La Web de ANABEL
  • POESÍAS

    (Colección 2ª)




  • POEMAS A CONTRATIEMPO 


    I

    Superado el miedo al abismo,
    ya sólo queda, por cierto,
    darle una vuelta a la tuerca
    para asfixiarlo sin tregua.


    II

    En mi edad mediada,
    perdidas las maletas,
    en una estación olvidada,
    sin ya equipaje,
    que me pese en el camino,
    que me tenga prisionera
    y, despacio, con parsimonia,
    camino, aliviada, por mi senda.


    III

    Vamos al diccionario
    y buscamos y no hallamos
    la palabra precisa,
    ésa que huele,
    que sabe, que cura,
    y que nunca hiere.


    IV

    Ve con Dios, amigo,
    no busques los atajos
    que la vida hay que vivirla,
    apurarla hasta el fondo,
    que no valen los engaños,
    que mejor es una hora
    aunque sea de amargura,
    que un sendero vacío de recuerdos.
    ¿De qué te sirve ir deprisa
    si no sabes lo que buscas?


    V

    Un puñado de ternuras.
    Viajes, palabras, un cuento.
    Los libros me acompañan.
    Escribo sin distancia
    que es mi vida, compañero,
    y lo demás a nadie importa.


    VI

    Con tus dedos tan livianos
    podrás recoger cosechas,
    caracoles y alguna estrella,
    materiales sin precio,
    poco preciosos para ser exactos,
    materiales con memoria,
    invocados, ahora lo ignoras,
    en esas horas oscuras de la derrota.


    VII

    Ya que he llegado ahora, 
    vamos a descansar un rato,
    el cielo,
    la luna blanca,
    un rosario de estrellas.
    Ya que estamos aquí
    vamos a mirar despacio
    esas cosas que a nadie importan.


    VIII

    ¿Quién me va a contar
    dónde pude llegar,
    aquello que quise ser
    o lo que dejé atrás?
    ¿Quién me lo va a contar?


    IX

    Ya no vale otra cosa.
    que uno nace entero,
    que se es como se es,
    no importa quien lo diga.
    Tú naciste con estrella,
    yo me fui a la deriva.


    X

    Nunca podrás ir al revés,
    que es imposible,
    que la vida no es calcetín.
    No se puede ignorar,
    el tiempo ya no lo quiere,
    que es mejor dejarlo en paz,
    que dormiten los recuerdos,
    guárdalos con mano suave
    y no los dejes regresar.
    Que la vida es sólo eso,
    un pasado que se va.


    XI

    No quiero ser mala actriz,
    siempre en los ensayos
    sin aprenderme el papel,
    intentando ir deprisa,
    sin aplausos y sin público.
    Que quiero ser persona
    con un papel ignorado,
    porque cada día ha de ser
    una única representación
    sin trampa ni apuntador.


    XII

    Alma no es palabra pasajera
    como ésas que pronuncias a deshora,
    sin mantener con ellas la distancia,
    aunque medie el camino de la vida.
    Que alma es la esencia,
    respiración tan necesaria,
    sutil tejido a dos aguas.
    Que alma es la copla que nos salva,
    ésa que alerta en las noches,
    entreverada de blancos pensamientos,
    encadenada a la memoria pina.


    XIII

    Rabia no es el término
    que escupes con desprecio
    cuando llegas al infierno.
    Acaso sea como el miedo,
    ése que nos da la medida
    de hombres pequeños sin sentido,
    incapaces de dominar el abismo,
    necios, ignorantes, sin destino.
    Seres que con un gesto de impotencia
    claman al cielo en busca de respuestas.
    Que la rabia no es sólo palabra,
    que es mucho más que un sentimiento.


    XIV

    ¿Será mío el poema
    con que soñamos
    lo que suena en el cielo?
    Un poema tranquilo como la madrugada,
    hecho de muchos colores,
    alguno azul,
    quizá otros verdes.
    El poema que engalana
    que hechiza las gargantas,
    que vela a los muertos.
    ¿Será mío ese poema
    por el que valdrá la pena
    quedarse sin palabras,
    sin patria,
    sin Dios,
    sin vida?


    XV

    Si te sientes extranjero en tu patria
    perdona a los que ignoran,
    que extranjero es palabra azul y clara,
    hecha de nostalgias,
    de dunas y de puñados de estrellas.
    Nunca te sientas extranjero,
    que todos vivimos errantes,
    que no hay tierra propia,
    que extranjero no es insulto,
    que es otra cosa,
    que todos somos extranjeros
    en pos de cualquier quimera.


    XVI

    Raza no sirve como nombre
    que es un venablo que se arroja.
    Raza no sirve como insulto,
    que no es bandera,
    que no es nada.
    Raza es ese término
    que prefieren los que ignoran
    que lo distinto no es distante,
    que los miedos traen dudas
    las dudas tempestades. 


    XVII

    Acaso guardes en el fondo del armario
    esa palabra
    tronchada por el hielo,
    Caída
    en varias batallas.
    Palabra herida
    sin remedio.
    Quizá se sienta traicionada,
    palabra del perdón y de la idea,
    palabra mansa del consejo.
    palabra con que te cubres 
    cuando tienes frío
    y que bebes cuando estás sediento.


    XVIII

    Que el miedo no perdona,
    que no sabe de esperanzas,
    burla traicionero,
    se esconde,
    te tiende celadas
    grandes como el silencio.
    Que el miedo es esa boca
    que se cierra desde dentro,
    oscura como el abismo,
    como una cueva inmensa.
    donde sólo viven
    las sombras
    despreciables 
    de espectros.








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