La Web de ANABEL
  • POESÍAS

    (Colección 3ª)




  • GEOGRAFÍA ES AMOR


    I. ANDALUCÍA (SEVILLA)


    LA GIRALDA

    La piedra, contigo, se ha hecho hembra
    y se estremecen tus carnes morenas.

    La Giralda es mujer curiosa y bella.
    abre ventanas, abre escaleras y balcones.

    La Giralda baila y se mece
    al compás de palmas y canciones.


    LOS NARANJOS DE SEVILLA

    Los naranjos sevillanos
    se enamoran por las calles,
    persiguen con alborozo
    los pasos, sombras y gestos.

    Los naranjos sevillanos
    añoran aromas de azahares
    y, por eso, se columpia
    de los ojos de las mujeres,
    de las rubias y las morenas,
    de las guapas de las feas.

    Se columpian los naranjos
    sus ramas cargadas 
    de frutos ácidos y dorados.
    Se columpian los naranjos,
    ¡ay, los naranjos sevillanos!


    TORRE DEL ORO

    De lejos pareces esbelta y esquiva,
    de cerca, casi panzuda y casera,
    más familiar y más tierna.

    La Torre del Oro sueña,
    mira a un lado y al otro,
    recuerda posiciones de firmeza,
    corros y danzas, aguas y penas,
    prisiones, cuentos y leyendas.

    La Torre del Oro sueña
    con un ramito de violetas.


    LA GLORIETA

    "A la Glorieta de Bécquer en el Parque de María Luisa"
    ¡Cómo lloran los amaneceres,
    las noches y los ocasos!
    ¡Ay, cómo lloran,
    desde que tú los dejaste!

    Se quedaron huérfanos los cendales,
    vagan tristes las golondrinas,
    no encuentran cuerpo las sombras
    ni crecen ya las madreselvas.

    ¡Cómo sufren los deseos,
    los versos y las canciones!
    ¡Ay, cómo sufren, 
    desde que tú te fuiste!

    Tres mujeres de mármol pálidas,
    desoladas, y un ángel de bronce,
    caído en todas las desgracias,
    velan tu ausencia y te acompañan.
    ¡Siguen contigo, poeta!
    O... ¿acaso aún no te has ido?


    PASOS ROTOS (LOS ALCÁZARES SEVILLANOS)

    Un manto denso de leyenda,
    un aroma blanco de jazmines
    cubre todas las estancias.
    Rezuman nostalgia los azulejos.
    Destacan, dorados, los recuerdos.
    Dormitan las pérdidas y los deseos,
    las derrotas y todos los secretos.
    El tiempo escapó de palacio,
    igual que un ciervo asustado,
    vino a esconderse en los jardines,
    y aguarda, alerta, entre los setos,
    en la alberca y los laberintos;
    vigila con sus ojos negros
    y descifra la cadencia ajena
    de nuestros pasos rotos por el misterio.


    EL PATIO DE LAS DUEÑAS

    "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
    y un huerto claro donde madura el limonero..."
    (A. Machado)
    Tiene el Palacio de las Dueñas
    una verja de hierro que lo cierra
    y unos perros mansos que lo guardan.
    Esconde un patio cuajado de estrellas,
    donde vive el limón y la yerbabuena,
    donde quedan los recuerdos de la vida buena.
    Planean, escondidos, como furtivas sombras
    que vagan por el palacio
    como fantasmas amigos,
    cantando esa copla riente del agua
    que habla de fuentes sonoras y eternas.


    GUADALQUIVIR

    Parece taciturno el río Guadalquivir,
    tiene el color pardo del enfado,
    y un fluir eterno y cansado.
    Bajan, en él, las aguas de lluvia,
    bajan los cienos y los barros
    que en otros pueblos estragaron
    calles, plazas y avenidas.

    En Sevilla el Guadalquivir
    recompone su gesto y dominio,
    encauza, meditativo y triste,
    su caudal de esquivas aguas.


    BARRIO DE SANTA CRUZ

    Se besan las calles y se abrazan los balcones.
    Hay un no sé qué de misterio en el cielo.
    La luz , en otoño, es aún dulce y amarilla,
    aunque no hay geranios y es frío el aire.

    Se escucha como susurra el agua
    su hermosa melodía de amores
    y los naranjos aún suspiran
    por los jazmineros cuajados de blanco
    que se aspiran en las plazuelas.


    ITÁLICA

    Esa Itálica que un día
    fue ciudad, fue noble y fue vanidosa,
    ahora medita sus sueños de grandeza.
    Dveana misterios e historias lejanas,
    recuerda el paso de las sombras.
    Ha perdido su brújula y s camino.
    No es nada más que piedra ruinosa.
    Esa Itálica hermosa y pinturera,
    esa Itálica que fue vana y fue coqueta,
    es hoy testigo de tiempos y pesares,
    es hoy la huella de humanas tempestades 


    A LA VIRGEN DE LA MACARENA

    La Virgen Macarena
    es igual que una paloma blanca
    que quiere volar por las calles
    -sobre los hombros de sus costaleros-,
    que nunca se queda dormida
    -entre las velas que la guardan-,
    que llora lágrimas de perlas
    -vida eterna para su tierra-.

    La Virgen Macarena
    guarda una esperanza nueva
    en cada alma que la reza.


    II

    En mi edad mediada,
    perdidas las maletas,
    en una estación olvidada,
    sin ya equipaje,
    que me pese en el camino,
    que me tenga prisionera
    y, despacio, con parsimonia,
    camino, aliviada, por mi senda.


    III

    Vamos al diccionario
    y buscamos y no hallamos
    la palabra precisa,
    ésa que huele,
    que sabe, que cura,
    y que nunca hiere.


    IV

    Ve con Dios, amigo,
    no busques los atajos
    que la vida hay que vivirla,
    apurarla hasta el fondo,
    que no valen los engaños,
    que mejor es una hora
    aunque sea de amargura,
    que un sendero vacío de recuerdos.
    ¿De qué te sirve ir deprisa
    si no sabes lo que buscas?


    V

    Un puñado de ternuras.
    Viajes, palabras, un cuento.
    Los libros me acompañan.
    Escribo sin distancia
    que es mi vida, compañero,
    y lo demás a nadie importa.


    VI

    Con tus dedos tan livianos
    podrás recoger cosechas,
    caracoles y alguna estrella,
    materiales sin precio,
    poco preciosos para ser exactos,
    materiales con memoria,
    invocados, ahora lo ignoras,
    en esas horas oscuras de la derrota.


    VII

    Ya que he llegado ahora, 
    vamos a descansar un rato,
    el cielo,
    la luna blanca,
    un rosario de estrellas.
    Ya que estamos aquí
    vamos a mirar despacio
    esas cosas que a nadie importan.


    VIII

    ¿Quién me va a contar
    dónde pude llegar,
    aquello que quise ser
    o lo que dejé atrás?
    ¿Quién me lo va a contar?


    IX

    Ya no vale otra cosa.
    que uno nace entero,
    que se es como se es,
    no importa quien lo diga.
    Tú naciste con estrella,
    yo me fui a la deriva.


    X

    Nunca podrás ir al revés,
    que es imposible,
    que la vida no es calcetín.
    No se puede ignorar,
    el tiempo ya no lo quiere,
    que es mejor dejarlo en paz,
    que dormiten los recuerdos,
    guárdalos con mano suave
    y no los dejes regresar.
    Que la vida es sólo eso,
    un pasado que se va.


    XI

    No quiero ser mala actriz,
    siempre en los ensayos
    sin aprenderme el papel,
    intentando ir deprisa,
    sin aplausos y sin público.
    Que quiero ser persona
    con un papel ignorado,
    porque cada día ha de ser
    una única representación
    sin trampa ni apuntador.


    XII

    Alma no es palabra pasajera
    como ésas que pronuncias a deshora,
    sin mantener con ellas la distancia,
    aunque medie el camino de la vida.
    Que alma es la esencia,
    respiración tan necesaria,
    sutil tejido a dos aguas.
    Que alma es la copla que nos salva,
    ésa que alerta en las noches,
    entreverada de blancos pensamientos,
    encadenada a la memoria pina.


    XIII

    Rabia no es el término
    que escupes con desprecio
    cuando llegas al infierno.
    Acaso sea como el miedo,
    ése que nos da la medida
    de hombres pequeños sin sentido,
    incapaces de dominar el abismo,
    necios, ignorantes, sin destino.
    Seres que con un gesto de impotencia
    claman al cielo en busca de respuestas.
    Que la rabia no es sólo palabra,
    que es mucho más que un sentimiento.


    XIV

    ¿Será mío el poema
    con que soñamos
    lo que suena en el cielo?
    Un poema tranquilo como la madrugada,
    hecho de muchos colores,
    alguno azul,
    quizá otros verdes.
    El poema que engalana
    que hechiza las gargantas,
    que vela a los muertos.
    ¿Será mío ese poema
    por el que valdrá la pena
    quedarse sin palabras,
    sin patria,
    sin Dios,
    sin vida?


    XV

    Si te sientes extranjero en tu patria
    perdona a los que ignoran,
    que extranjero es palabra azul y clara,
    hecha de nostalgias,
    de dunas y de puñados de estrellas.
    Nunca te sientas extranjero,
    que todos vivimos errantes,
    que no hay tierra propia,
    que extranjero no es insulto,
    que es otra cosa,
    que todos somos extranjeros
    en pos de cualquier quimera.


    XVI

    Raza no sirve como nombre
    que es un venablo que se arroja.
    Raza no sirve como insulto,
    que no es bandera,
    que no es nada.
    Raza es ese término
    que prefieren los que ignoran
    que lo distinto no es distante,
    que los miedos traen dudas
    las dudas tempestades. 


    XVII

    Acaso guardes en el fondo del armario
    esa palabra
    tronchada por el hielo,
    Caída
    en varias batallas.
    Palabra herida
    sin remedio.
    Quizá se sienta traicionada,
    palabra del perdón y de la idea,
    palabra mansa del consejo.
    palabra con que te cubres 
    cuando tienes frío
    y que bebes cuando estás sediento.


    XVIII

    Que el miedo no perdona,
    que no sabe de esperanzas,
    burla traicionero,
    se esconde,
    te tiende celadas
    grandes como el silencio.
    Que el miedo es esa boca
    que se cierra desde dentro,
    oscura como el abismo,
    como una cueva inmensa.
    donde sólo viven
    las sombras
    despreciables 
    de espectros.








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