notado un empeoramiento bestial en ellas, pero sí la degradación constante a la que siempre me he referido, hasta el punto de que no tengo fuerza ya ni para picar un pimiento. El dolor al hacer el movimiento de asir algo (cocinar, escribir, abrir un tapón...) es bestial sobre todo cuando "suelto" la cosa.

      Quería pedirle su opinión al respecto de la secuela que me dejó el derrame pleural de mi neumonía de hace exactamente un año. Me sigue doliendo la cicatriz. El TAC muestra un "remiendo" perfecto y la neumóloga se ha negado rotundamente a considerar que el origen de mi dolor, constante, sea eso; me manda al traumatólogo. Pero estoy segurísima, es el mismo dolor que en la situación aguda que fue bajando de intensidad hasta que se plantó en "subjetivamente moderado" y ahí está, haciéndome a veces gemir sin querer. Otro médico, menos especializado pero más razonable, opina que sí puede tener que ver por el problema autoinmune (algo sobre "adherencia leucocitaria", disculpe mi ignorancia).

      Por favor, no se esfuerce en recordarme las nefastas consecuencias que se ha cansado de repetir hasta la saciedad de relajar la observancia del régimen, me haría sentir más culpable. Le pido indulgencia.

      Un saludo, mi eterno agradecimiento y ánimo a los lectores, no sucumbáis, es un desastre.

      Natalia.
    • RESPUESTA
    • de Alfonso Estudillo Calderón - 12/01/2015

    • Hola, Natalia:

      Me hablas de la reaparición del dolor de las manos y su causa, que dejaste de observar las normas del Régimen (a lo que hay que sumar tus frecuentes problemas de estrés familiar). El dolor en las manos es en la AR de los primeros en aparecer y el último en irse definitivamente. Son, por lo general, las articulaciones que en mayor medida y tiempo sufren inflamaciones, y en consecuencia, las que más daños acumulan y más perduran en el tiempo. Eso sí, si se ha detenido a tiempo el deterioro óseo mediante el Régimen (no hay otra cosa), son de las que mejor se recuperan del deterioro tisular, o sea, del muscular y tendinoso. Sólo que para su recuperación total y completa necesita bastante tiempo (algunos años). Lo que sí suele quedar es cierta falta de fuerzas a causa de la inactividad funcional durante el tiempo en que la enfermedad se mantuvo totalmente activa. En tu caso creo que volverán a una total y completa normalidad.

      Respecto a que te sigue doliendo la cicatriz de la intervención por la neumonía, como sigo sin saber qué tipo de neumonía te afectó, y, como ya te dije, si fuera vírica podría haber cierta afectación, bien por las respuestas del sistema inmune y los mediadores de inflamación que activan los linfocitos, o bien, por una respuesta no adecuada ni suficiente por la acción inmunosupresora de medicamentos como el Metotrexato, Azatioprina o, incluso, los corticoides, sigo sin tener suficiente base para poder siquiera imaginar unas causas objetivas. Puede que te afecte la propia actividad de la AR o los fármacos que tomas, o puede que sea, tras tanto tiempo sometida a dolores continuados, una cierta hipersensibilidad al dolor. No quiero, tal como me pides, repetirte la estricta observancia del Régimen, pero estoy convencido de que ello será lo que ponga fin a esta problemática.

      Observa cómo el Régimen, omnipotente y virtuoso para con el dolor humano, te concede una indulgencia plenaria que te rescatará de tu penitencia y te devolverá la sonrisa de siempre.

      Gracias por creer en la virtud y en la humanidad. Sigo aquí. Saludos cordiales.

      Alfonso Estudillo Calderón

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